Capitulo 4

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MALIA


Es lunes por la mañana y me dirijo hacia la tienda de mascotas mientras intento llamar a Samuel. Sin embargo, solo escucho el tono de llamada y luego el pitido del buzón de voz. Suspiro frustrada y decido dejarle un mensaje.

—Hola, Samuel, soy yo— Suspiro nuevamente, un poco frustrada— Llámame cuando puedas, ¿vale?

Guardo mi teléfono en el bolsillo y me concentro en el camino hacia la tienda. Antes de entrar, observo el cartel que dice "Pawfect Place" y noto que el escaparate está perfectamente arreglado. Suelto otro suspiro mientras pienso en las tareas que tengo por delante.

—Al menos el escaparate se ve bien— digo para mí misma.

Decido dejar las preocupaciones a un lado y entro en la tienda. El sonido de los ladridos y el aroma de los animales me envuelven. Mis ojos se posan en Gael, quien está en medio de una conversación con una clienta. A su lado está su perro Caniche Toy. Decido acercarme y escuchar lo que están hablando.

—Aquí están las medicinas de Fito y los horarios— Le entrega a Gael una bolsa enorme. Ambos quedamos perplejos ante el tamaño de la bolsa.

—No se preocupe, Señora Laura, Fito será bien cuidado. Le aseguro que seguirá su tratamiento correctamente.

Observo cómo la señora Laura se despide de Fito, su perro, y le pide que le dé un beso.

— Adiós Fito, dale un beso a mami.

En ese momento, veo cómo el perro comienza a lamerle la cara, pero sobre todo los labios, lo cual me provoca un sentimiento de disgusto. Siento náuseas y tengo que contenerme para no vomitar.

—Por favor, que termine pronto esta escena—digo en voy baja.

Finalmente, la señora Laura se marcha. Gael se gira hacia mí, y puedo notar en su mirada una mezcla de frustración y enfado.

—El primer día y llegas tarde. No pierdes el estilo, ¿verdad? — habla Gael con sarcasmo.

Me siento avergonzada por haber llegado tarde y por presenciar esa escena algo incómoda con la señora Laura y su perro Fito. Sin embargo, también puedo ver el humor en la situación y sonrío.

—Sí, parece que siempre tengo que hacer una entrada memorable. Pero aquí estoy, lista para trabajar. ¿En qué puedo ayudarte?

Sin embargo, mi sorpresa aumenta cuando Gael menciona que, como castigo por llegar tarde, me tocará bañar a Dingo, señalando hacia un rincón de la tienda. Abro la boca sorprendida al ver a un imponente Komondor, con su característico pelaje rizado y masivo.

— ¡Dingo! — Digo asombrada— Para lavar a ese perro, necesitaría cuatro como yo.

Me encuentro completamente sorprendida y flipando ante la presencia de ese enorme perro. Me giro hacia Gael. Me encuentro con la sorpresa de que está abriendo todas las puertas de los perros en la tienda. No puedo evitar exclamar, tratando de detenerlo.

SURF FURY. ¡Desafiando las olas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora