| 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐗𝐕 | ★

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"Im Herz vereint
Wir
Sind schon sehr lang zusammen"
Deutschland- Rammstein

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Mi respiración agitada resonaba en la habitación

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Mi respiración agitada resonaba en la habitación. Caían gotas de sudor de mi cabeza. Estas rodaban libremente por mi cuerpo. Me sequé con una toalla y bebí un trago de agua.

Los entrenamientos en los pasados meses estaban siendo muy intensos. El gran día se acercaba poco a poco, mientras que mi cansancio cada vez se iba haciendo más grande. Era innegable que había mejorado y que incluso había ganado algo de masa muscular en tan poco tiempo, pero en el fondo aún era la chica torpe que no se movía del sofá.

Recostada en la pared, cerré los ojos mientras bebía pequeños tragos de agua, con una toalla rodeando mis hombros. Miraba su figura, que le estaba dando golpes a un saco de boxeo. Su torso desnudo brillaba debido al sudor, y su mandíbula se mantenía firme por la concentración.

Le observé. Estabamos entrenando juntos, ya que era bastante beneficioso para los dos. Él me ayudaba con mis entrenamientos y yo trataba de aprender de él, mientras que su estado de ánimo se subía un poco al verme cerca. Nos levantamos los ánimos el uno al otro, sin hablar, simplemente con nuestra presencia.

Finalmente se giró y me dedicó una sonrisa. Me entregó las dos manos con los guantes, y yo se los fui quitando.

- A ver cuando hacemos un sparring.- dijo él, con la voz bastante agitada pero en su típico tono bromista.

- Cuando quieras.- le guiñé un ojo- No aguantas ni un round.

Sus mejillas se tornaron ligeramente más carmesíes al entender el doble sentido de mi comentario. Le lancé una toalla a la cabeza, para que se secara un poco el sudor que tenía.

- Voy a cambiarme, en diez minutos te llevo a tu casa.- sin esperar respuesta me giré, dirigiéndome al pequeño vestuario femenino.

[...]

Los días pasaban, mis nervios cada vez se hacían más fuertes. Estaba desanimada, no creía que fuera a ganar de ninguna manera. Mi contrincante era más alta que yo y probablemente mejor preparada físicamente. Eso no quitaba el hecho de que iba a intentarlo con todas mis fuerzas.

Suspiré mientras me sentaba en mi taburete, bebiéndome el zumo de naranja en Vintage. Había llegado a un acuerdo con mi jefe para trabajar de tardes. Así entrenaba por la mañana y justo después de comer entraba a trabajar. No tenía mucho tiempo ni energía para hacer directos, ya que la rutina me agotaba completamente.

A decir verdad había pensado en dejarlo. No pude, ya que me sabía muy mal dejar de lado a mi contrincante. No encajábamos mucho, pero me parecía un gesto muy feo hacerlo sin motivo aparente; al fin y al cabo me comprometí a cumplirlo y tenía que hacerlo. Aunque la dieta para subir de peso me estuviera costando mucho y los entrenamientos estuvieran siendo muy duros al final valdría la pena, o eso esperaba.

𝐕𝐈𝐍𝐓𝐀𝐆𝐄 ★ 𝘔𝘪𝘴𝘩𝘰 𝘈𝘮𝘰𝘭𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora