| 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈 |★

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᪤°.•

"La cucaracha
La cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene
Porque le faltan
Las dos patitas de atrás"
La Cucaracha - Un Genio

᪤°.•

- Alma, Alma, Alma

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- Alma, Alma, Alma.- escuché una voz cada vez más clara, mientras alguien me zarandeaba. Lo ignoré cansada, manteniendo los ojos cerrados a pesar de la luz que amenazaba con entrar por mis párpados.- Tía, que son las tres de la tarde.

Al escuchar eso me puse recta de golpe, chocando contra la cabeza del sobrino de Mihail, el cual estaba intentando despertarme. Él se palpó la cabeza adolorido, mientras yo cogía el móvil preocupada para revisar la hora.

En efecto, eran las tres y media de la tarde. Me había dormido, y parece ser que el sobrinito también. Solté un ruido de sorpresa al ver que tenía más de diez llamadas perdidas de Misho.

- Mierda, mierda, mierda...- me levanté desesperada, dirigiéndome a mi habitación con prisa- Navajas, cámbiate rápido.

Dicho eso él vino detras de mí. Con su ropa se metió al baño, y yo me puse lo primero que pillé y me vestí en apenas un minuto. Aporreé la puerta del baño en el que el chico estaba.

- Vamos joder, llego tarde.

El Navajas salió bostezando y rascándose los ojos, aún con sueño. Lo agarré del brazo y le arrastré hacia la entrada, haciéndole subir al coche.

[...]

Din don

Mihail con los brazos en jarra abrió la puerta. Tenía unas ojeras enormes, que no se había molestado en ocultar. Niestras miradas se cruzaron, y sentí como se me caía el mundo encima. Era una mirada de decepción.

Una vez más, había roto una promesa a alguien a quien amaba.

Mierdón apareció en la escena. Sus pequeñas patitas negras caminaron hacia el Navajas, que se agachó para recibir al perro. Lo cogió y sonrió, entrando a la casa. Misho se apartó, manteniendo su mirada en mí, dejándome paso. Me estaba destrozando.

Su sobrino se encerró en su habitación. Seguíamos sin entablar palabra. Por fin, él rompió el silencio.

- Has llegado tarde.

- Lo siento.- agaché la mirada, mirando al suelo. Notaba como las lágrimas estaban a punto de caer por mis ojos.

Para mi sorpresa, el búlgaro me agarró del mentón y me empujó hacia él, uniendo nuestros labios en un beso. Algunas lágrimas se escaparon de mis ojos. Nos separamos y él me atrajo hasta su pecho, juntándonos en un abrazo.

- Te extrañé.

Me limité a disfrutarlo. Apoyé mi cabeza sobre su cuerpo, escuchando sus latidos, que reducían su velocidad poco a poco. Su respiración tranquila estaba acompañada del movimiento de los pulmones, que hacía que su torso se moviera. Cerré los ojos disfrutando la calidez de su abrazo. Más tarde, me separé de él, alzando la mirada para verle a los ojos.

- Tu sobrino me dijo que te emborrachas cuando estás mal.- mis palabras salieron de la boca sin pensarlo, haciendo que me atrepintiera al instante de lo que había dicho.

- Tendría que tener la boca cerrada a veces.- esbozó una sonrisa- No creo que este sea un buen sitio para hablar de esto. ¿Vamos a cenar después?

Asentí, al fin y al cabo quería hablar sobre todo lo que había ocurrido en la última semana. Nos quedamos observándonos en silencio.

Mierdón apareció. Grité al ver lo que estaba persiguiendo. Era una cucaracha gigante. Se podía ver que era tan grande que incluso podría conquistar la humanidad. Me puse a dar saltitos y me escondí detrás del peliblanco, soltando pequeños gritos los cuales me desgastaban la voz poco a poco.

- Mihail, sálvame de eso, por favor.

Para mi sorpresa, el búlgaro salió corriendo hacia el sofá, subiéndose en él. Negaba con la cabeza mientras susurraba toda clase de insultos. Vi como el bicho se acercaba a mi, mientras lo esquivaba con mis dotes de salto, gritando.

- Malditos hombres, tanto músculo y ni proteger a una dama en apuros.- grité, tratando de no tropezar con Mierdón, que seguía intentando cazar la cucaracha.

- Vete a la mierda, yo me mudo, no puedo más.- de pie en el sofá, Misho mieraba la escena bastante tenso.- Mierdón, ataca.- con el dedo índice señalaba el suelo repetidas veces, indicándole al perro que matara al animal.

- ¡Deja al pobre perro y haz algo, joder!- la cucaracha me perseguía, mientras yo corría por el salón, muerta del miedo y del asco.

Me vi acorralada. Mierdón estaba delante mía, y no quería pisarlo ni hacerle daño. La cucaracha estaba cerca mía, avanzando. Grité, encogida en una esquina, mientras daba pequeños saltitos. Cerré los ojos imaginando mi muerte.

Vi una luz al final del túnel. Mi batman, mi superman, había llegado. El Navajas, pisó la cucaracha, haciendo sonar un crujido y rescatándome de morir entre las patitas del animal. Me abalancé sobre el chaval, abrazándolo y llenándole de besos la cara.

- Eres lo mejor, Navajitas, me has salvado.

- No es para tanto.- respondió él algo avergonzado.

- ¡Mierdón! Joder.- el peliblanco gritó bajando del sofá.

Me giré para ver al perro comiéndose la cucaracha. Me tapé la boca conteniéndome una arcada. Miré a Misho y salí corriendo hacia el baño. Comencé a vomitar tras ver la imagen; si algo me daba tanto asco eran las cucarachas. Noté como alguien me agarraba del pelo y me frotaba la espalda.

- Qué idiota eres.- su voz, acompañada de una risita resonó detrás mía. Apoyé mis brazos sobre la taza, descansando un poco tras vomitar.

Me ayudó a levantarme y me lavé la cara mientras él me observaba fijamente. Me dio un cepillo de dientes y me lavé los dientes, tratando de deshacerme del olor asqueroso a vomito.

- Voy a tener que comprar trampas, aunque no me extraña que hayan cosas de estas, con la mierda que hay en el cuarto del Navajas...- esbocé una sonrisa tras su comentario, mientras seguía cepillándome los dientes- Ahora vamos a tu casa, pasamos el rato allí y después cenamos, esta casa ya no me pertenece.

- No digas gilipolleces.- me enjuagué con el grifo, Mihail me sujetaba el pelo como antes para que no me lo mojara, mientras estaba levemente recostado en la pared cercana.

- Esta casa es ahora de las cucarachas.

- Yo también te extrañé.

Las cucarachas son lo peor que puede existir, son completamente inútiles

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Las cucarachas son lo peor que puede existir, son completamente inútiles.

Pero sobreviven a la radiación.

En fin, espero que os haya gustado esto.

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Os leo ;)

\🫀\ 𝓒 iri



𝐕𝐈𝐍𝐓𝐀𝐆𝐄 ★ 𝘔𝘪𝘴𝘩𝘰 𝘈𝘮𝘰𝘭𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora