SEOKJIN
—¿Alguna novedad sobre Ryan?
Doy un sorbo a mi cerveza tranquilamente, sentado en la silla junto a Jameson, mi mejor amigo en el mundo, a quien he estado mintiendo desde hace un par de semanas. Porque no le he contado que Jungkook y yo nos enrollamos.
Se lo cuento todo a Jameson, pero sería raro hablar de esto; de Jungkook, sea lo que sea. Él lo conoce. Nos conocemos prácticamente de toda la vida.
Y no sé cómo se identifica Jungkook, no parece preocuparle demasiado. Aun así, no me corresponde a mí sacarlo a la luz de ninguna manera.
—No.
Jameson me mira fijamente y yo hago todo lo posible por no mirarlo. En lugar de eso, me concentro en la hoguera que hay en medio de su patio y en la gente a la que ha invitado a una barbacoa el viernes por la noche. Por supuesto, Jungkook se lo está pasando en grande con su mejor amigo, que no parece estar acosándolo.
—¿No? ¿Por qué no?
Porque no me siento lo suficientemente bueno para un tipo como Ryan. Porque he estado evitando hablar con él, y no estoy listo para conocerlo. Porque he estado tonteando con quien pensaba que era mi némesis pero que en realidad ha empezado a gustarme.
Pero no puedo decir nada de eso. Y no lo digo.
En lugar de eso, bebo otro sorbo de cerveza y me encojo de hombros. No quiero un sermón sobre lo suficientemente bueno que soy. No quiero oír que no tengo que quedar con Ryan hasta que sienta que es lo correcto. Y no puedo hablarle de Jungkook.
Así que no hay razón para hablar de ello, y sólo espero que el tema cambie rápidamente porque no hablar con mi mejor amigo no es lo que más me gusta. Quiero contárselo todo, pero siempre he sido de los que se retiran cuando las cosas se ponen difíciles.
Cuando no conseguí mi beca, evité a Jameson hasta que me cazó y me obligó a hablar con él. Es lo que hago.
Miro a Jungkook, que ha robado la guitarra de Garrison y está rasgueándola, aunque no sabe tocar, y se le nota. Garrison se la quita, le empuja el hombro y se sienta en su silla, con la guitarra acústica apoyada en los muslos mientras rasguea, diciéndole a Jungkook que se lo deje al profesional.
Todos nos reímos, pero a Jungkook le da igual, como siempre. En lugar de eso, entona una vieja canción de Garth Brooks a pleno pulmón, sorprendentemente fuera de tono, y maldita sea, me resulta entrañable en lugar de molesto.
Porque así es Jungkook. Es tan libre en ese sentido. Puede ser él mismo cuando quiera. Tan fuerte como quiera. Y es contagioso.
Sonrío en su dirección y, cuando me mira, me lanza un guiño pequeño pero muy confiado que espero que Jameson no note.
Si lo hace, no debe parecer nada fuera de lo normal, porque Jameson no dice ni una palabra. Sólo se acerca a su novio y se sienta a su lado, cantando a voz en grito con Jungkook y el resto de los asistentes a la fiesta.
Cuando la fiesta empieza a terminar, todo mi cuerpo palpita de emoción mientras me escabullo con Jungkook hacia su casa. No perdemos el tiempo, nos desnudamos y nos dirigimos a su habitación, con la ropa por los aires y las bocas entrelazadas por la pasión y la necesidad.
Caigo de espaldas sobre la cama mientras su enorme cuerpo desnudo cae sobre mí, y no nos tomamos ni un respiro. Nos besamos y nuestras manos se recorren mutuamente. Sé que le gusta que le chupe la lengua, así que lo hago. Él sabe que me encanta que me chupe el cuello, así que hace lo mismo.
Su boca recorre mi clavícula y desciende por mis pezones, dedicando tiempo a acariciarlos y lamerlos antes de bajar por el centro de mi vientre, pasar la lengua por mi ombligo y luego sus labios vuelven a encontrar los míos.
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Mi Amante, Mi Defensor
AcakTercer libro de la serie, esta adaptación corresponde a la historia de Oakley y Travis de la adaptación Corazón Reservado. Esta historia no me pertenece todos los créditos a la autora original. Adaptación hecha al KookjinKook, contiene versatilidad.