Carlos estaba destinado a estar en la vida de Olivia Garavani. El 5 de agosto de 1999 Gabriella Garavani y Reyes Vázquez de Castro estaban dando a luz en el Hospital Materno Infantil Gregorio Marañón, en Madrid España.
Gracias a ese suceso, sus madr...
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Mallorca, España - agosto 6, 2022
POV Carlos
Ni si quiera me había dado cuenta cuando nos quedamos dormidos junto con Olivia. Me despertó el sonido de las olas golpeando la costa.
Al abrir los ojos la luz del día apenas se notaba, el cielo aún estaba grisáceo y el aroma a sandía se extendía por mis fosas nasales.
Voltee un poco hacia abajo y me topé con el hermoso cabello rubio de Olivia. Ella aún dormía y yo solo pensé en que había pasado una noche estupenda, hace varios años ya nos habíamos dado nuestro primer beso, justamente la madrugada de su cumpleaños y el que estuviéramos aquí ahora me parecía poéticamente hermoso.
No había confusión o incomodidad, solamente paz.
Traté de estirarme sin interrumpir su sueño, pero me fue imposible.
—¿Carlos?—Su voz adormitada resonó cuando sintió como trataba de moverme.
—Aquí estoy.—Volví a poner mis brazos sobre ella y la tomé por la cintura para acercarla más aquí.—No planeo irme de aquí cariño.
Ella se aferró más a mi, su brazo rodeando mi torso y su cabeza descansando en mi pecho.
—Debería volver ya a mi habitación.—Olivia respiró profundo.—Alguien podría entrar en cualquier momento.
—Hace ya mucho tiempo mis padres no entran sin tocar a mi habitación Oli.
—Pero probablemente los míos sí.—Suspiró profundamente.—Así que debería irme ya de aquí.
Y fácilmente se logró ir de mi agarre, tomó una de las sábanas para cubrirse y empezó a buscar sus bragas y su vestido en el suelo.
Lo único que podía hacer era observarla mientras lo hacía, así me recargué sobre un brazo y me coloqué de lado para tener una mejor visión.
—Te tengo una propuesta.—Dije mientras veía como ella empezaba a ponerse su vestido de la noche anterior.
Agradecía mentalmente a Blanca por habérselo regalado por su cumpleaños, le quedaba precioso y fue lo mejor de la noche verlo caer de su cuerpo al suelo.
—Si tiene que ver con volver a intentarlo Carlos, ya te dije que no pasará.—Quiso sonar segura y estricta.—Esto fue solamente un desliz, cosa de una vez y ya, si quieres llámalo regalo de cumpleaños para mi.
—Daría lo que fuera porque todos los días fueran tu cumpleaños entonces.
Ambos reímos bajo por nuestras bobadas, no podíamos hacer mucho ruido porque los demás en al casa dormían.
—Bueno, pero déjame contarte mi propuesta porque pueda ser que te guste.
Olivia ya se había puesto el vestido completo y fue hasta donde mi para que subiera su cierre. Tal vez no tenía sentido porque estaba seguro de que se lo volvería a quitar cuando llegara a su habitación, pero me deleitaba el ver su espalda desnuda y que ella sintiera el tacto de mi mano rozarla.
