Serendipity || LIBRO 2 Hijos de las sombras (+18)

⁠๑Capítulo ocho.

¿Sabes que es lo bello del arte?

El dibujo es una forma de arte que permite al artista expresarse de manera silenciosa, a través de trazos y formas que nacen desde lo más profundo del alma. Es un lenguaje que despliega sus alas para volar hacia lugares inimaginables, un universo paralelo donde la mente adora y la imaginación se desborda.

En cada trazo se encuentra la expresión de los sentimientos más profundos, una danza de colores que baila sin razón, como escribir poemas con pincel y tinta, donde los pensamientos toman forma distinta. Es una ventana abierta al jardín de la creatividad, donde flores de ideas crecen con delicadeza y se transforman en obras de arte únicas.

La mano del artista es el pincel que acaricia el lienzo blanco, dibujando sentimientos en un abrazo franco. El arte del dibujo requiere paciencia y dedicación como compañía, mientras el tiempo desliza sus horas con armonía. Se sumerge en la quietud, en un estado meditativo, y libera en cada trazo el mundo emotivo.

El dibujo es un viaje que lleva al interior del artista, donde se encuentra con su verdadero fulgor. Es un espejo de sueños, reflejo de la pasión que se siente por el arte, donde se fusionan realidad y creación para dar vida a algo nuevo y maravilloso.

En resumen, el dibujo es una forma única y personal de expresión artística que permite al artista plasmar sus sentimientos más profundos y su imaginación en un lienzo en blanco.

¿Y el arte del dolor?

El arte del dolor es un susurro poético de las lágrimas del alma.

—¿Por qué escribe estas cosas? —dijo Orion en voz alta. —¿Quiere ser pintor o escritor? —cambió de página. El cuaderno añejo entre sus manos se movia como gelatina por la antigüedad de este, los pliegues de hojas se veían algo amarillas y la letra era algo opaca. —No lo escribiste tu —dijo pasando su dedo pulgar por encima de la hoja.

Tomó su celular a un costado suyo y marco el número de Caín.

—Buenos días, joven Winslow —saludó cordialmente el alfa.

—Quiero que investigues el paradero del padre, necesito saber que tan lejos está y si debe mantenerse así —. Cerró el cuaderno, tirándolo a la gran cama en medio de la habitación.

—Iba a llamarlo por eso mismo.

—¿Qué quieres decir? —se puso de pie inmediatamente.

—Reportaron verlo por los barrios bajos de Londres.

—¡¿Qué mierda dices?! ¡Y me lo dices ahora!

Kenai había salido temprano, pensó que darle su espacio estaría bien para que su mente se despejará un poco del estrés que su cuerpo sufría constantemente. Lo último que pensó fue que iría a encontrarse con su padre.

—Mandaremos a-

—¡Iré yo, que nadie más se atreva a interferir! —, tomó su billetera del velero. —No te atrevas a informar de esto a Cler —advirtió sombríamente.

—Sí, joven.

⁠๑

Orion había intentado convencerlo de que vendiera su casa, decía que era innecesario tenerla vacia si planeaba vivir con él, cosa que Kenai no había dicho jamás, vivir con Orion era temporal hasta que se aburriera de él y lo dejara como el tiempo lo hace con la vida. Se había convertido en un círculo, todo. Teniéndolo en todos lados y a todas horas, no era que el alfa lo molestará, era pacífico, y eso le asustaba. La paz no es para siempre y jamás dura lo suficiente como para ser felices.

Sus manos temblaron cuando introdujo la llave a la cerradura. Estaba muy alterado por lo que vería adentro o lo que no vería.

Por favor...