Capítulo I

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3... 2... 1... ¡BUM!

El corazón de Kyungsoo pareció detenerse por un instante mientras levantaba la vista de su cuaderno y miraba a su alrededor.

Caos, todo era caos.

La tranquilidad y calidez de su hogar había sido reemplazada por terror y una urgencia inexplicable.

Su madre ya no se encontraba preparando la cena como hacía unos minutos, su padre tampoco leía el periódico en silencio, ahora, ambos se miraban con temor mientras sacaban de una gaveta oculta del estante de la sala lo que parecían rifles de combate.

La escena era tan surreal como podría serlo y a Kyungsoo le tomó unos segundos registrar lo que estaba pasando.

Disparos, había ruido de disparos en las afueras de su departamento.

En otras circunstancias se hubiese asustado, pero Kyungsoo permanecía aún sentado a la mesa del comedor con sus ojos grandes abiertos de par en par, analizando su entorno completamente preso del shock. La imagen familiar que sus padres habían proyectado los pasados 16 años de su vida se había roto por completo.

¿Quiénes eran estas personas que portaban sofisticadas armas y cinturones repletos de balas?

Su madre se acercó a él cuando los disparos se acercaron e intensificaron. Ella lucía totalmente aterrada cuando puso su mano en la mejilla de Kyungsoo.

- Kyungsoo, cariño - susurró ella al borde de las lágrimas, siendo apartada de él cuando su padre llegó.

- Sohee, tenemos que ir - dijo con dureza, suavizando su rostro y voz notablemente cuando su mirada cayó en Kyungsoo. - Escucha hijo, tienes que huir de aquí y llegar a este lugar - explicó entregándole un papel pequeño con alguna dirección escrita en él. - Ten esto también - esta vez le dio una tarjeta micro SD envuelta en una minúscula bolsa de nylon. La mirada de su padre era de absoluta seriedad cuando dijo: - Esto no puede caer en manos de nadie, Kyungsoo. Sabrás que hacer cuando veas lo que hay dentro - un fuerte estruendo interrumpió su conversación, haciéndoles estremecer.

Los atacantes finalmente habían conseguido entrar a la pequeña vivienda de dos plantas, era cuestión de minutos que llegaran a ellos.
Su padre se enderezó y le dirigió una última mirada antes de enfrentarse a la puerta del apartamento, sosteniendo su arma, listo para disparar.

Su madre besó su frente con cariño y dolor. - Te amamos mucho, Kyungsoo - susurró con la voz rota.

Él quería responder que también los amaba, quería pedirles que huyeran con él, que no lo dejaran solo, pero nada salió de su boca. Era incapaz de hablar. Su madre le levantó de la silla y lo empujó en dirección a la habitación para que pudiera escapar, y él lo hizo...

Lo último que vio antes de dirigirse a la habitación fue a su madre correr tras su padre con el arma en alto, luciendo dispuesta a lo que fuese por defenderlo.

Kyungsoo corría, pero sentía que no avanzaba en lo absoluto, sus piernas temblorosas apenas consiguieron hacerle llegar a la puerta del dormitorio cuando un grito desgarrador le hizo detenerse y voltearse hacia la puerta principal.

Su madre... Su querida madre estaba de pie en la puerta con la mirada perdida, su hermoso vestido blanco estaba cubierto de manchas rojas por la sangre que emanaba de las innumerables heridas de bala que había en su cuerpo. Ella le miró por un momento antes de caer al suelo.

Kyungsoo quería moverse hacia ella, gritar y pedir ayuda, pero su cuerpo víctima del pánico lo había dejado inmóvil en la puerta de la habitación.

Luego entró su padre, gritando algo que Kyungsoo realmente no había entendido. Él no pudo escuchar el ruido de los disparos y ver como las balas impactaban el cuerpo de su padre, haciéndole detenerse bruscamente junto a la puerta. Un último disparo atravesó el abdomen de su padre y Kyungsoo sintió que sus piernas cedían y caía de rodillas al suelo, sus ojos estaban bien abiertos y llenos de lágrimas que se negaban a caer. El cuerpo de Kyungsoo temblaba violentamente mientras observaba la sangrienta escena.

The target's guardian - Kaisoo -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora