JUNGKOOK
Hombre, me encanta conducir hasta Kensley. Siempre será mi hogar. Conducimos por Main Street y, como era de esperar, hoy está todo cerrado, pero sigue teniendo buen aspecto. La nieve cubre las calles de ladrillo y las aceras.
Y no puedo creer que Seokjin pensara que mi camioneta no llegaría hasta aquí. Quiero decir, vamos. Este vehículo es más que fiable, a pesar de tener cien años. Bueno, no tan viejo, pero me encanta.
Y lo logramos.
Creo que me debe una mamada por equivocarse. Lo mencionaré más tarde.
—¿Quieres pasar por casa de tus padres?—. Le pregunto cuando atravesamos la ciudad y nos dirigimos hacia el campo donde ambos solíamos vivir. Sus padres viven a un kilómetro y medio de los míos.
—No, gracias—. Parece nervioso, y no me gusta. Pero de ninguna manera iba a dejar que pasara Acción de Gracias solo. Garrison y Jameson van a casa de sus padres hoy, así que no queda nadie en Hayes.
Y sé que está preocupado, pero van a ir con sus familias juntos. Sus padres han aceptado plenamente su relación, y aunque Kensley es un pueblo pequeño, con algunas mentes pequeñas estúpidas, está mejorando mucho.
Kingston y Camden incluso vuelven aquí a menudo, sólo para pasar el rato, y nadie dice una palabra. Le han mostrado a la ciudad cómo es el amor, y es algo hermoso. Lo mismo con Garrison y Jameson.
Mis padres son geniales. Entiendo por qué está nervioso, pero conozco a mis padres. Estarán bien. Eso creo. Eso espero.
No quiero equivocarme y verlo lastimado, pero lo que dije fue en serio. Si tienen algún tipo de problema con Seokjin, o conmigo, o Seokjin y yo, me iré. Dejaré que lo piensen y que vuelvan a mí, porque sé que son buenas personas.
Cuando llegamos a la casa en la que crecí, no puedo evitar esbozar una amplia sonrisa al contemplar la casa de campo blanca que construyó mi bisabuelo y a la que se mudaron mis padres cuando él falleció.
Bajamos y cerramos las puertas, caminando hacia la casa, uno al lado del otro. Entonces me detengo al notar que el columpio del porche parece un poco desgastado. Seokjin sonríe a mi lado.
—Quieres arreglarlo, ¿verdad?
Me conoce demasiado bien. —Cuando haga más calor, lo haré. Aunque tiene como cien años -literalmente-, así que quiero tener cuidado con él.
Me pone una mano en el hombro y sonríe dulcemente. —No me cabe duda de que estará en buenas manos.
—Cuidado. Eso ha sonado como un cumplido.
Parece como si quisiera inclinarse y besarme con fuerza, y yo deseo lo mismo. Pero cuando me inclino, se echa hacia atrás, con los ojos puestos en la puerta principal de la casa. —Entremos.
Ah, va a ser así.
—Jin—, empieza a caminar hacia la puerta, pero le agarró de la mano y atraigo su cuerpo hacia el mío. —Si quiero besarte, lo haré. Mientras tú también quieras que te besé.
Hace un frío de mierda aquí fuera, gordos copos de nieve caen sobre nuestras cabezas, pero no me muevo. Lo miro fijamente y espero. Sus hombros se hunden y niega Con la cabeza.
—No quiero arruinar Acción de Gracias.
Me rio, le agarro la nuca y le doy un beso sincero en los labios, sin querer separarme de él mientras saboreo su dulce boca. Su mano se dirige a mi pecho, pero no me aparta. Me atrae hacia sí y sonrío contra sus labios.
—Nunca arruinarías Acción de Gracias besándome—, suspiro contra él, con los pulmones escocidos por el frío.
—¿Y si tus padres vieran esta pequeña exhibición?—, me pregunta, pero no se aparta de mí.
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Mi Amante, Mi Defensor
AlteleTercer libro de la serie, esta adaptación corresponde a la historia de Oakley y Travis de la adaptación Corazón Reservado. Esta historia no me pertenece todos los créditos a la autora original. Adaptación hecha al KookjinKook, contiene versatilidad.