Alysa POV
Me mire una vez más al espejo sin poder creer que era la misma chica que se reflejaba en el cristal. Llevaba puesto un vestido inspirado en los Fenghuang que hasta hace un día no tenía la menor idea de quienes era eran. Y tenía que decir que el vestido me hacía lucir realmente impresionante, más adulta, más seductora, más hermosa, recuerdo haberme sentido de esa misma manera usando el vestido que habían dejado las sílfides para mí durante mi estadía en su reino.
-Que envidia que los Purrekos te hayan regalado ese vestido -Veo a Alajea hacer un puchero a través del cristal y no puedo evitar reírme un poco. Lucía como una niña pequeña.
-Sinceramente fue una sorpresa este detalle, simplemente les había ayudado a recuperar unos familiares que se les habían escapado
-También les he ayudado y nunca me han regalado nada -Alajea lucía indignada, pero sabía que en el fondo estaba feliz por mí.
-De cualquier manera, te ves preciosa Alysa -Karenn aún sonreía divertida por la actitud de Alajea - ¿Las flores también son de parte de los Purrekos?
-Sí, me han estado enviando un arreglo florar cada semana desde hace un mes. Siento que están siendo demasiado amables conmigo, tal vez debería decirles que todo esto no es necesario.
- ¡No! -Alajea y yo miramos a Karenn sorprendidas por su exabrupto -Quiero decir...que los Purrekos se sentirán ofendidos si les dices eso, lo mejor sería dejarlo así y esperar que se cansen
-Sí tú lo dices...- Mire una última vez a Karenn algo contrariada antes de mirarme nuevamente en el espejo. Karenn había estado actuando rara todo el día, la había pillado varias veces mirándome de reojo como si quisiera decirme algo, pero no se atreviese. He tenido el deseo de preguntarle, sin embargo, algo me decía que no iba a obtener respuesta alguna sobre aquello. Imaginaba que cuando quisiese hablar, hablaría.
-Deberíamos ir yendo a la Sala de las Puertas. Acepte no ir a recibir la llegada los Fenghuang debido a que ninguna quería ir, pero me prometieron que podíamos ir ver a Huang Hua cuando viniera a instalarse
-Está bien, de cualquier manera, ya estoy lista, así que podemos irnos -Alajea sonrió encantada y se levantó de su lugar en mi cama y Karenn hizo lo mismo dirigiéndonos las tres hacia la salida de mi habitación. Cuando Karenn abrió la puerta había dos figuras masculinas apostados en la entrada.
Eran Nevra y Ezarel.
-Parece que no tuvimos que tocar -Comentó el elfo con una sonrisa burlona que era característica en él. Su mirada se posó en mí y pude notar el mismo brillo de arrepentimiento de la otra vez. Desde lo sucedido con el Mnemosine he hecho esfuerzos titánicos para evitar a los tres líderes de las Guardias y gracias a eso eran pocas las veces que había visto a alguno de ellos, pero cada vez que lo hacía Valkyon y Ezarel me daban la misma mirada de arrepentimiento.
Nevra era otra historia.
-Cierra la boca hermanito, vas a babear todo el suelo -El comentario de Karenn atrajo mi atención sobre el vampiro, quien efectivamente me miraba con la boca algo abierta, como si no creyera lo que viera.
-Yo...Lo siento, nosotros veníamos a...-Nevra perdió el hilo de lo que sea que iba a decir, parecía incapaz de recordar la razón por la que se había aparecido en mi puerta y simplemente se limitó a seguir observándome, luciendo embelesado.
La parte traicionera de mí estaba encantada con la atención de Nevra y como lo había dejado totalmente descolocado mi atuendo. No necesitaba que me dijera que le había gustado como me veía, en su rostro estaba claro esa emoción.
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El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]
FanficPrimer libro de la serie Amor Féerico Cuando Alysa cree que las cosas no pueden ir a peor, se ve transportada a un mundo que solo podría venir de la imaginación de una persona, llena de criaturas que se supone solo debas encontrar en los cuentos de...