๑Capítulo doce.

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No todos podemos depender de lo que somos, pero lamentablemente de eso dependemos, como las mariposas dependen de su evolución para ser lo que son.

El efecto mariposa es la metáfora del caos, de como pequeñas alteraciones en un sistema pueden generar resultados muy diversos y caóticos, al igual que el aleteo de una mariposa puede provocar una secuencia de acontecimientos como para provocar la destrucción del mismo planeta.

 Pero el ser es tan complicado como la vida misma sobre uno y lo que proyecta y sobre lo que existe.

La duda lo dejaba tan seco de tantas formas que procuraba tomar agua suficiente para soportar todo el día. Estaba muy molesto y ansioso por todo lo que rellenaba su mente como un disco viejo reproduciéndose.

Rodando. Rodando. Rodando.

Pensando. Pensando. Pensando.

(Las letras en cursiva son un audio reproduciéndose.)

—Debes escapar de él. No es lo que tu crees...

—Papá, por favor...

Orion escucho la voz de Kenai tan desesperada que también lo desesperaba.

—Kenai. Escúchame... él quiere hacerte daño.

—Papá... eso no importa. ¿Donde estabas? ¿Por que no viniste?

Se podía escuchar a Kenai llorar.

—No te lo puedo decir.. Kai...

—Necesito saberlo. Debo saberlo.

—Hay muchas cosas que debes saber, pero no es el momento... Él debe estar escuchándonos.

—No... Orion...

—No digas su nombre. Él es como su padre...

—Papá, papá... No te entiendo.

—Toma esto, guárdalo y no, no, no confíes en él...

Orion podía jurar que esa respiración agitada era la del hombre y no de Kenai.

—Papá... ¿Qué te pasa?

Muchas cosas se movieron por el fondo.

—Laurel... Parecen laureles, Kenai no tienes que estar ahí.

Los ojos de Orion se expandieron notablemente al escuchar esa palabra.

—No te entiendo...

—Tengo que irme.

—¿A donde iras? Papá... piensa en Charlotte y en Vera, ni siquiera has preguntado...

—No hay tiempo. Winslow esta aquí.

Muchas cosas se movieron antes de que el audio acabara.

Orion se movió rápidamente y tomo su celular para llamar a Caín.

[—Hola, buenos días, joven Orion-]

—Kenai, lo sabe.

[—No entiendo, joven-]

Laurel.

.•° ✿ °•.

¿Desde hace cuanto? ¿Qué le había dado su padre? ¿Qué mierda estaba ocultando Kenai? ¿Acaso no había hecho suficiente todo este tiempo?

Kenai estaba sentado en el comedor de la cocina.

—Orion, hice el desayuno. Huevos y tocino —una gran sonrisa se extendió por el rostro del omega. —Y antes de que digas que no es sano, te diré que yo desayune esto por mas de tres años y no me estoy muriendo de un paro cardiaco —Kenai dejo de sonreír y bromear cuando el rostro serio de Orion no cambio. —¿Pasa algo?

Serendipity || LIBRO 2 Hijos de las sombras (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora