JUNGKOOK
Es Navidad, y Seokjin no puso ningún reparo en acompañarme hoy a cenar a casa de mis padres. Mi madre estaba encantada de que viniera conmigo. Creo que la mujer puede estar enamorada de él. No paraba de decirle que fuera conmigo la próxima vez que volviera.
Seokjin también parecía muy enamorado.
Y aunque fue estupendo, en el fondo de mi mente siempre estaba la idea de que quizá no estaría aquí mucho más tiempo.
Seguro que ha ahorrado bastante dinero trabajando en la empresa de jardinería. Probablemente pronto empezará a pagarse la universidad. Puede que incluso se mude a una ciudad universitaria y encuentre trabajo allí. Me duele el corazón de pensarlo.
Sé que es sólo sexo entre nosotros. Lo sé, pero también es amistad y me he encariñado mucho con él.
Aun así, intento no estropear el ambiente, porque en cuanto llegamos a mi casa después de volver de Kensley, nos desgarramos el uno al otro. Nos desnudamos y me hundí en su cuerpo como tantas otras veces. Nunca pasa de moda. Nunca es aburrido o monótono como pensé que sería.
Es tan excitante como la primera vez, cada vez.
Estamos sudorosos y desnudos, con él en mis brazos, sus ojos se cierran lentamente, pero no puedo permitirlo. Todavía no.
—Espera. No te duermas.
—Estoy en coma sexual—. Tiene los ojos completamente cerrados y es tan testarudo que me rio con cariño y le beso la nariz.
—No. Todavía no.
—Jungkook—, se queja, pero hay cariño en su voz. No está realmente molesto.
—Vamos. Deja que te enseñe algo.
—¿Otra lluvia de meteoritos?—Abre los ojos y veo emoción en ellos. Se me revuelven las tripas. Estaba seguro de que pensaría que era tonto por querer levantarme a las dos de la mañana para ver aquello, pero creo que le encantó incluso más que a mí. Hoy se lo ha contado todo a mis padres en su casa.
Me han mirado con una expresión que no he podido descifrar, pero estoy seguro de que se han alegrado. A mí también me hizo feliz. Compartirlo con él y oír lo mucho que le gustó.
Este tipo.
No sé cómo sucedió, pero creo que estoy un poco obsesionado con él. Pero luego, me pongo un poco triste cuando me recuerdo que esto es sólo temporal. Que pronto querrá irse, y tendré que dejarlo ir.
No puedo ser yo quien retenga a un chico como Seokjin. Está destinado a grandes cosas, pero quizá, sólo quizá, algún día recuerde estos pequeños y sencillos recuerdos y sonría. Mientras se va de vacaciones lujosas y hace un montón de dinero. Cambiando el mundo.
Con suerte, seré un buen recuerdo. Sé que lo será para mí.
—¿Estás bien?—Ahora parece preocupado, y me doy cuenta de que me he despistado un poco.
—Estoy bien. Pero quiero enseñarte tu regalo. Por favor.
Sonríe, sacudiendo la cabeza, pero se quita las mantas de encima y se baja de la cama, completamente desnudo y dejándome como un puto idiota. ¿Qué pensaba hacer? No puedo pensar.
Mi polla empieza a endurecerse, a pesar de haberme corrido no hace más de diez minutos, y él se ríe, lanzándome un par de pantalones. —¿Es mi regalo? —Me mira la entrepierna cubierta por las sábanas y yo me encojo de hombros.
—Bueno, sí. Es uno de ellos.
Sonríe, es tan lindo cuando lo hace. —Oh, definitivamente estaría satisfecho con eso.
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Mi Amante, Mi Defensor
RandomTercer libro de la serie, esta adaptación corresponde a la historia de Oakley y Travis de la adaptación Corazón Reservado. Esta historia no me pertenece todos los créditos a la autora original. Adaptación hecha al KookjinKook, contiene versatilidad.