[ 21 ]

272 76 1
                                    

JUNGKOOK

—Mierda—. Sí. Justo ahí—. Me hundo en el apretado calor de Seokjin, escuchando las mandonas indicaciones que me encantan hasta que todo su cuerpo se pone rígido. Mis manos están en sus caderas, tirando de su culo contra mí mientras estrangula mi polla.

No aguanto más y eyaculo profundamente dentro de él, esperando que se corra también. Pero si no, lo arreglo en cuanto puedo moverme de nuevo. Me derrumbo sobre su espalda y su frente cae contra el colchón.

—Umph. Pesas mucho, carajo.

Sonrío y le muerdo el hombro antes de girar sobre mí mismo.

Se pone de lado y apoya la cabeza en la mano.

—No te he dicho que te muevas.

Me rio, me inclino hacia él y le robo un beso. —¿Te has corrido?

Una sonrisa pícara se dibuja en su cara mientras el rosa tiñe sus mejillas. 

—Sí. También me empujaste a la zona húmeda. Gracias.

Me rio con facilidad, sin que me moleste su lindo tono de enfado, que sé que no es su verdadero tono de enfado. Le beso la punta de la nariz y salto de la cama. —Vamos. Vamos a ducharnos.

No discute conmigo. Ya lo tenemos controlado. Joder en la ducha. Luego pasamos el rato. Es agradable.

Es jodidamente agradable.

Me estoy acostumbrando, y creo que él también. Eso probablemente debería asustarnos a los dos, pero hasta donde yo sé, no lo hace.

Nos duchamos, los dos volvemos a excitarnos con lentas y mutuas pajas, y luego salimos y nos secamos. 

Tras cambiar las sábanas y ponernos los dos los pantalones, volvemos a la cama y nos apoyamos en el cabecero. Agarró el móvil y él busca el suyo mientras yo abro la aplicación de Pinterest y paso el dedo por las sugerencias.

Me fijo en una foto de una mesa de picnic hecha con madera sobrante. —Definitivamente podría hacerla.

Seokjin se inclina, observando mi teléfono. —Sí, quedaría muy bien en tu jardín. Pero, ¿necesitas una mesa de picnic?

Me encojo de hombros. —Podría organizar un picnic.

Sonríe y apoya la cabeza en mi hombro, estudiando de nuevo la foto. —Quizá podrías ganarte la vida con esto.

—¿Qué quieres decir? —Agrego la mesa de picnic a mi tablero personal y sigo buscando ideas.

—Todos estos proyectos geniales. A la gente le encantarían en sus patios. No sólo Garrison y Jameson.

Me encojo de hombros, nunca había pensado en eso. —Sí, lo dudo mucho. Me siguen la corriente y me dejan hacer lo que quiero.

—Esa hoguera es una cosa genial, y lo sabes—, dice ferozmente, sentándose y mirándome como si estuviéramos teniendo una conversación importante.

—Eh...

Pone los ojos en blanco y cruza las piernas, aún de cara a mí. —Hablo en serio, Jungkook. La gente pagaría un buen dinero. Sólo el columpio del porche ya sería un éxito de ventas. Podrías hacerlo.

—Sí, no sé nada de eso. Sólo lo hice para mí.

—Claro, ¿y no quieres compartir esa alegría?—. Sonríe y parece muy emocionado, como si hubiera tenido una idea brillante, pero yo no la veo. Sólo estoy jugando con estos proyectos. Es algo que hacer en mi tiempo libre.

—Soy paisajista. Me gusta mi trabajo.

—Sí, lo sé.—No parece decepcionado con ese hecho.

A veces me pregunto si querría ir a la universidad como él, si tal vez querría algo más conmigo que este rollo que tenemos. Pero luego me recuerdo a mí mismo que no quiero más. Eso sería una locura.

Tan loco como yo intentando vender mis servicios. Eso es una locura.

—Y sé que te encanta el paisajismo, pero esto sería algo que podrías añadir a eso. Sé que te encanta hacer estas cosas. Podrías ganarte muy bien la vida.

—Ya lo hago.—Honestamente, no estoy seguro de cuánto más necesitaría. Tengo todo lo que podría desear. Mi impresionante camioneta que algunos llaman oxidada pero que me encanta. Una casa que alquilo por ahora, pero no es tanto al mes, y estoy ahorrando para construir mi propia casa algún día. Entonces, ¿qué necesito? ¿Un fondo de jubilación? Ya lo conseguiré.

Resopla, pero no está molesto, se sienta a mi lado y nuestros hombros se tocan. —Sólo digo que sería genial. Tienes talento. No deberías desperdiciarlo.

Parece que esto le importa de verdad.

—Sí, nunca se me han dado bien los negocios.

Apoya la cabeza en mi hombro, parece que lo asimila. Yo dirigiendo un negocio sería un desastre. Y él debe de haber llegado a la misma conclusión, porque finalmente lo deja y volvemos a nuestra agradable y cómoda existencia.

Sin embargo, no dejo de pensar en lo que dijo sobre convertirlo en un negocio. Veo tantos proyectos geniales que sé que podría hacerlo mejor. Pero seamos realistas, mi jardín no es muy grande, como tampoco lo es el de Jameson y Garrison.

Estaría muy bien difundir todos estos proyectos, tener mis diseños en los patios de la gente.

Pero probablemente no debería pensar demasiado en eso.

Me gusta mi vida tal y como es ahora.

No hay necesidad de complicarla.

Mi Amante, Mi Defensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora