𝐌𝐈 𝐒𝐄𝐗𝐘 𝐏𝐎𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 {-SOPE-} (*Reescribiendo*)

20

Pasaron unos minutos, y ambos esposos se miraban confundidos, ambos se empezaron a vestir, ya que aún no entendían que es lo que sucedía.

— Pero si ya nos unimos en todos los sentidos, ¿que es lo que sucede? — dijo hoseok, mientras se acomodaba los pantalones.

— Nos hace falta algo, algo que sellé nuestro amor. — dijo Agust pensativo, mientras acomodaba su rubia cabellera.

— ¿Un hijo? — dijo hoseok, sin pensar.

— No, es completamente imposible eso, además de que no te puedes embarazar por qué eres hombre, no creo que podamos esperar nueve meses. — suspiro y miro a Hoseok.

— Entiendo... Entonces... — dijo pensativo, buscando una respuesta.—... Hmmm.

— Un final feliz... ¿Pero como puede ser nuestro final feliz? — dijo mientras empezaba a caminar de un lado a otro.

— Lo sé... ¿Puede ser como en una historia de amor? Los dos terminamos juntos, y amándonos. — dijo hoseok con inocencia, algo que alumbró la mente de agust.

— Si, un final de historia, posiblemente un amor tragico. — sonrió, dándole la razón a hoseok.

— ¿A qué te refieres? — pregunto hoseok, mirando como Agust caminaba hacía un armario grande, dónde saco un cambio de ropa, al parecer, se acercó a hoseok y se lo entrego, hoseok lo miro confundido.

— Tengo la teoría, de que si nos suicidamos, nuestras almas quedarán atrapadas en los anillos, y en nuestra siguiente vida, cuando los anillos se junten, nuestras almas, se juntaran, haciendo nuestro amor eterno — dijo con una sonrisa, haciendo que hoseok lo empezará a mirar como sí fuera un demente.

— ¿Que? ¿Estas loco? ¡Ni loco! Yo no me pienso suicidar, eso suena muy ridículo y absurdo.

Se negó mientras recibía la ropa que le estaba dando Agust, la cuál convinaba con el traje que tenía puesto agust.

— Vamos hoseok, solo vístete. — hoseok miro por un momento la ropa y se comenzó a desvestir, para colocarse la nueva ropa.—... si lo vez desde mi punto de vista, ya nos unimos en todos los sentidos, nos unimos de corazón y cuerpo, solo falta unirnos de alma, y que mejor que suicidandonos, recuerda que solo somos dos almas, que están atrapadas en un sueño, tal vez esa es nuestra misión en este lugar, volvernos a unir, para cuando nos volvamos a ver, nos unamos nuevamente, y así cerrar nuestro pacto de amor.

Hoseok solo suspiro terminando de ponerse las últimas prendas de ropa, las cuales le quedaban a la perfección.

— ¿Hay otras alternativas? ¿Hay más opciones? — dijo con la mirada baja, algo desanimado.

— ¡Mi amor! No las hay, estamos en un lugar técnicamente inservible, no hay más personas que nos puedas ayudar, solo somos tú y yo. — dijo, tomando las manos de su amado.

— ¿Cuando lo haremos? ¿Y como lo haremos? — dijo acompañado de un suspiro, el cuál se convirtio en sollozos.

— No llores mi amor, lo haremos en la noche, cuando la luna esté en su mejor posición. — dijo agust, envolviendo al amor de su vida en sus brazos, tratando de tranquilizarlo.

— ¿Por qué en la noche y no ahora? — preguntó hoseok, dejándose envolver en aquellos brazos, que aún en esa situación, aún le transmitía tranquilidad y cariño.

— Por que si mis teorías no me fallan, todo esto está relacionado con la noche, y los anillos, si bien, nos estamos soñando, y soñamos cuando estamos dormidos, y es de noche, cuando nuestros cuerpos son más propensos a soñar, ya que, que persona sueña, sin estar dormida... En todo caso que suceda eso, es por qué están imaginando, y no soñando... — hoseok lo interrumpió.

— Si, entiendo ese punto, ¿Pero que con lo otro? La luna, la noche y eso. — miro a agust con atención.

— Pue una de mis teorías, es que si nos suicidamos en la noche cuando la luna haya salido completamente, nuestras almas quedarán en estos anillos, que simbolizan amor eterno, y que mejor definición de amor eterno que nosotros, sería a medía noche.

— ¿Y como sabremos eso? ¿cómo sabremos la hora? — dijo con curiosidad, sorbiendo su nariz.

— Pues no creo que sea una coincidencia que los relojes funcionen, ya que según en los sueños no podemos ver la hora. — dijo Agust, señalando un reloj que se encontraba en su peinador.

Hoseok miro con curiosidad el reloj y su piel se erizó al ver cómo las manecillas de aquel reloj, avanzaban, haciendo que el cuerpo de ambos presentes se estremeciera.

...

Finalmente ya había llegado la hora, no exactamente las doce en punto, simplemente cinco minutos antes, ambos esposos caminaban hacía donde sería el destino de su muerte.

Pero uno de los esposos no tenía ni la menor idea de como morirían, solo seguía a su esposo, el cual cargaba una espada en su mano libre, ya que la otra sostenía la mano de ese dulce esposo, sin conectar esos anillos.

En un abrir y cerrar de ojos, agust y Hoseok, se encontraban en el techo del palacio principal. (Donde se encuentra el trono del rey.) Ya que era el palacio más grande que los otros.

Hoseok se percató, que sus cuerpos apuntan al lago, que se encontraba al lado del palacio, agust sabía que aún que el lugar estaba rodeado de caminos pavimentados, se tenía sabido que ese lago, era profundo.

— ¿Nos lanzaremos desde aquí? — preguntó hoseok, con una inocencia pura, haciendo que el corazón de agust comenzara a latir con fuerza.

— algo así... Cuando llegue la hora lo sabrás. — dijo con una sonrisa entristecida, empezando a arrepentirse por la decisión que había tomado, pero ya era demasiado tarde cómo para hecharse hacía atrás, hoseok ya estaba decidido a esto.

— Agust d, quiero que sepas, que pase lo que pase, te amo con todo mi ser, y quiero que sigas siendo esa sexy posesión, quiero que te sigas apoderando de mi todo, eres mi mundo entero, y espero con ansias que en nuestra siguiente vida, seamos el tal para el cual.

Le sonrió con lágrimas a agust d, agust asintió con lágrimas en sus ojos, mirando con la misma sonrisa a su marido.

— pase lo que pase, siempre te seguiré amando, está historia es nuestra, somos almas que estan destinadas a estar juntas, es por eso que sellaremos este amor, para que nuestro amor sea eterno, y en nuestras siguientes vidas, seguir encontrándonos, ya sea en sueños, en la misma realidad y tiempo.

Agust llevo su mirada, una última vez a los ojos cristalizados de su esposo y le sonrió, se acercó a él, y lo beso, ya que no sabrían hasta cuando se volverían a ver, y a besar, y a tocar.

Al alejarse de los labios de hoseok, hecho una última mirada a la luna, la cual se encontraba en su posición, y de la nada, en todo el palacio, se empezó a escuchar unas campanadas, dándole a entender a Agust que era el momento.

— ¿Estas listo, mi amor? — dijo mirando a hoseok, el cual asintió, Agust se acercó a hoseok, y posicionó su espada en el cuello de hoseok, y de un abrir de ojos, agust ya había cortado el cuello de su esposo.

Ahora su espada, se encontraba en el cuello de el mismo, el cual sin dudarlo, corto su cuello, sintiendo ese dolor insoportable.

Lo último que hizo... Lo último que hicieron, fue tomarse de las manos, juntando ambos anillos, volviéndose uno mismo, haciendo que la luna de ese anillo brillara, bajo la luna que se había encargado de presenciar aquel suicidio.

Y ambos cuerpos cayeron, cayeron en dirección a aquel lago, que tendirá a esos dos cuerpos, unidos para una eternidad... ¿Su eternidad? ¿O su imposible eternidad?

...