Día 9. Habitación del bebé

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—Ningún Black, mucho menos un Malfoy ha compartido habitación con sus hermanos. 

—Y los únicos Potter que dormirán en tu cama serán tus hijos si no llegamos a un acuerdo.

—¿Es una amenaza?

—Advertencia. No voy a andar de banshee por todo el corredor porque decidieron ponerse a llorar junto a su otro padre.

—Yo no lloro, Potter —siseó.

—Solo eres insoportable.

La pareja observaba la nueva habitación para sus futuros hijos notando todas las remodelaciones y adecuaciones a realizar antes de la llegada de esos pequeños. Había sido un tormento poner limites y elegir una casa a sus estándares, mas con la intensidad de sus padres y padrinos por imponerse ante una decisión que claramente era de pareja.

Si bien, las bóvedas de ambas estirpes serían suyas algún día, ni Harry, mucho menos Draco, deseaban hacer uso del oro de sus padres para iniciar su vida en familia. No lo necesitaron para su vida en pareja, no lo necesitan ahora.

Era bien sabido el gusto innato del heredero Malfoy por lo negocios e inversiones. No era ningún secreto como desde los cinco años de edad acompañaba a su padre a Gringotts, aprendido de él y como ese mismo año, en su sexto cumpleaños, recibió un par de acciones que el más joven, dentro de un adultocéntrico juego, supo hacer crecer y diversificar hasta el punto de poder tener sus propios negocios, muggles y mágicos, a los doce años. Tampoco era del desconocimiento general cómo había convencido a sus amigos y a los amigos de su león para invertir en él. Un galeón pronto lo hizo crecer en diez, veinte, cincuenta, cien, trescientos, quinientos, mil, bajo un módico interés del 5% por el esfuerzo.

Fue gracias a esta astucia e inversión que el grupo más popular de la escuela logró cierta independencia financiera un año antes de culminar sus estudios en Hogwarts, permitiendo así a cada individuo iniciar proyectos más allá de la especialización. Ron y Blaise optaron por unir sus ahorros para abrir un elegante restaurant de gastronomía italiana, seguidos por Greg y Vicent que sólo dejaban su dinero para la creación de franquicias alimenticias.

Theo pudo escapar de yugo familiar siguiendo los pasos de su mejor amigo, y apoyado de Neville y la abuela de su pareja, esperaba la apertura su especialidad al tiempo que apoyaba al padre de su futuro hijo con la creación del invernadero más completo y su estudio como medimago.

Pansy, la mujer más multitasking junto a Hermione, había decidido iniciar su propio negocio de decoración de interiores-exteriores, asesoría de imagen y especializarse en transformaciones al tiempo que, en ese circuito de negocio que habían creado, ayudaba a sus amigos a tener los locales más decentes, entre los cuales se encontraban el de sus parejas que ya necesitaba otra sucursal. George y Fred, fueron dinamita con los inversores adecuados y el contador ideal.

Hermione había invertido en múltiples carreras en torno a los derechos de las criaturas mágicas, leyes y magia avanzada al tiempo de capitalizar fundaciones como PEDDO y otros más. Las malas lenguas, Malfoy de usanza, había corrido la voz dentro del ministerio de la preparación de la nueva ministeria de magia.

Cho y Cedric había podido pagar sus estudios como inefable y auror al tiempo que Luna comenzó su viaje en busca de seres mágicos apoyando los proyectos de la Gryffindor. Sobraba decir que Ginny estaba usando sus ganancias para convertirse en la mejor buscadora de la década.

Mientras tanto, la pareja Malfoy- Potter, Potter-Malfoy, obligados por sus progenitores para recibir sus estudios superiores pagados por ellos, decidieron utilizar su dinero en un departamento en medio de Londres Muggle y ahorrar el resto para una situación imprevista. Ninguno esperó fuese un embarazo por partida doble y la necesidad de buscar un nuevo hogar porque por más hartazgo de la insistencia de sus padres sabían tenían razón. Los cachorros no podían nacer en un lugar tan pequeño.

Claro, habían dejado llenar la mesita del recibidor con todas las propuestas enviadas por los más adultos por preferir encontrar ellos mismo el lugar indicado. Grande pero no tan grande como para no poder verse en todo el día, con un patio grande pero no tanto como para criar pavorreales y ni tan alejada como deseaba su padre y suegro.

Eso les tenía en una zona muggle-mágica residencial a quince minutos del centro de la ciudad, con excelente vida social para infantes y escuelas infantiles mágicas. Observando su nueva adquisición y peleando por cual debía ser cada habitación. Evidentemente el sótano era el lugar perfecto para las pociones del blondo, la planta baja compuesta por recibidor, amplísima sala de estar, cocina, comedor, baño y un patio enorme semi cubierto por la terraza de un segundo piso. Cinco habitaciones: una para la pareja, dos para sus hijos y para invitados más los baños y la terraza era un acierto arquitectónico. El ático era ideal para una oficina y estudio.

Lo mejor: la habían escogido ellos para futuro soponcio de sus padres.

Eso los tenía discutiendo entre dos habitaciones.

—Me niego a llamar a Pansy, debe ser nuestro gusto

—Tu gusto en decoración es pésimo, amor, Pans puede unir todo lo que nos gusta sin problema. Porque no pienso poner ese rojo en las paredes

—Pues yo no creo que muebles del siglo pasado queden bien

—Son vintage y dan nivel.

—Son bebés. Necesitamos comodidad.

—Y estilo. Ningún hijo mío tendrá el estilo donde su otro padre.

—Pues ninguno de los míos será un rimbombante.

—¿Sí? ¿Pero no fue rimbombante la manera en la que aceptaste salir conmigo?

Draco se acercó a su pareja para retenerlo contra una de las paredes, sonrisa galante y todo el numerito recibiendo con agrado la cooperación de Harry quien pasó sus brazos por sus hombros.

—Quiero a Mione si acepto que Pansy venga.

Dictaminó robando un beso poco a poco más profundo.

—Y tú le dirás a nuestros padres que ya tenemos casa.

—Tramposo —reprochó al tener en su retaguardia las manos de su novio —No vamos a coger en la habitación de nuestros hijos.

—Ahí quedó el valiente gryffindor.

—¿Y dónde quedó el precavido Slytherin del cual me enamoré?

—Lo consumiste, hasta el centro de su alma

—El romanticismo no va a ayudar

—¿Seguro?

—No —respondió entre risas mezcladas de jadeos.

Al final, sus hijos no tenían que saber nada de lo que fue su habitación antes de su llegada 


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Poco o nada tiene que ver pero perdí el capítulo y al menos quería poner algo para continuar. Espero les guste. 


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⏰ Última actualización: Jul 24, 2023 ⏰

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