[EN PAUSA] además de los licántropos que existían provenientes de la tribu quileute, habían más criaturas de la misma clase con diferente origen, más fuertes, más grandes, más nobles también.
Livian era parte de estos, una chica que además de ser un...
—Jasper, creo que se tiro algo en la cama. —me desperté casi de inmediato, estaba mojado.
—No se ha tirado nada, déjame revisar. —prendió la luz, destapo mi cuerpo y un dolor agudo similar a un piquete se instauró en mi vientre. —Aguarda un poco, ¿si? veré como diablos contacto a tu hermano.
Y cuando el salió de la habitación, por unos segundos todo se volvió obscuro.
"—¿Bia? ¿Qué diablos haces en el inframundo? —Nico y mi padre me miraron asustados.
—Ya vienen y necesito que me ayudes padre, con la braza, hazlo."
Desperté del dolor y ahora, mi padre y Nico estaban frente a mi.
—De acuerdo, trata de respirar. —Nico habla y simplemente sentía como si mi cuerpo se quebrara en dos.
—Amor, respira. —Jasper estaba detrás de mi y tomo mis manos hacia arriba.
—Usaré la braza, ¿de acuerdo? respira, Ilitia hazte presente porque necesito de ti. —una luz blanca incandescente ilumino la habitación.
—Esa tonta braza no es nada útil para traer vida al mundo. —una mujer de piel morena y cabello negro rizado se paro frente a mi. —Ahora linda, ya que me bajaron del Olimpo, será algo sencillo solo respira que ya casi nace la primer criatura.
Tome aire y lo solté. Sintiendo como algo bajaba rápidamente de mi ser.
—Listo, ya nació la primera, es un niño. —sonrió, el llanto se hizo presente y Nico la recibió en una toalla. —Haz lo mismo que ya casi baja tu bebe, solo respira.
Pasó exactamente lo mismo y nuevamente un llanto.
—Es una niña, en hora buena, ahora con la braza has que se recupere, tener dos partos no es algo fácil, gracias a los dioses que me hablaste tio, esta mujer no habría podido sobrellevar el dolor de dos partos con bebés de tal tamaño, sin más, me retiro. —le tendió la niña a Jasper que de inmediato dejo de llorar.
—Gracias. —dije y suspire.
Solo sonrió y de nuevo una luz blanca ilumino la habitación y ella desapareció. Mi padre, con su braza curo mi cuerpo que poco a poco comenzaba a doler y me sentí aliviada casi de inmediato.
—Niño y niña, ¿ya pensaron en los nombres?
—Quisiera darme un baño primero, bañar también a los bebés y luego decidirlo.
—Seguro. —mi padre sonrió aliviado. —Son hermosos, creo que ambos, serán grandes divinidades.
—Una líder y un soldado. —sonrió Jasper y asentí. —Tal y como lo habíamos dicho.
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