"Yo siempre he relacionado al amor con la locura, con la vida y con la muerte; pero nunca con la cordura, y en lo de la cordura ni siquiera debiera meterme, la cordura no existe cuando se está enamorado, es una fuerza loca que te cambia la mirada y...
Pasaros por la historia de Veradissia. Es muy buena, dadle una oportunidad y apoyadla <3
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"You drew stars around my scars But now I'm bleedin' " cardigan - Taylor Swift
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Me abrió la puerta y le pude ver la cara descolocada al verme. Estaba llorando a moco tendido. Me abalancé con lágrimas en los ojos a sus brazos, que me recibieron en un abrazo. Me apoyé en su torso, mientras las lágrimas rodaban por mi cara, cayendo cada vez más rápidamente. Todos aquellos recuerdos me habían llevado a recaer de nuevo. No podía soportar perder a alguien más. La pérdida de Thor me había afectado más de lo que pensaba.
Ella me empujó dentro, cerrando la puerta detrás de nosotras, totalmente confundida. Finalmente levanté la cabeza para mirarla.
—Alma, necesitas volver.–Samantha me miró seria y bastante preocupada.
—No quiero volver.
Ir a terapia me había hecho mejorar en los últimos años. No obstante, lo dejé, no recuerdo el motivo. No quería volver, ya que me traía malos recuerdos. De todas formas puede que me fuera necesario ir, ya que no había encontrado nada que me entusiasmara como antes en los últimos días. Nada en particular me hacía sentir como antes, y eso me extrañaba. Probablemente le haría caso a mi amiga, ya que ella era la que me había acompañado durante toda mi vida, por lo que me había aconsejado durante todo este tiempo.
Pasé horas en su casa, estando junto a ella y tratando de arreglar mi estado de ánimo. Decidí volver a casa para no tener que cargarla tanto, al fin y al cabo no quería molestarla. Caminé hacia mi casa, y abrí la puerta. El cuerpo se me paralizó y mi piel se erizó al notar la soledad del hogar. Me quedé unos segundos quieta sobre la alfombrilla que decoraba el exterior, para después entrar.
Caminé hacia el baño, para darme una ducha. Parecia que eso era lo único que me hacía relajarme un poco. Me retiré las prendas de encima, quedando completamente desnuda, para después meterme en el pequeño cubículo y encender el agua. Ésta, al principio fría, resbalaba por mi piel, haciendo que se me pusiera la piel de gallina por la temperatura. Conforme fue aumentando, me fui sintiendo mejor. Cerré los ojos mientras me lavaba el pelo, sacudiéndolo bajo la "lluvia". Disimulaba las lágrimas que iban cayendo por mis ojos con el agua que caía de la alcachofa. Resbalaba por mi piel, haciéndome sentir algo mejor. Me enjuagué el cuerpo, para después salir del pequeño cubículo y secarme el cuerpo con la toalla.
Me vestí y me dirigí a la terraza a tomar el aire. Me apoyé sobre la barandilla viendo el cielo estrellado sobre mí, la preciosa luna iluminando la estancia. Cerré los ojos, sintiendo la brisa golpear sobre mi cara, refrescándome con el aire de otoño.
