Capítulo 58 Dalila

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Nevra POV

-No podemos seguir corriendo en línea recta esperando a que lleguemos al final del muro. Ni siquiera sabemos si el muro tiene final

Casio tenía razón. Correr como idiotas en línea recta no nos iba ayudar en nada, pero, por primera vez, no tenía ningún otro plan. No sabía de qué otro modo podía llegar hasta Alysa y Cassandra. Así que seguí corriendo, porque correr era mejor opción que esperar y atormentarme con cada cosa mala que podría pasarles y el hecho de que yo no estaba ahí para ayudarlas de ninguna manera.

Después de correr varios minutos más, sin que Casio dijera nada, el hombre murciélago por fin se hartó y me tomó del brazo con fuerza para hacerme detener.

-Sé que quieres llegar con ellas, yo también quiero hacerlo, pero esta no es la forma en la que lo haremos

-¿Entonces como supones que lo haremos? -El hombre murciélago me miró de frente, apenas me sacaba unos par de centímetros así que no me costaba nada mantenerle la mirada. De cualquier manera, sabía que no iba a salir con nada, porque si se le hubiera ocurrido algún plan, ya lo hubiera dicho hace tiempo.

-No lo sé, pero sí sé que esta no es la forma. Además, estás olvidando que hace menos de diez minutos nos dispararon flechas, ¿no te has parado a pensar que esas mismas personas pueden seguir cerca esperando el momento perfecto para capturarnos?

Mierda. No lo había tenido en cuenta.

No lo había tenido en cuenta porque lo único que tenía en la cabeza era que acababa de rencontrarme con mi hermana mayor, que pensé que había muerto hace años, y que mi compañera, mi corazón, estaba lejos de mi alcance en el lugar más peligroso del mundo para ella.

Casio pareció notar mi tormento y suavizo un poco su voz cuando volvió a hablar. Parte de mi quería golpearlo por su compasión, pero otra parte también lo agradecía.

-Deberíamos internarnos entre los árboles, tomarnos un momento, aclarar la mente y luego si decidimos que hacer. Pero no podemos seguir tan a la vista, estamos siendo un blanco muy fácil

-Tienes razón. Vamos, pero ten cuidado donde pisas, no sabemos si tienen trampas por ahí distribuidas

Casio asintió y los dos no internamos un poco en el bosque, muy alertas de nuestro entorno para evitar caer en cualquier tipo de trampa o emboscada.

Afortunadamente no hubo ninguna de las dos, y tampoco oímos que hubiera alguien cerca de donde estábamos.

De momento estábamos seguros.

Casio y yo nos quedamos en silencio un rato. Yo aproveche para apoyarme contra un árbol y descansar un poco, mientras intentaba aclarar mi mente. Por su parte, el hombre murciélago empezó a caminar de un lado al otro, mientras movía los brazos como haciendo estiramientos.

Parecía que le dolía lo que estaba haciendo, aunque intentaba disimular bastante bien las expresiones de su rostro. Si hubiera estado con otra persona, tal vez lo hubiera logrado, pero no conmigo. Era una persona muy atenta a los detalles, extremadamente atento, en realidad. Lo había tenido que ser debido a mi trabajo, sobre todo si quería ser el mejor en ello, lo cual era, y por eso son pocas cosas que se me pasaban por alto cuando tenía que ver con leer a una persona.

Que era lo que estaba haciendo con Casio.

-¿Cómo van tus alas?

-Están sanando, pero duele como un condenado

-Siento no tener nada para ayudarte con eso -Casio negó con la cabeza restándole importancia.

-No pasa nada. Ni que hubieras sido tú el que me disparó con las flechas

El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora