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—Es muy linda tu casa. —Jasper ayudó a Livian a guardar las cosas en su casa.

—Era de mi madre, ella vivía aquí antes. —Livian le brindo una sonrisa. —Supongo que estoy donde debí de haber estado en un principio.

—Bueno, me alegra que hayas recordado este lugar.

Jasper estaba en completo control al lado de Livian, el aroma de su sangre le repelía y el aroma a duraznos con menta machacada que desprendia de su persona, le daba esa tranquilidad que había estado buscado por demasiado tiempo, aquella chica era su compañera y acompañante por el resto de su existencia.

Así que procuraría protejerla de todo aquello que le hiciera daño, cuidarla cuando se encontrará mal y cuando más lo necesitara, la ayudaría en todo lo que pudiera, porque al fin y al cabo era lo que debía de hacer con ella.

Amarla, cuidarla, ayudarla y protegerla.

Esa era su misión como pareja.

Lo mismo ocurría con Livian, ella quería cuidarlo y ser aquella persona que ayudará a calmar sus miedos e incertidumbres, esa era su misión como su pareja destinada.

Aquel momento, Jasper estaba tan tranquilo junto a Livian, además de que podía mostrar su lado que había olvidado que tenía cuando se convirtió en un soldado, le gustaba que Livian hablara como si fuera de otra época, porque parecía que ambos estaban en la misma página.

Esa era la parte favorita de ambos, que parecían estar en la misma página así tuvieran siglos de edad de diferencia.

—¿Gustaría acompañarme a comer, Jasper? Pensaba en preparar pasta y algo de carne con vegetales, aunque si no te gusta podría preparar alguna otra cosa.

—Oh no, le agradezco su amabilidad, pero he comido antes de nuestro encuentro.

—Es una lastima, quería comer en compañía.

—¿He dicho que deseo marcharme ya? —el chico arqueó una ceja y le miró divertido cuando pareció palidecer.

—Lamento insinuar aquello, pero pensé que lo haría.

—¿Podría hacerle compañía? Si no es algo muy molesto o invasivo.

—Para nada, las buenas compañías hacen siempre que la comida siempre sea más sabrosa. —Livian soltó un suspiro y sonrió. —Al menos eso decía mi madre.

—¿Le hechas mucho de menos?

—Oh, para nada, ella murió cuando tenía unos ocho años apenas, aunque a veces me suelo preguntar que es lo que habría pasado si estuviera conmigo, suena ridículo, pero me gustaría tener una figura materna que me espere en casa cuando voy a la escuela y me reciba con comida con el característico sabor casero y me de un beso mientras hablamos de alguna cosa o simplemente pedirle algún consejo cuando alguna situación me atormente, pero supongo que, el tener casi la mitad de mi vida sin ella, me a ayudado a ser la persona que soy hoy en día.

Jasper la miraba de una manera atenta mientras un brillo peculiar se mostraba en sus ojos y es que los gestos y la manera en que ella hablaba le parecían de lo más maravilloso y encantador del mundo.

—Debió de ser muy duro para una niña pequeña.

—Oh no lo fue del todo, he tenido una vida plena y cómoda gracias a mi tío, es una pena que no haya querido venir, le abría encantado conocerte. —Livian sonrió feliz, porque la presencia de Jasper le parecía cómoda.

Jasper también estaba feliz solo porque Livian estaba más que contenta y cómoda a su lado, además le estaba contando de su vida, eso era muy especial para él.

until i found you | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora