Capítulo 16

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Uno, dos, tres...

Contó Camus para intentar relajarse, la idea de que Milo lo estuviera siguiendo a todas partes no era una buena idea.
Es por ello que al entrar a los sanitarios le colocó el seguro a la puerta para poder atender el llamado de Shura quien lo esperaba dentro.

- Con tu rastreador es sencillo ver dónde estás, lo cual me facilita la manera en vigilante - Habló el español saliendo de uno de los sanitarios.

- Dime que sucede pero urgentemente, Milo quiere cuidarme hasta para venir a los sanitarios - Habló en voz baja.

- Seré breve ¿Que sabes del bando contrario? ¿Milo o Saga han mencionado algo?

Camus negó de inmediato - No, en el corto tiempo que llevo aquí con ellos no dicen nada, es más ni siquiera se cómo es su forma de trabajar... Todo este tiempo Milo se la pasado coqueteando intentando tenerme bajo sus dominios. Creo que tengo un punto a mi favor.

- No te confíes demasiado Camus, Schizas es un tipo que sabe perfectamente hacer sus jugadas, ten cuidado con ello.

Descuida - Camus levantó las manos negando la situación - Todo está en orden, sé lo que hago.

Shura dió un respiro para darle la noticia por la cual estaba presente ahí - De ahora en adelante siento dejarte un poco solo, verás, mi tío me encomendó la tarea de buscar infiltrarme en las filas del bando contrario, necesitamos acabar con las dos organizaciones, ninguno se puede quedar libre.

- Desde aquella noche cuando me quedé inconsciente solo recuerdo que se hicieron presentes atentando en el lugar.

- Era Aioros y su gente, tenemos que hacer algo Camus. Si alguno de los dos no regresa a salvo, quien quedé aún con vida debe seguir con el plan... No podemos permitir que en esta ciudad ni mucho menos en este país dominen ellos con sus sucios negocios. ¿Estás de acuerdo?

Camus por unos momentos se quedó en silencio, sabía que ese trabajo era muy arriesgado y aún así tiene que dar todo lo mejor de su para poder regresar con su amada pareja y seguir con sus planes a futuro lejos de ese empleo que solo les causaba más molestias que tranquilidad.

- Cuenta con ello Shura - Camus extendió su  mano para que el español la estrechara con el - No dudes en mantenerme al tanto cuando se pueda.

- Y tu tampoco me dejes sin información, todo puede ayudar y cualquier tema es valioso.

Unos ruidos provenientes de la puerta del sanitario se escucharon interrumpiendo esa plática, Shura no tubo alternativa más que esconderse en uno de los cubículos para no ser visto mientras Camus empapaba un poco sus manos y después se dirigió a la puerta y abrir quitando el seguro.

Dió un suspiro de alivio al ver que Milo no era la persona que necesitaba el sanitario con urgencia, se disculpó con la persona que iba a entrar y dirigió su andar a la mesa donde Milo lo esperaba con los platillos servidos.

- Unos minutos más y ten por seguro que estaría detrás tuyo primor - Habló Milo dando un trago a su copa.

- No hace falta, además creo que esos momentos son en privado ¿No? - Respondió tomando su lugar en la silla.

- Pueden ser los mejores de tu vida si estás con la persona correcta en ese sitio - Después de esto Milo le dió un guiño coqueto.

Acto que Camus intentó calmar pues el sonrojo en sus mejillas eran muy notorias, simplemente tomó su tenedor para poder probar ese platillo que Milo había ordenado por el.

Mientras disfrutaban de sus alimentos fue Schizas quien rompió ese silencio entre los dos, claramente esa cena tenía un objetivo.

- Camus, seré claro y directo - Milo se aclaró un poco su garganta - Necesito un gran favor tuyo primor, ten por seguro que si logras este cometido Saga te recompensará muy bien.

Aunque al escuchar la palabra favor, Camus no pudo evitar soltar su tenedor mientras que con la mirada en su platillo escuchaba lo que Milo le pedía encarecidamente.

- ¿Es muy arriesgado?

- Eso depende de la rapidez que te lleve hacerlo.

Milo entrelazó sus dedos mientras le explicaba en voz baja lo que realmente necesitaba, Camus necesitaba escuchar con detenimiento todo lo que le decía, además de llevar su segunda vida en ese mundo de la mafia ahora estaba en juego la reputación de ese hombre al que se le debe hacer una gran jugada y esa información necesitaba hacerla llegar a como diera lugar con El Cid.

- ¿Puedo hacer las cosas a mi manera Milo? - Camus interrumpió la plática.

- ¿Acaso eres experto en eso lindura.

Camus exhaló con calma mientras cerraba sus ojos por unos momentos, no revelaría su verdadera identidad pero puede jugar con lo que mejor sabe hacer y eso es fingir para tener las cosas a su favor.

- No lo soy Milo pero necesito que confíes en mí si es que quieres que haga todo lo posible por traer a Julián o a Saori. Lo único que te pido es que no intentes celarme ni mucho menos demostrarte que soy de tu propiedad, déjame un poco de libertad y puedo hacer que ese par los tenga Saga frente a frente.

- Lo dices como si fuera fácil primor pero está bien. Ellos conocen quien soy yo por lo tanto no podré estar detrás de ti pero mandaré unas escoltas personales que cuiden de tu integridad a una distancia considerable.

Camus asintió mientras tomaba nuevamente sus cubiertos para terminar sus alimentos, Milo le envió un mensaje a Saga para mantenerlo al tanto, por el tema de su hermano y de su jefe el señor Solo, ya no era preocupación alguna, todo estaba bajo control y además Camus tomó la decisión bastante bien.

Ahora lo que más le preocupaba a Camus era idear como enviarle la información a el Cid. Ventaja era que Milo no estaría detrás suyo pero su gente estaría cuidando sus pasos y cualquier movimiento en falso sin duda se lo harían llegar a Schizas.

- Kanon es hermano de Saga, además trabaja para el señor Solo. Puedes empezar por ahí primor.

Agregó Milo terminando sus alimentos. A los pocos segundos el mesero llegó con una nota sobre una charola. Milo la observó momentáneamente, pero lo que sorprendió a Camus en esos momentos es que Milo dejó solo la propina para el joven que los atendió en la cena.

Cuando el mesero se retiró, Camus no dudó en cuestionarle a Milo la razón del porque no pagó la deuda de la cena.

- Verás - Milo se rascó la punta de su nariz - Yo muevo esta ciudad a mi manera... Lo único que te puedo decir es que mucha gente la tengo de mi lado.

Camus se sorprendió al escuchar esta revelación, sin duda ese restaurante es parte de los tantos negocios que tiene Saga para poder seguir lavando dinero.
Ahora se sentía peor que un pájaro encerrado en una jaula.

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