Kyungsoo observaba la escena frente a sus ojos, manteniendo su agarre firme sobre la pistola. Habían transcurrido más de veinte minutos desde que JongIn había atrapado al hombre que habían conocido en el museo y lo estaba interrogando de una manera bastante brusca.
El hombre, con un pómulo morado e hinchado por un golpe de JongIn, parecía sorprendido por el recibimiento, después de haber concertado reunirse con Kyungsoo en ese lugar el día anterior. A pesar de las acusaciones de JongIn sobre haber enviado a los matones a su casa, el chico se mantenía renuente a admitir la culpa. Desde el punto de vista de Kyungsoo, parecía estar diciendo la verdad.
En realidad, Kyungsoo se había negado al plan cuando, al salir de la posada en el pueblo, JongIn le dijo que se encontrarían con el hombre, argumentando que atraparlo podría ser crucial para descubrir el escondite de Siwon. Ciertamente, JongIn tenía un punto: había sido demasiada coincidencia que, horas después de concertar una cita con el hombre, hubiesen tenido un grupo de sicarios frente a su puerta. Sin embargo, también podía haber sido simple casualidad.
- ¿De verdad me estás diciendo que no tuviste nada que ver? - gruñó JongIn, enojado, tirando de la camisa del hombre para forzarle a mirarle a la cara, esperando que su mirada intensa y fría fuera suficiente para asustarlo.
Fue en ese instante cuando Kyungsoo notó una pequeña mancha de sangre en el antebrazo de JongIn. Era diminuta, pero el color azul claro de la camisa que JongIn había conseguido comprar en el pueblo hacía que la mancha rojiza fuera muy evidente. Kyungsoo bajó la pistola y, con delicadeza, intervino, colocando suavemente la mano mano en el brazo de JongIn.
El moreno apartó la vista del hombre para enfocarla en Kyungsoo, la dureza en sus ojos se suavizó considerablemente, aunque su ceño fruncido no desapareció. Su mirada recorrió el cuerpo de Kyungsoo de arriba hacia abajo, como si Kyungsoo fuera un bicho extraño.
A decir verdad, Kyungsoo se sentía realmente extraño vistiendo aquella camisa blanca que JongIn le había comprado. Según el moreno, fue la talla más pequeña que encontró, pero le quedaba un poco grande, dejando al descubierto sus clavículas. Las mangas de la camisa eran tan largas que le cubrían la mitad de las manos. Se sentía como si llevara puesta una sábana.
Aclarándose la garganta y cruzando los brazos sobre su pecho para tratar de subir la camisa y cubrir su piel, Kyungsoo habló: – Estás lastimando tu brazo... Y creo que estás siendo muy duro con él – añadió, algo avergonzado de parecer un novio preocupado por la salud de su pareja.
JongIn le sostuvo la mirada, luciendo incrédulo a juzgar por su expresión.
– ¿Duro con él? Por su culpa casi nos matan, Kyungsoo – aish... Kyungsoo odiaba cuando le llamaba de esa manera.
– Sabes que pudo haber sido solo coincidencia. Quizás los hombres de Siwon nos siguieron desde que salimos de aquel restaurante de ramen – respondió Kyungsoo, mirando al hombre arrodillado frente a ellos, quien observaba el intercambio en silencio. – Creo que ha estado diciendo la verdad –
El chico asintió varias veces ante las palabras de Kyungsoo.
JongIn maldijo en voz tan baja, que Kyungsoo no pudo escuchar lo que dijo. – Confías demasiado en la gente, Soo. Este hombre nos puso en peligro y--- Kyungsoo lo interrumpió, levantando la mano, aún sin mirar a JongIn. Sus ojos permanecían fijos en el hombre, que también le miraba fijamente.
– Necesitamos confiar en tí, así que explícanos quién eres y qué quieres de nosotros – la voz suave de Kyungsoo pareció hipnotizar al chico, quien rápidamente asintió. JongIn bufó a sus espaldas.
– Me llamo Oh Sehun, y no soy aliado de Siwon, todo lo contrario... Quiero matarlo – confesó con un gesto de desprecio al pronunciar el nombre de Siwon, haciendo que tanto JongIn como Kyungsoo se preguntaran cuál era la historia detrás de sus palabras. Para su alivio, Sehun respondió a su pregunta sin que ellos tuvieran que formularla. – Mi hermana desapareció hace seis años – dijo, su voz tornándose más firme mientras una expresión amarga cruzaba su rostro. – Fue secuestrada de camino al colegio. La policía no logró identificar a los secuestradores, ni siquiera a través de las cámaras de seguridad de un edificio cercano a nuestra casa. Tampoco dieron con la placa del vehículo en el que se la llevaron. No había detalles relevantes en el caso, por lo que el paradero de mi hermana se convirtió en un misterio –
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The target's guardian - Kaisoo -
FanficA los 16 años de edad, la vida de Kyungsoo da un vuelco cuando sus padres son asesinados cruelmente frente a él. Kyungsoo logra escapar de una muerte segura con la promesa de que se vengará de todos aquellos viles asesinos que arrebataron la vida de...