Capítulo IX

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JongIn y Kyungsoo se encontraban acostados uno al lado del otro en la pequeña cama de la desconocida habitación. Ambos estaban muy conscientes de la presencia del otro, incapaces de ignorar la fuerte tensión que llenaba el aire. A pesar de haber intentado moverse en busca de un poco de espacio personal, ninguno había logrado encontrar una posición cómoda en la que no tuvieran que rozar ligeramente su cuerpos. La situación era mortificantemente embarazosa.

En algún punto, el silencio se hizo tan abrumador que Kyungsoo ya no podía contener más su incomodidad. Reuniendo valor, le habló a JongIn con la voz un poco temblorosa.

– JongIn... ¿Acaso estás decepcionado de mí? Entiendo perfectamente que estés enojado porque tenemos que huir debido a los errores que cometí – dijo Kyungsoo, mostrando en su voz toda su honestidad y ansiedad respecto al asunto.

JongIn giró lentamente la cabeza, tratando de enfocar correctamente a Kyungsoo.

Habían dejado encendida la lámpara de la mesita de noche, emitiendo una luz tenue solo para calmar el miedo de Kyungsoo a la oscuridad total. JongIn pudo notar las emociones que brillaron en los ojos de Kyungsoo, aún en la oscuridad, cuando sus miradas de encontraron. El bajito giró su cuerpo hacia él, poniéndose de costado.

El silencio cayó nuevamente sobre la habitación, aunque esta vez menos incómodo y tenso. JongIn se tomó su tiempo para observar aquel rostro angelical antes de finalmente responder.

– No estoy decepcionado de tí, Soo – dijo con voz suave, haciendo que el pecho de Kyungsoo se sintiera cálido al tiempo que parte de su nerviosismo se disipaba. – Estoy enojado conmigo mismo... por haber sido descuidado y haberte puesto en peligro – confesó el mayor.

Honestamente, JongIn no esperaba admitir en voz alta lo que había estado molestándolo cada día desde su última misión, pero al mirar directamente a los ojos de Kyungsoo, no pudo guardar sus sentimientos para sí mismo y permitir que el bajito se hiciera ideas equivocadas.

Kyungsoo, por su parte, parecía bastante sorprendido por las palabras de JongIn, probablemente esperando cualquier otra respuesta que no fuera esa. Agradeció que la luz fuera tan tenue que pudiera ocultar su sonrojo, o estaría diez veces más avergonzado.

Kyungsoo, por su parte, parecía bastante sorprendido por las palabras de JongIn, probablemente esperando cualquier otra respuesta que no fuera esa. Agradeció que la luz fuera tan tenue que pudiera ocultar su sonrojo, o estaría diez veces más avergonzado.

– No, pero... – su tren de pensamientos fue interrumpido por la mirada intensa del mayor. ¿Por qué JongIn lo miraba así? Le era difícil concentrarse. – Sabíamos que sería así, JongIn – finalmente logró responder, apartando la mirada de aquellos ojos que parecían quemar su ser. – No debes sentirte enojado contigo mismo... Yo... – detuvo nuevamente sus palabras, luchando con el sonrojo que calentaba sus mejillas. – Confío en tí, JongIn. Sé que pase lo que pase estarás ahí para protegerme. Incluso cuando estás un poco lejos, siempre... siempre confío en que llegarás justo a tiempo para salvarme. Como la última vez... –

El silencio en la habitación después de las palabras de Kyungsoo fue prácticamente ensordecedor. El bajito mordió su labio inferior y cerró los ojos, completamente avergonzado por lo patéticamente necesitadas que habían sonado sus palabras.

Una mano acarició suavemente el costado de su cabello, haciéndolo abrir sus ojos de nuevo y encontrarse con la expresión suave en el rostro de JongIn.

– Confías demasiado en mí, Soo – dijo JongIn con algo similar al cariño, aunque también había alguna otra emoción extraña presente en su voz. Retiró su mano del cabello de Kyungsoo con una mueca de incredulidad, como si de repente se diera cuenta de que lo estaba tocando. Kyungsoo inmediatamente extrañó el toque. – Pero es cierto que haría lo que sea necesario para salvarte – continuó JongIn.

The target's guardian - Kaisoo -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora