[ 15 ]

361 85 3
                                    

JUNGKOOK

—Jesús, tu culo es tan jodidamente firme—, digo mientras aprieto los duros globos del culo de Seokjin mientras se sienta a horcajadas sobre mi regazo en su sofá.

Cuando me dejó entrar en su apartamento esta noche, no me dejó desnudarme de inmediato. En lugar de eso, tiró de mí hacia el sofá, me empujó y se subió a mi regazo antes de atacarme con los labios.

Me encantó.

Dice algo totalmente ininteligible antes de meterme la lengua en la boca y empujar hacia delante, con su polla dura arrastrándose por la mía a través de nuestros vaqueros.

—Llevamos demasiada ropa—, digo agarrándole el culo con fuerza y jadeando contra su boca.

Él asiente, su nariz se arrastra sobre la mía mientras me besa suavemente. Está hambriento. Me dije a mí mismo que lo dejaría dar el siguiente paso. Que no lo presionaría. Pero no he podido resistirme a preguntarle si estaba pensando en ello hoy. Porque ahí es donde mi mente ha estado cada segundo desde que salí de su casa el otro día.

Necesitaba saber que ambos estábamos pasando por esa tortura, no sólo yo. Cuando vi que se sonrojaba con un calor inconfundible, supe que quería esto.

—¿Qué quieres esta vez, Seokjin?

Se echa un poco hacia atrás, me pone las manos en los hombros y me mira profundamente a los ojos, con un rubor que le sube por el cuello hasta las orejas mientras parece pensarse mi pregunta. 

Estoy a punto de volver a preguntárselo, pero finalmente abre esa preciosa boca para hablar antes que yo. —Quiero usar mi boca contigo.

Mierda. Mierda. Se me seca toda la boca e intento desesperadamente tragar para humedecerla, pero es inútil. —Bien—, apenas consigo atragantarme a través de mi garganta desértica.

Pero él no se mueve, se sienta en mi regazo, con los muslos a horcajadas sobre los míos, nuestro pensamiento duros y metidos en los vaqueros. —Yo nunca...—Se detiene, pero no hace falta que siga para que yo complete lo que iba a decir.

Nunca había realizado sexo oral.

—Yo tampoco.

No le hace gracia, levanta una ceja molesto y ladea la cabeza. —Te la han chupado ante.

Me encojo de hombros porque sí. —Tal vez.

Él asiente repetidamente, como si ya lo supiera, pero no se siente bien por ello. —No quiero que me compares con alguien que sabe lo que hace. No lo he hecho antes, y sé que es patético, pero...

No lo dejo terminar. Agarrándolo por los bíceps, atraigo su boca hacia la mía y lo callo con un beso feroz y duro al que responde al instante. Gime en mi boca y sonrío antes de separarme lentamente y mirarle a los ojos. 

—Te conozco desde hace mucho tiempo, Seokjin. Todo lo que intentas, lo consigues.

Sacude la cabeza al instante. —No es verdad.

—¿De verdad crees que voy a criticarte?

Se muerde el labio inferior y noto sus nervios. —No lo sé. Es que no quiero que me comparen con nadie.

Sonrío porque es fácil. —Puedo garantizarte que, cuando tu boca esté en mi polla, no pensaré en nadie ni en nada más. Probablemente me avergonzaré de mí mismo y me correré en cuanto esos labios envuelvan mi polla.

Siento cómo se estremece entre mis brazos mientras mis manos pasan de sus bíceps a su espalda. —Prometo no juzgarte—. 

Me sonríe de una forma sexy y segura que me hace inclinarme hacia él para besarlo.

Mi Amante, Mi Defensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora