00: El Pasatiempo de Jisung

728 55 10
                                    

"El Pasatiempo de Jisung"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"El Pasatiempo de Jisung"

Entonces lo tomó por detrás, tan brusco y demandante como siempre era cuando estaban a solas, y sin más entró en él de una sola estocada. Entró tan fuerte y tan profundo que aquel bonito rubio sintió que estaba viendo las estrellas debajo de sus párpados, si no fuera por el increíble dolor que sintió segundos después, justo en la zona de la espalda baja, podría haberse corrido en ese mismo instante.

— Eres mío. Dilo.

El rubio abrió la boca para hablar pero en ese instante el musculoso moreno comenzó a arremeter bruscamente contra él, cada penetración más fuerte que la anterior le imposibilitaba formular palabras coherentes. El placer le estaba nublando las ideas.

— S-soy tu, tuyo...

Alto.

Un gran golpe se escuchó en su puerta.

— ¡Jisung, abre!

El nombrado despertó de su ensoñación al momento en que su hermanastro volvió a tocar la puerta bruscamente. Bufó molesto mientras se ponía de pie, estaba por terminar el capítulo treinta de su aclamado fanfic y lo estaban interrumpiendo en la mejor parte, más valía que fuera algo rápido o perdería la inspiración por completo y eso lo retrasaría hasta un día entero.

No podía hacerle eso a sus seguidores.

— ¿Qué quieres? — Preguntó a través de la puerta. No estaba de humor para alargar ese encuentro más de lo necesario por verle la cara al dueño de esa fastidiosa voz.

— Déjame pasar, tengo las plumas que me prestaste ayer.

— Yo no te presté nada. — El castaño frunció el ceño pero igual terminó por abrir la puerta, encontrándose con el atractivo rostro de Lee Minho. Cómo detestaba ese rostro.

— Bueno, no las pedí.  Ayer vine y las tomé cuando no estabas. — Minho sonrió gatunamente, recargándose en el marco de la puerta y de pronto observándolo con demasiado diversión en su rostro. Esa sonrisa jamás podía ser algo bueno.

— ¿Gracias, entonces?

— ¿Qué estabas haciendo? Tienes una erección.

Ahí estaba.

El mayor irrumpió en la habitación ajena sin pensarlo, buscando el celular, la computadora o con lo que sea que se estaba estimulando su querido hermanastro antes de que lo interrumpiera, aunque este último se le adelantó y fue más rápido a pesar de su extremo sonrojo, alcanzando a cerrar la laptop que tenía encima de su escritorio.

— Eres un bebé, es comprensible que estés así por las hormonas. No debes avergonzarte. — Agregó con más gracia de la que su tono de voz expresaba.

— Yo no estaba haciendo nada. No me tengo que avergonzar.

Minho rio como respuesta, tirándose en la cama del contrario mientras miraba la pantalla de su móvil.

KILL-TIME × minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora