02

549 32 1
                                    

Edward Cullen estaba dé rodillas frente a tres vampiros, quienes estaban sentados en unos tronos de metal, con algunos detalles en plata, oro y terciopelo rojo.

—Mi reina, al parecer has encontrado a tu último familiar con vida. —el vampiro del centro se puso de pie.

—Así es, al parecer el rastreador cumplió su trabajo, deberías agradecerle cuando vuelva a venir. —Mi madre sonrió.

—A perecido al terminar su misión lamentablemente. —una chica rubia entro a la habitación seguida de Victoria. —Su acompañante me lo ha informado.

—Es una pena, porque perdimos uno a cambio de otro, ¿no es verdad, Edward Cullen?

—He venido por mi muerte.

—Una simple súplica no será suficiente, con ese don, tendrías asegurado tu futuro dentro de nuestra humilde morada. —extendió sus brazos y su mirada se centro en mi madre. —Que nuestra reina decida si tu eres merecedor de tan, misericordioso destino.

Mi madre solo se aparto de mi, tomo a Edward de la misma manera que a mi cuando llegue y lo hizo ponerse de pie.

—A menos de que tu amada muera, tu vida aún sigue en pie.

Edward fue escoltado y no pude evitar mirar sus pensamientos, yo le resultaba familiar.

—Así que, Artemis, ella es tu hermana...

—Livian, su anterior nombre era Cassandra.

—Vaya, ¿Puedo revisar?

—Aro..

—Adelante. —le tendí mi mano.

Mis recuerdos cambiaron a mi conveniencia, el rostro de mi madre tomo el de mi abuela y el de mi hermana el de mi madre, así hasta que se mostró como viaje y un día lluvioso me transformaron.

—Fascinante historia. —sus ojos rojos me ponían nerviosa, pero todo sus recuerdos ahora eran lo que yo quería que fueran. —Similar a lo que Artemis me mostró cuando quería localizarte, hay unas cuantas reglas que tendrás que seguir si quieres quedarte aquí durante un tiempo, tu cabello es lindo pero rubio o negro se vería mucho mejor. Por otro lado esa vestimenta debe de cambiar, supongo no te unirás a nuestro clan.

—He pensado quedarme poco tiempo, solo hasta que consiga una nueva residencia permanente.

—Maravilloso, al igual que el color de tus ojos, nunca había observado algo así.

—Es el síndrome de quimera, múltiples adn en mi cuerpo, eso sigue ahí después de que me transforme.

—¿Todo una quimera, he? —Alec soltó el comentario y sonreí.

—Algo asi.

—Si nos disculpan, debo de encargarme de unos asuntos con Livian.

—Ve en paz.

🩵

—Morir de esta manera y morirse de un lazo roto es lo mismo.  —mi madre cepillaba mi cabello que ahora era rubio casi blanco. —¿Como es tu lazo?

—Me siento somnolienta, cansada, como si intentara dormir pero mi mente se nubla. —cerré mis ojos y por un instante sentí calidez. —Ha pensado en mi.

—¿Pero no te recuerda?

—No, cada que piensa en algo relacionado a mi, solo es como si sintiera cálido en mi corazón.

—Tu corazón no desprende calor.

—Pero lo siento.

—Deberías volver con él, Livian, ninguno merece ese sufrimiento.

—Necesito hacerlo, antes de volverte a perder. —me gire y me recosté en sus piernas como cuando era una niña. —Él vendrá por mi, lo sé y hasta entonces, aquí estaré.

—Eres una niña aun. —me comenzó a trenzar el cabello y sonreí. —Necesitas un abrazo al alma.

—Necesito cafune, Artemis. —reí. —¿Recuerdas una canción que me cantabas?

Ahora mismo no le podía decir madre, pues Jane y Alec estaban cerca de nosotros y eso según mi madre, nos traería problemas.

—¿Cuál de todas?

—Cúrate, mi niña, con amor del más bonito

Y recuerda siempre que tú eres la medicina

Que se vuelvan polvo,

que se vuelvan polvo todos los dolores

Que los queme el fuego,

que los queme el fuego y vengan nuevas flores

Que se vuelvan polvo,

que se vuelvan polvo todos los dolores

Que los queme el fuego,

que los queme el fuego y vengan nuevas flores.

—Nuestra madre la cantaba también, por ello la aprendí. —me enderecé y mire sus ojos, aún tenían un pequeño color dorado en ellos y eso era más que suficiente para mi. —¿Qué haces Livian?

—Dame tu mano.

Cuando la tome, en mi se reprodujeron sus memorias desde que llegó, su mente había sido gran parte borrada y al tratar indagar un poco más, todo se volvió penumbra.

—Jasper... —susurré y volví a mi. —Algo le pasa.

—¿Qué es lo que ves?

Entre los presentes me recostaron en la cama, un dolor se instauró en mi cabeza que solo me permitía gritar de tan grande sufrimiento en mi alma.

Y lo vi, estaba perdiendo sus memorias más preciadas, aquellas estaban pasando por mis ojos de manera fugaz, la punzada se volvió más fuerte y ahora no podía controlarlo.

La tormenta había llegado mucho antes de lo que había esperado.

La tormenta había llegado mucho antes de lo que había esperado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


hola a todos nuevamente!!

He decidido hacer un pequeño maratón solo porque se lo merecen y porque ahora puedo escribir de corrido sin perder tanto el hilo de la historia.

Escribir de noche/madrugada ayuda a eso

En otras noticias, llegamos a las 2.45k de lecturas!!!

Eso me pone muy feliz, tratare de mejorar un poco él desarrollo y escritura de esta historia.

Amo a las personitas que votan en todos los capítulos, también aquellas que llegan a hacer comentarios en la historia, me motiva bastante.

Ahora si, los dejo
Con amor, Gi

until i found you | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora