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-¡CJ, no es por meter prisa pero tenemos que irnos!- grité mirando el reloj impaciente. Sabía que estaba enfadada por las caras que había puesto en cada parte del plan, y ahora tardaba solo para sacarme de mis casillas, ya había entendido su forma de hacer las cosas. Podía entender treinta minutos de retraso, pero casi un cuarto de hora me parecía una falta de respeto.

Annya tenía órdenes mías para vestirla en el menor tiempo posible, pero enarqué una ceja molesto cuando vi que salía con la cabeza gacha. ¿Cómo estaba ella ahí antes que CJ? Entrecerré los ojos cuando vi que caminaba lentamente sin dirigirme la mirada.

-¿Dónde está CJ?- pregunté haciendo que me señalase la habitación. Me encogí de hombros y la señalé, claramente exasperado y sin entender qué hacía allí.- ¿Y porqué no estás con ella?

Ella trató de explicarse, pero no salían palabras coherentes de su boca, parecía tan nerviosa que no entendí como no se cayó al suelo porque estaba seguro de que tenía una taquicardia en ese momento. Mi paciencia se fue desvaneciendo al igual que su voz al mirar detrás mía.

-Deja de ser tan duro con la chica, le he dicho que me vestiría sola y no pudo replicar.- aseguró la voz de CJ. Me giré al mismo tiempo que ella cerraba la puerta detrás suya y tuve que tragar saliva porque se me secó la garganta, caminó despacio, con una elevada elegancia y una coquetería, hasta estar enfrente mía y sonrió.-¿Sin palabras eh?

-Sin aliento.- susurré.- Se me ha olvidado como se respira.- aseguré relamiéndome los labios. CJ llevaba un vestido blanco ceñido al cuerpo e intuía que no llevaba sujetador en la parte de arriba, llevaba unos zapatos de tacón blanco y un maquillaje de tonos negros. El pelo recogido en un moño alto y sonreía con sorna mordiéndose el labio. Extendí el brazo, tendiéndole mi mano y ella la aceptó dando una vuelta sobre su sitio.- Estás preciosa, CJ.

Me guiñó el ojo sonriendo y arregló mi corbata sin apartar los ojos de los míos. Cuando bajé la mirada a los labios, colocó la mano en mi barbilla para devolverla a sus ojos.

-Llegamos tarde.- recordó sonriendo. Traté de salir de mi asombro y tragué saliva antes de asentir, ella pasó por mi lado y caminó delante mía hasta que llegamos al garaje. Por respeto no hablaré de las vistas, pero...allí estaba.

Cuando llegamos al garaje tenía a una veintena de hombres reunidos.

-¡Bien todos sabéis el plan, poneos en marcha en las posiciones asignadas!- gritó Bosco haciendo que todos asintiesen. Yo me giré para darle a CJ las llaves del todoterreno, pero ella miró con una ceja enarcada las llaves.

-¿Qué?- pregunté tratando de mantener la mirada solo en su cara. Si la bajaba más a lo mejor no saldríamos de allí.

-No quiero ese coche, quiero el McLaren.- dijo señalando las llaves del coche que yo iba a usar. Miré el deportivo blanco y luego la miré a ella que sonreía ligeramente. Negué rotundamente.

-No.- sentencié caminando hacia mi coche, pero antes de poder abrir la puerta de piloto me di cuenta de que ella había corrido al asiento y ya estaba sentada.- CJ, al todoterreno, este es mi coche.

-Pero yo quiero conducirlo, va a juego con mi vestido.- dijo sonriendo ligeramente, negué rotundamente de nuevo y ella tiró de mi corbata para acercarme a ella.- Seguro que llegamos a un acuerdo, porque yo quiero este coche y tú dijiste que haría lo que pidiese fuera de la mafia.

La miré a los ojos mientras ella sonreía ampliamente y me miraba con ojos de cachorro.

-Eso es chantaje emocional.- aseguré cuando acercó sus labios a los míos sin despegar la mirada.

-No si lo que quiero ahora es el coche.- susurró sonriendo, suspiré y le di las llaves antes de que se me levantara la erección que llevaba tiempo conteniendo. Cerré la puerta del McLaren y ella sonrió asomándose por la ventana y guiñándome un ojo.- Gracias, guapo.

🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora