Carlos estaba destinado a estar en la vida de Olivia Garavani. El 5 de agosto de 1999 Gabriella Garavani y Reyes Vázquez de Castro estaban dando a luz en el Hospital Materno Infantil Gregorio Marañón, en Madrid España.
Gracias a ese suceso, sus madr...
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Madrid, España - enero 10, 2020
Carlos POV
—No saben lo mucho que extrañaba esto.
—Nosotros te extrañamos durante las fiestas hijo ¿Cómo la pasaste con Rebecca?
—Eran los Alpes, no me podía quejar.
Un viernes en la casa de los Sainz, comiendo carbonara era algo tradicional que amaba hacer cuando estaba en Madrid. Las vacaciones de las fiestas de fin de año estaban casi por terminar, ya que a inicios de febrero estaríamos comenzando la pretemporada en Formula 1.
Correr era lo principal en mi vida, lo ha sido siempre. Me mantiene feliz por momentos, decepcionado por otros o incluso frustrado. Pero no puedo negar que era el centro de mi vida, no elegí una carrera universitaria, no sé hacer otra cosa, así que era concentrarme al cien por ciento en las carreras lo que me mantenía.
Correr también me distrajo de algo que vengo pensando desde hace años.
Olivia. Olivia Garavani.
No hablaba con ella desde el día de su graduación. Pero estaba seguro que había tomado la mejor decisión para su futuro y el mío.
Estaba seguro de que me odiaba. Nadie podría perdonar lo que le hice, ni si quiera si le daba una explicación por lo que pasaba en el momento.
Madrid, España - agosto 19, 2017
—¿Siguen juntos?
—Está en la cama ahora mismo, yo en serio lo siento Caco.
—Mira, costará una fortuna arreglar esto, pero lo que quiero que hagas es lo siguiente.
Sostuve el teléfono fuerte al sentir que se me deslizaba de mis manos, al igual que lo haría Olivia de mi vida dentro de poco.
—Dile a Olivia que tienes que volver a Reino Unido debido a las negociaciones urgentes que hay con Renault y que dudas en volver en un tiempo.
—Caco tú sabes...
—Carlos, piensa en tu futuro.
Lo hacía. Pero no podía alejarme así de ella, sin darle mayor explicación, me odiaría por el resto de su vida, estaba segura de eso.
—Sería un hijo de puta para ella si me voy en este momento Caco.
—Pues es hora de serlo, así te alejarás de una vez por todas de ella.—La voz de Caco al teléfono se escuchaba pesada, debía estar furioso.—Mira que estoy tratando de negociar con el editor en jefe de Hola! para pagar al menos cincuenta mil dólares por las fotografías y otros cincuenta para que la historia no se publique.
Mi cabeza sintió un pinchazo de dolor. Tanto dinero por cubrir esto. Debí ser más cuidadoso, pero el deseo me ganó.
—Bien, bien, bien, dame unos minutos para arreglar todo.
