Capitulo 5

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MALIA

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MALIA


Me desperté por la mañana sintiéndome agotada después de la tormenta emocional de ayer. A pesar de todo, me vestí con determinación para ir a la tienda de perros. Sabía que necesitaba mantener la compostura y mostrar una buena actitud.

Llegué a la tienda y suspiré profundamente, tratando de contener las lágrimas y poner una sonrisa en mi rostro. Comencé a limpiar el suelo con la fregona, enfocándome en la tarea para distraer mi mente de las heridas emocionales que aún estaban frescas.

En ese momento, Gael entró por la puerta con su habitual actitud burlona. Rodé los ojos ante su comportamiento infantil y lo dejé pasar hacia la trastienda. No tenía tiempo ni energías para lidiar con sus tonterías en ese momento.

La campana de la tienda volvió a sonar, anunciando la entrada de Romeo y Alan. Los dos chicos llegaron con sus tablas de surf en la mano y los neoprenos puestos, listos para enfrentar las olas.

Romeo, de cabello rubio y ojos azules, irradiaba confianza y energía. Llevaba consigo una tabla de surf de color rojo llamativo que siempre destacaba en el agua.

Alan, por otro lado, tenía el pelo oscuro hasta los hombros y unos ojos verdes penetrantes. Siempre parecía estar en sintonía con la naturaleza y el océano. Su tabla de surf, de tonos azules y blancos, reflejaba su estilo relajado pero decidido.

Los dos chicos me saludaron con una sonrisa amistosa. Gael salió de la trastienda, Alan se acercó para chocar los puños, pero al darse cuenta de que Gael tenía un gemelo, se confundió y chocó el puño en el aire. Me pareció gracioso ver la reacción de Alan, pensando que Gael tenía un amigo peculiar.

—Es que ahora ve doble, intentó hacer un Reverse a su estilo y no salió como esperaba – Explico Romeo, señalando hacia Alan.

—Parece que se ha quedado así —respondí divertida, encontrando cierto humor en la situación.

—Por cierto, Gael, veo que tienes una nueva ayudante—comentó mientras subía y bajaba las cejas y pasaba la lengua por los dedos antes de deslizarlos entre las cejas, tratando de coquetear conmigo. Sin embargo, solo logró derribar un estante en el proceso.

A pesar de todo, los amigos de Gael me estaban haciendo reír. Era un alivio tener un poco de distracción en medio de mí desanimado estado de ánimo. Gael miró a Alan y a Romeo antes de responder con una risa.

—Más o menos, así es— dijo, mientras se reía de la situación. Observé sus gestos y volví a rodar los ojos, decidiendo concentrarme en mi trabajo.

Mientras observo la interacción entre Alan, Romeo y Gael, no puedo evitar sonreír ante la dinámica divertida y a veces un tanto peculiar grupo. Alan parece decepcionado por algo y menciona haber practicado algo que no logró. Entonces, de repente, menciona haber visto un búho.

SURF FURY. ¡Desafiando las olas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora