Capítulo 13 Un Propósito

638 51 17
                                    


Alysa POV

Apenas cerré la puerta de mi habitación todo el coraje que había reunido antes para enfrentarme a Miiko se disipó al instante. Me derrumbe contra la puerta y las inevitables lágrimas comenzaron a salir una por una, como había pasado antes frente a Nevra.

Nevra...

El simple recordatorio de su nombre solo hacía que la presión en mi pecho aumentara. Cuando fui a la sala de alquimia después de que Miiko me pidiera que lo hiciera, sabía a lo que me iba a enfrentar, sabía lo que pensaban hacerme, sin embargo y pese a eso no pude evitarlo. Nunca me imaginé que Nevra iba a seguir adelante con lo del Mnemosine, no una vez le dijera que lo sabía.

Pero a él eso no le importó y yo como tonta debí de haberlo previsto, había olvidado por un instante que Nevra antes que mi amigo, era el líder de la guardia sombra y era exageradamente leal a la guardia de Eel, y más si creía que estaba protegiendo a los habitantes del C.G.

Y pensar que por un momento había tenido la ligera esperanza de que él retrocedería con ese plan macabro y se disculparía por siquiera haber aceptado hacerlo. Estúpida de mí que no había sido capaz de dejar mi corazón fuera de esto.

Por lo menos tengo de consuelo el recuerdo de la bola mágica. Sinceramente había tardado bastante en pensar un plan que no solo me serviría para vengarme de lo del Mnemosine, sino que, además, me consiguiera una garantía de que no volvería a pasarme algo igual.

Gracias a los siempre confiables libros había descubierto la bola mágica similar a lo que sería una cámara de video en mi mundo, y afortunadamente Kero había sido lo suficientemente amable de enseñarme cómo funcionaba y además dejarme llevar una, no me había gustado utilizar a Kero, pero no había tenido otra opción.

Por último, ubiqué la bola mágica en una parte estratégica de la sala de alquimia, para ello tuve primero que distraer a Nevra. ¿Quién iba a pensar que un simple beso en la mejilla lo sacaría de lugar? Gracias a eso colocar la bola encima de la mesa que daba a toda la sala de alquimia no fue difícil.

Ahora tenía a la Guardia de Eel en mis manos, el sentimiento de victoria y satisfacción me consolaban un poco, lastimosamente no eran lo suficientemente fuerte para curar un corazón roto.

Me sobresalte en medio de mis pensamientos al escuchar el toc toc de la puerta, al segundo una voz acompaño el golpeteo.

-Necesito hablar contigo Alysa ¿Puedes dejarme entrar por favor? -La voz de Nevra sonó suplicante al otro lado de la puerta, él si que tenía mucho descaro al venir hasta acá después de lo que había pasado.

-No hay nada de lo que tengamos que hablar Nevra -Le dije alejándome lo que más podía de la pueta, para mí era como si fuera radioactiva mientras él siguiera al otro lado de esta.

-¿De dónde sacaste el mensaje? -Sentí una punzada de decepción al darme cuenta de que solo había venido por ello.

De cualquier manera, no debía de importarme, cualquier cosa que había entre Nevra y yo, ya sea amistad o algo más había terminado para siempre por lo que a mi respectaba.

-Lo encontré en el cuarto de Miiko

-¿Y cómo lograste entra allí?

-No eres el único que tiene trucos bajo su manga, Nevra

No tenía planeado lo del mensaje cuando elaboraba mi plan contra la Guardia, sin embargo, el recuerdo de Miiko hablando con Leiftan sobre eso, había llegado a mí tan repentinamente que supe que debía de utilizarlo. Claro que en ese entonces no sabía que el destinatario de ese mensaje era Nevra. Encontrar el mensaje no fue fácil, pero sabía que si quería mantener algo oculto lo iba a hacer en un lugar que yo considerara seguro. Después de pensar en que debía de estar en la habitación de Miiko, entrar y conseguirlo fue sencillo. Esperaba que su cuarto tuviera una protección mágica, pero simplemente tenía una puerta con seguro y afortunadamente para mí era buena abriendo cerraduras.

El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora