Alysa POV
Durante toda la noche no pare de pensar en las palabras de Nevra y ahora deseo haber mantenido la boca cerrada y los pensamientos para mí. Nunca me imaginé que la gente de Nevra hubiera sufrido tanto a manos de los míos, de haberlo sabido nunca hubiera sido tan insensible con él, de la forma que lo fui cuando estuvo en mi cuarto.
Es verdad que ninguno aquí ha sido muy amable que digamos, pero eso no tenía comparación con el hecho de que me había burlado de los feéricos cuando la realidad era que muchos de ellos habían sido cazados y asesinados, y por el desprecio en la voz de Nevra, podía intuir que había sido de la forma más cruel e inhumana posible.
-¿Estás ahí Alysa? –Aún era temprano en la mañana cuando escuche una voz a través de mi puerta. Me levanté de mi cama y por suerte ya me encontraba vestida. Al abrir la puerta, veo a Kero parado enfrente con una sonrisa algo nerviosa –Lamento molestarte a horas tan tempranas
-No te preocupes, estoy levantada desde hace rato –Le conteste dándole una sonrisa tranquilizadora. Kero, era de lejos la única persona que había sido totalmente amable conmigo así que yo iba a comportarme de la misma manera con él -¿Para qué me necesitas?
-Miiko quiere saber cuál es la guardia a la que deseas unirte –El solo nombre de esa mujer hizo que me enfureciera. Ella simplemente había sido totalmente desagradable conmigo y en ningún momento había dejado que le explicara nada, así que se encontraba en mi lista de personas menos favoritas, junto con casi todas las personas que he conocido aquí.
-¿Y la reina Miiko no puede esperar hasta después de almuerzo para saber eso? –Contesté y vi que Kero intentaba contener una sonrisa, pero al tiempo quería mantenerse serio porque estaba casi segura que nadie podía referirse de esa forma a la que obviamente era quien dirigía este lugar.
-Ella dice que mientras más pronto mejor, aún hay muchas cosas que necesitas saber para que por lo menos seas capaz de ocultar el hecho de que no eres de este mundo
-Está bien. Vamos a ello –Le dije y seguí a Kero hacia la sala en donde El Oráculo se me había aparecido, ahora sabía que le llamaban la Sala de Cristal.
Al entrar Kero se hizo a un lado para que yo pasara primero y luego se retiró, quería girarme y decirle que se quedara ya que me sentía mucho más tranquila sabiendo que él estaría ahí, pero aguanté mi incomodidad y me enfrente a las cinco personas frente mío. Obviamente una de esas personas era Miiko que seguía viéndose tan malvada como siempre. Las otras tres personas eran los líderes de las guardias de este lugar. Intente hacer contacto visual con Nevra para que por lo menos viera mi cara de arrepentimiento por lo de ayer, pero era claro que él estaba ignorándome olímpicamente. La última persona en la sala era la chica conejo, que si no recuerdo mal, Kero había dicho que se llamaba Ykhar. No tenía ni idea que estaba haciendo aquí y algo me decía que tarde que temprano lo averiguaría.
-Es bueno verte de nuevo Alysa –Comentó Miiko una vez estuvimos los seis solos en la sala. No había emoción alguna en sus palabras así que no sabía decir si estaba siendo sarcástica, sincera o simplemente cortes.
-Me gustaría poder decir lo mismo –Sin embargo yo si deje fluir mis sentimientos, si, puede que eso haya hecho que metiera la pata con Nevra ayer, pero mi actitud hacía ellos ahora si era totalmente justificada y no reprimiría mi molestia por nada. Sé que soy alguien rencorosa y que no perdona fácil así que quien sabe cuánto tiempo estaría con esta actitud.
-Me alegra ver que todo esto que ha pasado no ha amainado tu espíritu –Esta vez el comentario vino de Ezarel y era más que obvio el sarcasmo que había en sus palabras le mire de la manera más indiferente que pude, para hacerle saber que me valía una mierda lo que él pensara.
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El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]
FanfictionPrimer libro de la serie Amor Féerico Cuando Alysa cree que las cosas no pueden ir a peor, se ve transportada a un mundo que solo podría venir de la imaginación de una persona, llena de criaturas que se supone solo debas encontrar en los cuentos de...