Alysa POV
Mi abuela me llevó por un camino emparedado que terminaba directo en una gran casa de madera. Ostentosamente grande para poder verla desde la distancia. Incluso alcanzaba a visualizar más casas de un estilo similar ocupando todo lo que antes debía ser un gran prado verde.
Era cierto lo que me había dicho Cassandra durante el breve tiempo en que no me odiaba, o que parecía no hacerlo. Los Cazadores habían instalado una comunidad en este lugar.
-Es un lindo lugar ¿verdad? Tardamos muchos años en transformarlo en un sitio confortable para poder vivir mientras trabajamos en nuestras cosas, pero valió la pena. -El tono de Perséfone denotaba una pizca de orgullo. Ella de verdad estaba orgullosa de todo esto, no parecía que le remordería a costa de qué lo había construido.
<<¿Estás listo?>> -Le pregunté a Nevra mientras Perséfone abría la puerta de la casa adonde nos había llevado. Estaba digitando un código en una cerradura inteligente.
Al parecer, habían logrado modernizar Eldarya en más que solo las armas.
<<Cuando tu digas lo estoy, compañera.>>
<<Ahora.>>
Aprovechando que Perséfone seguía dándome la espalda y que lo dos guardias detrás mío no podían ver mi rostro, cerré mis ojos para poder concentrarme mejor en mí vínculo con Nevra y así poder dejar que él entrara en mi mente, de manera, más fácil que si lo hiciera solo por su cuenta.
<<Aquí estoy.>>
Cuando abrí mis ojos, vi como Perséfone comenzaba a girarse hacía mí. La puerta ya estaba abierta.
Nevra también lo vio.
-Pasa, por favor. No tenemos más tiempo que perder - Sin muchas opciones, entre al recibidor de lo que parecía una casa común y corriente. Para una persona adinerada, claramente.
Perséfone se volvió hacía los guardias que nos habían acompañado y les hizo un gesto para que se fueran, y ellos obedecieron inmediatamente.
-Creo que te sentirás más cómoda si solo somos nosotras dos
Nevra había oído también lo que acababa de decir Perséfone y sentí su recelo a través del vínculo. Al parecer mi compañero no estaba seguro de si era una mayor amenaza mi abuela a solas conmigo o con los guardias.
Yo tampoco lo estaba.
Había muchas ventajas en el vínculo de compañeros. Una de esas grandes ventajas era que un compañero podía entrar en la mente del otro para poder ver y oír a través de los ojos y oídos de su compañero. Tal vez, al principio, uno no encontraba gran beneficio en ello, pero cuando conocías lo suficiente sobre la vinculación de los vampiros como yo, sabías que los alcances del vínculo eran algo extraordinario.
No solo podía mantener a Nevra al tanto de lo que está pasando conmigo sin tener que recurrir constantemente al vínculo para contarle, sino que además él iba a ser capaz de ver y oír cosas que a mí se me podían pasar por alto. Cosas que no perciba porque no son relevantes para mí, pero si lo pueden ser para él.
De cierta manera, Nevra podía mantenerme segura, aunque él no este físicamente conmigo para garantizarlo.
La idea había sido mía. Fue lo único que se me ocurrió para ir un paso, o medio para el caso, por delante de Perséfone sobre lo que sea que había planeado al traerme aquí.
Nevra había estado de acuerdo y, por suerte, a mi compañero y los demás los habían llevado a una especie de calabozo, que no era un gran lugar para estar, pero por lo menos no los estaban torturando ni nada parecido. Así que no había problema para llevar a cabo mi idea.
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El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]
FanficPrimer libro de la serie Amor Féerico Cuando Alysa cree que las cosas no pueden ir a peor, se ve transportada a un mundo que solo podría venir de la imaginación de una persona, llena de criaturas que se supone solo debas encontrar en los cuentos de...