Capítulo 1. Negociando mi cuerpo con la señorita Armstrong

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Un instituto de millonarios, un 6% de alumnos becados y la mayoría victima de la más cruel chica que pudiera estudiar en aquella institución.

Becky Armstrong, la alumna más caprichosa y mimada que el instituto "Armstrong Institute" podía tener, de cabello castaño, ojos claros y una buena figura, siendo de su familia la institución, podía hacer casi cualquier cosa sin recibir castigo. Había "jugado" con más de un alumno, se había aburrido de sus "juguetes" y decidió ir en busca de uno nuevo, recorriendo los pasillos no encontraba alguno que la atrajera para lo que deseaba; los usaba para hacer sus tareas, ordenar su habitación, mandar recados, ir a sacar libros a la biblioteca, pareciera que tenía uno para cada capricho excepto para uno...pero cambio con la llegada de Freen Chankimha.

Freen Chankimha, una chica de cabello oscuro y ojos claros e igual de buena figura, podrá sonar a otra alumna rica del lugar, pero lo único que tiene de "rico" es su apellido, su familia estaba pasando dificultades, pero pudo conseguir una beca del 90% en esa escuela, solo estaría un semestre porque no tenían para el pago de los demás... Freen deseaba mucho superarse en ese instituto y sacar adelante a su familia pero ¿Cómo? Si no tenían dinero, la respuesta a sus problemas apareció cuando conoció a la señorita Armstrong en un encuentro casual en el baño.

-¡Disculpa!- dice la chica de cabellos oscuros sin ver con quien había chocado

-...- la chica con la que choco se quedó viéndola, analizándola -¿eres la nueva?-

-Si...- se limitó a dar una respuesta corta y precisa para evitar conflictos en sus primeros días

-Me sorprendes...nadie había ganado una beca del 90% en esta escuela- seguía sin revelar quién era

-Aunque desearía que fuera completa...- con la vista baja respondió sin darse cuenta

-Podría hacer que fuera completa...-

Freen la veía escéptica, no podía creer en lo más mínimo que una alumna le ofreciera eso ¿le daría dinero? ¿Se lo pagaría? ¿Qué sería? -¿Cómo?-

-Acepta ser mi juguete personal e incondicional y después negociaremos tu beca- una malvada sonrisa se dibujó en el rostro de ella al decirlo.

-¿Disculpa?- se ofendió un poco, pues sabía que tarde o temprano algún rico la trataría así

-Parece que no sabes con quien estás hablando...me presentare- la chica de cabellos claros la saco del baño y la llevo al pasillo, un lugar cerca de una bodega - Armstrong ...Becky Armstrong-

-Entonces eres... ¿la hija del director y fundador de la escuela, el señor Charlie Armstrong?- se sentía muy nerviosa al saber con quién estuvo negociando esos minutos.

-Exactamente, y bien ¿serás mi juguete personal señorita Chankimha?-

-¿Cómo sabes mi apellido?-

-Investigue tu expediente, hago eso con todos los becados que suenan interesantes- Freen no sabía si sentirse alagada o confundida, se quedó pensando, ella podía ser su pase a quedarse en esa escuela sin tener que pagar un solo centavo.

-¿Qué deseas que haga?- Dijo en un tono serio y viéndola escondiendo el temor a la respuesta

-Como he dicho...mi juguete...eres muy linda y te quiero en mi colección- entrecerrando los ojos y acariciando su mejilla bajando hasta sus labios con el dedo anular, Freen trago saliva y respondió -Acepto- en un tono seco, ese que se escucha cuando sabe que se arrepentirá muy pronto.

-Perfecto, comencemos, que desde que vi tu foto en aquella carpeta de expediente...estaba ansiosa por tenerte frente a mí- Becky abre la puerta de la bodega empujando a aquella asustada chica dentro con ella y asegurando la puerta.

-¿Eres virgen- pregunta indiferente Becky aflojándose la corbata del uniforme

-Eehhh...si- tartamudea al responder

-Que linda, hace mucho que no pruebo el cuerpo de una virgen- sonriendo lujuriosamente haciéndola desear más el cuerpo de su víctima acorralando a Freen contra la pared, besándola con dulzura y aflojando su uniforme para despojarla de todo lo que traía puesto, pareciera que enloquecería solo por el roce de sus labios, en verdad le gustaba la chica que no sabría hasta donde llegaría. La bodega era "especial" ya que se guardaban medicinas y Becky tenía previamente preparado un afrodisiaco líquido, preparaba uno todos los días, prevenía, dio final al beso y ordeno que se desvistiera quedándose en ropa interior mientras iba por el afrodisiaco, pero pareciera que aquella chica no tenía la más mínima intención de escapar, pero solo era por la beca, estaba asustada y sabía que estaba a punto de experimentar su primera vez con una chica, sin más pensaba en todo eso desvistiéndose cuando ve que regresa y le ordena nuevamente que tome lo que había en la botella, estaba a la mitad, era una botella de medio litro, no estaba llena, los afrodisiacos que preparaba eran potentes, no quería volver a una virgen una torpe necesitada de caricias, besos y adicta sexual por unas horas solamente.

-Deja un poco, no te lo tomes todo- fue consciente de que le haría efecto al instante y más fuerte de lo normal, tomando en cuenta su apariencia, Freen no replico y tomo de la botella el líquido sabor fresa.

-Pero que lencería más sexy utilizas- observando y desnudándola con la mirada

-Me siento algo rara- su cuerpo estaba poniéndose caliente, su rostro se sonrojaba, sus piernas temblaban un poco involuntariamente necesitando rozar su entre pierna.

-Fue más rápido de lo que creí- la llevo a un colchón que estaba más al fondo, se abalanzo sobre ella, besando su cuello y acariciando su vientre, bajo hacia sus pechos con la lengua y quitando el sujetador se dispuso a lamerlos y jugar con ellos causando que aquella chica se retorciera, el afrodisiaco estaba por todo su cuerpo, necesitaba caricias más intensas, necesitaba tocarla también, no sabía que le ocurría pero no soporto y acariciaba el trasero de Becky la cual se percató de que era hora de subir la intensidad, la abrazo y susurrándole al oído "te haré sentir en el cielo pequeña" bajo rápidamente su mano hacia la entrepierna de Freen penetrando directamente con dos dedos mientras que se estimulaba sola con la pierna de Freen la cual ya estaba muy mojada y pareciera que le encantaba sentir el sexo y fluidos de su "violadora" en su pierna, Becky aumentaba la intensidad abajo y lamiendo su cuello, sus pechos, su vientre, todo su cuerpo haciendo que la otra moviera su pierna involuntariamente por las caricias estimulando el sexo de la otra aunque fuera por encima de la ropa interior.

-¡M...más! ¡¡Más rápido y...d...duro!!- suplicaba entre gemidos la pequeña de cabello oscuro, Becky estaba totalmente extasiada de oír aquellas palabras así que hizo lo que quería aunque...

-¡Haa! Eso...duele Becky- pero al decirlo una gran sonrisa se dibujaba en su rostro y termino teniendo un orgasmo, le encantaba, le gustaba que doliera, el dolor la excitaba más, Becky al sentir sus fluidos salir no respondió y mordía su cuello, mordía su cuerpo como marcando lo que era suyo y no pretendía compartir con nadie más al darse cuenta que le gustaba el dolor, estaba enloqueciendo a la pequeña Freen con esas caricias que la hacían gemir sonora y desenfrenadamente, repetía "Más, más, Becky, dame más" era música para la mayor el oír su nombre entre suplicas pero la dejo deseosa, paro antes de que acabara por segunda vez sentándose en el colchón y viendo como respiraba agitadamente el sudoroso y mojado cuerpo de su víctima.

-Ya disfrutaste, fui gentil contigo pero ahora yo quiero que me hagas gozar pequeña- indicándole con un dedo que viniera, la tenía con piernas y manos en el colchón viéndola, esperando acatar sus órdenes, acaricio su cabello y dándole un beso fugaz ordeno que hiciera lo que le plazca con su cuerpo, le daría el privilegio de disponer de su cuerpo, la dueña se volvió el juguete de su juguete.

Freen la veía, le quito la ropa y observaba el cuerpo que tenía enfrente, le sorprendía el tamaño de sus pechos, eran perfectos, ni muy grandes ni muy chicos, perfectos y listos para devorar.

Juguete de placeres prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora