Capítulo Cinco

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El asombro de Barcode fue mayor al ver que Ta permaneció poco más de dos minutos allí, y luego se giró para volver sobre sus pasos. Sus miradas se encontraron, y ya viéndose descubierto no le quedaba más opción que enfrentar cualquier reclamo que el otro quisiera hacerle por haberlo perseguido hasta allí.

—Yo...Lo siento. Solo quería entender por qué te escapabas cada día del castigo —le explicó Barcode, en cuanto el otro chico estuvo a pocos pasos de él.

Ta se detuvo, observándolo pero sin emitir palabra por varios segundos.

—No tendrías por qué haberme seguido —le advirtió, pero no parecía enojado.

—Lo sé, pero... —desvió la mirada, apenado por tener que admitirlo—. Me ganó la curiosidad. Lo siento.

—Un lo siento no resuelve absolutamente nada, quién mejor que yo para saberlo.

Incansables veces se había disculpado en el pasado, y aún en la actualidad seguía siendo acusado por exactamente los mismos motivos.

Ambos continuaron el camino hacia la salida, en completo silencio, pero una vez que estuvieron en el exterior sería Code quien lo rompería.

—Es aquí donde está internado Tutor, ¿verdad?

Ta rascó su nuca, incómodo porque no quería hablar sobre ello, sin embargo, asintió a su duda.

Barcode pudo comprender por sus gestos y mirada que era algo que le causaba tristeza todavía. Él, al igual que los demás, sabía de la amistad tan cercana que tenían Ta y Tutor, por eso a muchos les sorprendió que el primero siguiera en contacto y en buenos términos con quienes habían hecho que su amigo cayera en coma.

—Sé que han pasado unos cuantos meses pero... —quiso animarlo Code.

Ta negó, para evitar que dijera algo más.

—Será mejor que regreses, aún tengo algo que hacer —le sugirió.

—¿Por qué no volvemos juntos? —le propuso.

—Escúchame bien, no voy a estar siempre para salvar tu trasero. Y no somos amigos, así que no tenemos por qué pasar tiempo juntos —le dejó en claro Ta, de una manera nada agradable al apuntarlo con su dedo índice.

—A mí no me apuntes así, ¿no sabes lo irrespetuoso que es ese gesto? —apartó su mano.

—Ay lo siento, soy un irrespetuoso irremediable —se burló, rodando sus ojos con fastidio.

—Sí, lo eres. Y no pretendo que seamos amigos, ni que estés siempre para "salvar mi trasero" —le remarcó, haciendo comillas con sus dedos—. Solo que ya que estamos fuera de la escuela, podríamos volver ambos hacia allí. De todos modos tienes que hacerlo, tanto como yo.

—¿No conoces el camino de regreso?

—Claro que sí lo conozco.

—Entonces vuelve por tu cuenta. Yo quiero estar solo, no me fastidies.

—¿No me...? —apretó sus dientes al escuchar esa acusación, no creía estar siendo fastidioso, solo proponiendo algo por plena lógica—. ¿Sabes qué? Por eso no tienes amigos, tú sí eres un fastidio. Insoportable —se descargó Barcode por el enfado.

—Sí, sí, como sea. Ya vete, niñito —hizo un gesto con su mano para señalar que se alejara.

—Idiota —murmuró Code al pasar a su lado, para ir en busca de su bicicleta.

Pensar en qué debería pasar la próxima semana en compañía de él, realmente le parecía intolerable. Por más que veía algunos gestos de arrepentimiento en Ta, luego sus actitudes le demostraban que se equivocaba.

Hate to Admit (TaBarcode)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora