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-¿Qué ocurre, Kora?- pregunté al notarla de nuevo más nerviosa, me señaló con la cabeza el ventanal y vi a un hombre alto, desde ahí veía varios tatuajes que sobresalían de su cuello, no se giró así que no pude ver mucho de su cara, lo que sí veía seguro era que hablaba con Ilya. El mismo Ilya que hace unos momentos no llevaba nada y estaba encerrado en su cuarto.

Nos centramos en lo importante, CJ...

-Ese chico es el primo de Fiodor, es el hijo de mi hermano, Ilya.-explicó haciendo que asintiera, era obvio por el parecido de todos ellos, dejé que continuase.- El hombre con el que habla es un contratista de armas con el que Aleksander hace negocios para proporcionar material a las cuartillas que tiene en Rusia y en el resto del mundo, su nombre es Igor.

-Perdona que te interrumpa, pero ¿me hablas de tráfico de armas?-pregunté cuando noté su inquietud. Ella asintió varias veces y nos sentamos al pie del ventanal, se sentó con las piernas juntas y posó delicadamente las manos sobre ellas, a pesar de  su elegancia y su paciencia, pude notar el nerviosismo que emanaba sin querer.

-Hace dos días, antes de vuestra llegada, Aleksander recibió la noticia de que llegaba una carga de armas, pero esta mañana le han avisado de que se retrasará...

-Perdón, ¿Kora porqué me estás contando esto?-pregunté confusa gesticulando con las manos.

-CJ eres astuta y sé que no quieres estar aquí, sé lo que es estar en conflicto con tus valores morales por amor a alguien, y también soy consciente de que eres policía, nada va a detenerte de volver a Estados Unidos a hacer justicia y limpiar tu nombre. Y mucho menos yo, que sé lo que está sufriendo tu madre.-explicó sujetando mis manos de una forma maternal. Algo se me removió dentro porque no pude despedirme de ellos, ni siquiera hablar con ellos cuando decidí irme con Fiodor en el coche minutos previos al accidente.

-¿Has hablado con ella?- ella asintió y sonrió ligeramente acunando mi mejilla, e incluso me sirvió de consuelo cuando sentí las lágrimas acumularse en mis lagrimales.

-Le he explicado las cosas de manera que nadie excepto ella entendiera, una especie de idioma que creamos tu madre y yo hace unos meses cuando fue a visitarnos a la casa de la playa de California.-fruncí el ceño porque yo no estaba enterada de aquello. Solo no lo dije y seguí escuchándola.- A donde quiero llegar es que CJ, ninguna de nosotras dos queremos que Fiodor permanezca en la mafia, y su padre lo hace porque no quiere que otra persona sea el jefe, no seré yo quién te pare si quieres hundir este negocio.

Sabía que se refería a encerrarlos y entregarlos a la policía, pero ¿hasta qué punto era ella consciente? Yo no puedo encerrar a la persona que amo, ¿o sí? ¿No me convierte eso en una traidora?

-Kora, hay consecuencias para Aleksander y para Fiodor principalmente, incluso tú saldrías perjudicada.-advertí negando.- No quiero que le pase nada a Fiodor, pero ante un juez jamás podría hacer que saliera y esta vez van a encerrarlo en una cárcel de máxima seguridad.

Aquello no la asustó y fruncí el ceño, ella parecía haber meditado todo esto con mucho tiempo, parecía haberle dado muchas vueltas a esto. Más que las que yo le había dado al asunto, ella no estaba preocupada, ¿o estaba fingiendo?

-Conozco el proceso judicial, cariño. Mi hermano, el padre de Ilya, es policía y somos muy unidos, pero se alejó un poco cuando decidí que quería a Aleksander, un criminal a sus ojos.-dijo suspirando.- Y lo amo, pero no estoy ciega ni para bien ni para mal.

-¿Entonces me estás pidiendo que actue como policía?- pregunté haciendo que asintiera, suspiré mirando hacia otro lado.- Tengo la sensación de que traiciono a Fiodor, Kora.

-CJ, ¿porqué? Como madre que soy te lo estoy pidiendo, ¿porqué debemos estar en conflicto nosotros mismos por una elección que no es correcta?- preguntó sonriente.- Esa pregunta es la que me ha llevado a pensarlo, CJ, ¿y el daño que están haciendo, y si la forma de ayudarlos es no apoyándolos en esto?

Sabía que se refería a Fiodor y a Aleksander, y tenía razón, muchas veces lo había pensado, pero no había sido capaz de manifestarlo.

-Yo no puedo hacer nada, pero confío en tu ingenio y tu astucia, para parar todo este negocio y esto incluye a las Aguirre.-dijo haciendo que frunciera el ceño. Me entregó dos libros bastante pesados, pero antiguos, lo suficiente para darme cuenta de que eran dos diarios.- Aquí encontrarás mucha información sobre cada persona y rincón en esta casa, en todo Rusia. Eran diarios míos y me encantaba escribir en ellos tanto como a ti te gusta leer.-dijo ladeando la cabeza con una sonrisa.

-¿Porqué quieres que yo decida algo así?- pregunté con los ojos húmedos por futuras lágrimas que no tardaron en llegar.- Yo...Fiodor no querrá volver a verme jamás, no me perdonará esto y probablemente yo tampoco. No puedo hacer esto otra vez...

-Fiodor es hijo mío, y sé que si te perdonó aquella vez en la que lo atrapaste te perdonará esta, aunque sepa que esta vez no se escapará y si no lo hace quiero que lleves la conciencia tranquila por haber hecho lo correcto. Creo o quiero creer que en el fondo de su corazón, prefiere la cárcel a que ser algo que ya estaba escrito antes de nacer.-explicó acariciando mi mejilla. Miré los libros y los metí en la mochila donde estaba el portátil.-Ahora que las Aguirre están contra nosotros no te fíes de cualquiera, ¿vale?

Aquello me estaba sonando a una despedida, una muy sincera y repentina y no estaba preparada para aquello. Era como si ella se estuviera despidiendo de mí y de su hijo al mismo tiempo, me entró miedo muy rápidamente.

-¿Kora estás bien?- pregunté de repente, ella se mantuvo en silencio antes de señalar el té que se estaba tomando y la ventana.

-Ese contratista quiere ver mañana a Aleksander, la mercancía ha sufrido un "retraso", tengo muy buena intuición y algo no me cuadra, CJ, de verdad dejo todo en tus manos y con todo me refiero a todo.-dijo con un brillo que identifiqué como confianza hacia mí, era obvio que estaba estaba depositando su confianza en mí y no iba a defraudarla.

¿Osea que vas a traicionar a tu esposo?

No es eso exactamente, aunque él no vaya a verlo así.

Abracé a Kora y me pareció que respiraba aliviada, miré por el ventanal y vi como Ilya y el contratista se despedían con un apretón de manos. Me separé de Kora y sujeté sus manos para tranquilizarla.

-Haré lo que me pides, pero tomará tiempo, tengo que investigar y reunir pruebas que sirvan ante un juez. Y sabes que dada mi condición ahora mismo costará que me crean porque me ven como una cómplice, esas pruebas tienen que ser irrefutables y contundentes.-expliqué haciendo que asintiera.

-Te he apuntado en uno de los cuadernos el número de mi hermano por si necesitas preguntarle algo de información, y puedes hablar con Ilya, aunque él y Fiodor no se llevan bien.-confesó haciendo que enarcase una ceja. La confirmación de su madre me hizo pensar que quizás por eso había decidido tan repentinamente ser el jefe de la mafia.

-¿Porqué?- pregunté curiosa sentándome a su lado junto al ventanal, ella ladeó la cabeza frunciendo ligeramente el ceño y señalando toda la biblioteca en la que estábamos.

-Porque pudo elegir, siempre hubo una rivalidad entre ellos precisamente porque Ilya siempre pudo elegir y eligió lo que él quería, ser como su padre. Fiodor por el contrario está obligado a ser como su padre.-confesó haciendo que asintiera.

-¿Porqué no me cuentas la historia de esta biblioteca tan inmensa?- pregunté cambiando de tema para alegrarla porque tenía una extraña sensación y seguimos hablando hasta que decidí retirarme con Bosco siguiendo mis espaldas. Le pedí que me llevara al jardín, a lo mejor con el aire fresco podía conseguir contactar con Charles lo antes posible, por lo menos para que él me tuviera en cuenta.

Si tengo que mantenerme en Rusia hasta que las Aguirre paren y cumpla con lo que le he prometido a Kora, tendré que hacerlo.

Aunque ya me han colgado el cartel de Wanted, aquí estoy yo, trabajando aún para la justicia, eh.

🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora