๑Capítulo seis.

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Kenai se encontraba sentado en el borde de la cama, con la mirada perdida en el vacío. Su mente estaba abrumada por una mezcla de emociones y preguntas sin respuesta. ¿Por qué había aceptado estar con Orion? ¿Toda su desgracia realmente lo había llevado hasta ahí?

Repasó los encuentros que habían tenido, las noches de pasión y los momentos compartidos. En cada uno de ellos, una parte de él se dejaba llevar por la intensidad del deseo y la atracción física. Pero ahora, en la soledad de su habitación, se enfrentaba a la realidad y a las consecuencias de sus acciones.

No podía sentirse como un lienzo en blanco cuando había tantas manchas en él.

—No puedo negar que hay algo entre nosotros —murmuró Kenai para sí mismo, mientras su mirada se enfocaba en una fotografía enmarcada sobre el escritorio. Era una imagen de ambos sonriendo, capturando un instante de felicidad efímera, al parecer al ojivioleta le encantaba sacar fotos, había comprado una cámara especial para hacerlo, de esas automáticas que imprimían la foto al instante.

Era extraño ver a Orion comportarse con otras personas, se convertía en una persona fría y de expresión neutra, al contrario del comportamiento que tenía con él, podía ver como los ojos rubí oscuro del alfa se iluminaban al igual que su sonrisa y su postura se calmaba.

Había escuchado de él; "odio las feromonas de los omegas", muchas veces, pero no parecía odiar las suyas. En más de una ocasión había adentrado su rostro en su cuello para oler su aroma y besar la zona donde debería estar la marca de unión.

Orion le ofrecía lujos, regalos y experiencias que Kenai nunca había experimentado y probablemente jamás experimentaría si no fuera por él. Era tentador dejarse envolver por ese mundo de comodidades y placeres materiales. Sin embargo, cada vez que se encontraba con él, una parte de su ser se sentía vacía, como si algo esencial faltara en esa relación extraña.

Después de todo no eran novios oficialmente aún que Orion disfrutará decir que sí.

—Quizás soy solo un cobarde que se aferra a la comodidad —susurró Kenai, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que era hora de enfrentar la verdad y tomar una decisión. No podía seguir viviendo en la ambigüedad, sacrificando su propia dignidad por el beneficio económico, pero luego pensaba en Vera y Charlotte, él era lo único que ellas tenían... Al menos lo único seguro.

"Las raíces de aquel árbol se aferraban al suelo, resistiendo el viento y las tormentas, como si temieran soltar la tierra que los había visto crecer, negándose a dejar ir lo único que conocían como hogar."

—Andrux.

¡Cler! —gritó Orion al llegar a la recepción de la oficina de su hermana.

—Joven Winslow, su hermana está en una reunión muy importante, si gusta puede espe-

—¡Cler! —la llamó una vez más, ignorando las palabras de la secretaria. Abrió la puerta de la oficina de un azote sin importar las miradas de los demás empleados que presenciaban la escena entre murmullos. —Dame una explicación —dijo mirando a su hermana.

La alfa lo miró igualmente.

—Orion, buenos días.

Cler se levantó del sofá de cuero y sonrió.

—Llegaste a tiempo. Hablaba con Noah —dijo, señalando con una sonrisa al omega rubio sentado en el sofá contrario.

—Buenos días —dijo nervioso el omega rubio, parándose igualmente para recibir al alfa.

Serendipity || LIBRO 2 Hijos de las sombras (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora