๑Capítulo dos.

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Kenai sentía que la tierra podría tragárselo por completo en ese momento. Definitivamente había entrado a la boca del lobo y no sabía cómo salir sin salir lastimado o fracasar en el intento.

Después de la ceremonia, se alejó del grupo que se dirigía al banquete y se fue a su "baño privado" para sacar su teléfono y buscar en internet si todo lo que había presenciado era cierto, y definitivamente lo era.

"Heredero de StyletyEntertaiment".

Lo primero que salió fue el rostro del alfa de ojos violetas. Había varias fotos de él en varios lugares, desde todos los ángulos posibles.

"Orion Winslow, el joven heredero de una de las fortunas más prósperas del país, no solo debido a la posición de su padre como CEO de varias empresas de entretenimiento, sino también por su linaje alfa dominante. Esto lo convierte en uno de los alfas herederos más buscados y codiciados a nivel mundial..."

¿Alfa dominante? ¿Acaso eso no era solo un mito urbano? ¿Esa clase de alfas en serio existen?

Respiro hondo intentando despejar su mente.

Salió del maldito baño, no podía simplemente joder su primer día en la academia que había soñado tanto ingresar, solo por un alfa que al parecer se había obsesionado con él.

—¿A dónde fuiste? —la voz a su lado lo espanto. Era Orion, maldita sea. Parecía estar siempre a su lado.

—Quería beber un poco de agua —respondió simple.

—En el banquete hay agua.

—Jodete —susurró entre sus dientes.

—¿Estás molesto por algo? —. Mierda, Orion lo escuchó. —¿No te gustó el banquete? ¿Las sillas? ¿Los colores que usamos? ¿Son las feromonas? —El alfa tenía un rostro de completo desastre. —¿Cómo no lo pensé antes? —alisó su cabello.

—¿Qué? No —Kenai estaba perplejo. —Me importa un carajo los colores o las sillas —tenía unas inmensas ganas de golpearlo. —Debes calmarte, eres irritante. ¡Por dios!

El ojivioleta lo miraba atentamente, con esa expresión neutra con la que lo había visto ayer, como si estuviera analizándolo o una mierda así.

—¡No puedes simplemente seguir a alguien a su casa y ser su cola todo el día como un perro!

—Si crees que soy un perro por querer estar a tu lado, está bien. Entonces soy un perro. Tu perro.

Estaban en un lugar lo suficientemente alejado del resto y del bullicio, y los guardaespaldas del maldito niño rico no estaban, como para que alguien los interrumpiera o cuestionara el actuar de Kenai, por lo que no fue detenido cuando empujó los hombros de Orion. No lo movió ni un centímetro, pero un poco de la ansiedad de Kenai se calmó.

Estaba hiperventilando.

—Kenai. ¡Kenai!

Parpadeó repetidamente antes de despertar por completo. Su cabeza le dolía, aunque era un dolor soportable. La aguja en la vena de su mano se sentía lo suficientemente adormecida, pero aún así podía percibir el tacto de la jeringa.

—¿Dónde estoy? —preguntó lentamente. La luz blanca y la pared blanca lo asustaba un poco.

Nadie respondió.

Movió su mano sobre la sábana que lo cubría y encontró otra mano alterna. Era más grande que la suya, estaba sobre su estómago. Definitivamente alguien estaba a su lado. Levantó levemente su cabeza y lo encontró. Ese alfa desgraciado. Se atrevía a dormir después de todo el desastre que le hizo pasar mentalmente.

Serendipity || LIBRO 2 Hijos de las sombras (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora