La vida de Malia se basa en el surf. Con su equipo los SurfWarriors, llevan ganando dos años seguidos. Pero que pasa cuando un accidente, su vida cambia. Pasará ahora sus tardes trabajando en una tienda de perros. Y su vida con el surf peligra. Pero...
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MALIA
Me desperté temprano por los rayos del sol que se colaban a través de las cortinas de mi habitación. Mientras me estiraba, fruncí el ceño ligeramente, molesta por la luz que interrumpía mi sueño. Me levanté de la cama y caminé hacia la ventana, buscando un poco de sombra.
—Ugh, esos rayos del sol siempre encuentran la manera de interponerse en mi sueño. Debería considerar poner cortinas más gruesas.
Miré a través de la ventana, observando cómo las olas se rompían en la playa. A pesar de mi ligera molestia, una sonrisa se dibujó en mi rostro al ver el mar, mientras había alguna gente en el agua, otras paseando por la orilla, aquí en Tamarindo, pueblo de Costa Rica, adorábamos pasar todo nuestro tiempo en la playa. Era un pueblo pequeño en donde todos nos conocíamos entre todos.
Bajé las escaleras hacia la cocina. Sobre la mesa, una nota escrita a mano me llamó la atención. La tomé con curiosidad y emoción, reconociendo la letra de mi padre.
"Querida Malia,
Hoy es tu gran día. Quiero desearte toda la suerte del mundo en la competencia de surf. Confío en que mostrarás tus habilidades y deslumbrarás a todos con tu pasión y destreza en el agua. Recuerda siempre divertirte y disfrutar cada momento en las olas. Estoy orgulloso de ti. ¡Vamos, Surf Warriors! Con cariño, papá".
Una sonrisa se formó en mi rostro mientras leía las palabras de aliento de mi padre. Y si como escucháis, llevo años en el equipo Surf Warriors, el mejor equipo de surf de Tamarindo, un grupo de personas con las que comparto mi amor por el surf y que se han convertido en una verdadera familia para mí.
Abel, uno de mis compañeros de equipo, es un surfista talentoso y siempre tiene una actitud positiva. Es conocido por su audacia y valentía al enfrentarse a las olas más desafiantes. Su estilo fluido y su capacidad para realizar maniobras arriesgadas son verdaderamente impresionantes.
Joan es otro miembro vital de nuestro equipo. Es un surfista técnico y meticuloso, siempre buscando perfeccionar cada movimiento. Su dedicación y disciplina son ejemplares, y siempre nos inspira a trabajar duro y pulir nuestras habilidades. Además, es el alma divertida del grupo, siempre trayendo alegría y risas a nuestras sesiones de surf.
Y luego está Samuel, mi novio y compañero de equipo. Él es un surfista talentoso y apasionado, y tenerlo a mi lado en cada competencia y entrenamiento es un gran apoyo. Nos motivamos mutuamente para mejorar y superar nuestros desafíos. Su amor y apoyo incondicional me dan la confianza para enfrentar cualquier ola.
Y, por supuesto, no puedo olvidar a nuestro entrenador, Bruno. Él nos desafía a superar nuestros límites y nos ayuda a perfeccionar nuestras habilidades. Con su experiencia y conocimiento, nos brinda las herramientas necesarias para crecer como surfistas y alcanzar nuestro máximo potencial.
