Mi Amante, Mi Defensor

[ 13 ]

JUNGKOOK

Mi corazón acelerado amenaza con escaparse de mi pecho. Me alegré de poder venir y follarle los sesos. Mostrarle lo que se estaba perdiendo.

Pero ese maldito beso. La puta madre. Nunca había experimentado un beso así en mi vida. Lo sentí en todas partes. Me perdí en él como nunca antes lo había hecho. Sus labios eran tan suaves como había imaginado, pero también firmes y exigentes.

No era un participante flexible que me dejaba hacer. Con Seokjin, había empuje y tirón. Había casi una ferocidad. Sí, eso es. Era feroz. Furioso y apasionado, pero también suave y dispuesto.

Cuando dejó de besarme, pensé que se había acabado. Que me apartaría y tendría que luchar para retomarlo. No habría estado por encima de la mendicidad en ese momento. Ofreciendo mi camioneta para otra oportunidad. Pero no me apartó.

Sólo quería ir más despacio. Sus manos moviéndose lentamente sobre mí mientras tocaba cada parte de mí fue suficiente para casi volverme loco, pero de la mejor manera posible. Su tacto era tan firme como su boca, pero también suave. Como si no pudiera creer que me estuviera tocando, que pudiera tomarse su tiempo para explorar.

Así que no me atreví a moverme ni a hablar. Me quedé quieto, con la polla implorando alivio, pero tendría que esperar. Quiero esto para él. Lo quiero para mí.

Quiero este momento. Este momento.

Porque sé que se lo va a pensar demasiado. Sé que probablemente se arrepentirá, aunque espero que no, y egoístamente quiero el recuerdo.

¿Y por qué? No estoy muy seguro. 

Se acerca a mí e inspiró con fuerza antes de que apriete sus labios contra los míos, explorando suavemente mi boca, como hizo con sus manos en mi cuerpo. Me pellizca ligeramente el labio inferior y luego el superior, antes de follarme lánguidamente la boca con la lengua.

No puedo resistir más las ganas de tocarlo y deslizo la mano por su suave espalda hasta agarrarle la nuca, sujetándolo y profundizando el beso.

Gruñe y me pasa las manos por el pecho y los pectorales mientras me devuelve el beso. No es tan musculoso como yo. Es más delgado, pero su cuerpo es definido y hermoso. Duro por todas partes. Incluida su polla, que se desliza contra la mía de vez en cuando. Decir que Kim Seokjin es hermoso sería quedarse corto.

Es perfecto. Eso es un hecho. Su cuerpo duro contra el mío es mi nueva adicción, puedo sentirlo, mi cerebro se aferra a este recuerdo y se aferra mucho. Sabiendo que lo desearé desesperadamente una y otra vez.

Cuando su mano agarra nuestras dos pollas, cierro los ojos con fuerza, mi cuerpo se enciende de intenso placer mientras empujo su mano y nuestras pollas se deslizan la una contra la otra.

—Sí—, jadea contra mi boca.

—Mierda—, digo entre besos acalorados y empujando a un ritmo perfecto con él. ¿Quién iba a decir que una polla contra otra se sentiría tan bien? ¿En serio? No tenía ni idea, pero ahora soy adicto.

—Sí, Jungkook—. Mi nombre en sus labios me estimula. Es un sonido hermoso. Uno que quiero escuchar una y otra vez.

—¿Estás cerca? Quiero sentir cómo te corres, Seokjin. Quiero que grites mi nombre cuando lo hagas.

—Oh, Jesús—, dice, su polla deslizándose sobre la mía, nuestro presemen facilitando el deslizamiento porque los dos estamos goteando como locos.

—Jungkook—, corrijo, y me muerde el labio inferior, pero sonríe y jadea.

—Mierda, Jungkook—. Echa la cabeza hacia atrás y aprovecho para chuparle el cuello, por encima de la nuez de Adán y la mandíbula. Mordisqueo mientras él jadea y echa las caderas hacia delante. —Estoy tan cerca.

Le agarro el culo con las dos manos y tiro de él hacia mí. —Yo también. Hazlo conmigo, Seokjin. Estás tan caliente.

—Oh, Dios—, gime, con la cabeza todavía echada hacia atrás, y parece extasiado. —Jungkook—, jadea, no es exactamente un grito, pero es tan hermoso como imaginaba. Su cuerpo se contrae, las venas de su cuello se tensan justo cuando se corre, y su semen caliente y pegajoso cubre su mano, mi polla y nuestros cuerpos, lo que es suficiente para desencadenar mi propio orgasmo.

El placer me recorre la espina dorsal hasta los huevos mientras los vacíos, combinando nuestras descargas mientras él nos acaricia hasta que ninguno de los dos puede más.

Baja la barbilla y yo aprieto mi frente contra la suya, intentando recuperar el aliento mientras contemplo nuestras pollas en sus manos, cubiertas de semen. Los músculos de su estómago se flexionan con cada jadeo.

Fue lento y frenético al mismo tiempo. El mejor maldito orgasmo que he tenido en mi vida. El mejor beso. El mejor puto todo.

Sus ojos se cierran mientras respira hondo y se aparta para mirarme a los ojos. El miedo me inunda porque no quiero que me diga que ha sido un error. No quiero que me rechace.

No quiero que se lo piense demasiado.

Sus ojos se abren y veo una sonrisa sexy en sus labios rojos e hinchados. —Mierda, Jungkook. A veces tienes buenas ideas.

Me rio y lo empujo juguetonamente mientras él también se ríe, soltándonos y empujándome de vuelta. —Deberíamos asearnos.

—¿Tu ducha es lo bastante grande para los dos?

Sus ojos se deslizan disimuladamente por mi cuerpo antes de encogerse de hombros. 

—Supongo que lo averiguaremos—. Se dirige hacia el baño y me tomo un momento para admirar su culo firme mientras camina. Maldita sea, tiene un buen culo. Me guiña un ojo por encima del hombro como si supiera exactamente lo que acabo de hacer, y no me regaña por ello. —Ven, vamos. Quiero hacerlo otra vez.

Bueno, maldita sea. Creo que por una vez se va a dejar llevar. No pensar demasiado. No es muy Kim Seokjin. Si bien eso no es siempre una mala cosa, y estoy seguro de que podría soportar a pensar en algunas cosas un poco más, me alegro de que él nos va a dar una oportunidad.

Por una vez, va a intentarlo a la manera de Jeon Jungkook.

Y estoy decidido a demostrarle lo divertido que puede ser.