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Cerré el portátil cuando el asombro desapareció, si Fiodor se enteraba de para qué lo quería seguramente se arrepentiría de habérmelo dado, el problema era que ya era policía y no podía evitarlo. Vi como se me acercaba cuando terminó de vestirse.

-Llámame para lo que necesites e incluso sino me necesitas, llámame.- advirtió dejando un beso sobre mis labios, tiré de su corbata para que no se separase y traté de profundizar el beso, algo que permitió aunque sabía que ya iba tarde al consejo.

Rodeó mi cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. El beso se tornó apasionado, lleno de pasión y lujuria, como esta mañana, incliné mi cabeza ligeramente hacia atrás, permitiendo que explorara mi cuello con besos suaves y sensuales.

-CJ si sigues mi padre va a cortarme la cabeza.- replicó deslizando sus manos por mi espalda, acariciando cada centímetro de piel expuesta bajo la cazadora de cuero que llevaba sobre el top negro ceñido al cuerpo. Me separé con una chispa juguetona en la mirada, sin alejarme demasiado, arreglé ligeramente su corbata que estaba bastante deformada.

-¿Qué has decidido?- pregunté acariciando su pelo, era obvia la respuesta y más cuando suspiró tratando de rehuir mi mirada. Lo obligué a mirarme poniendo la mano en su barbilla y enarqué una ceja esperando respuesta.

-CJ, tengo que hacerlo y agradecería tu apoyo aunque no estés de acuerdo.-dijo mirándome a los ojos, yo también lo hice antes de asentir. No muy convencida, pero lo suficiente para que se lo creyera. Respeto su decisión, pero no la apoyo, es difícil que lo haga si he crecido en el lado de la ley. Él no tiene la misma perspectiva que la mía, porque nació en el crimen y mi camino se ha basado en derrotar al crimen. 

Es como si quisiera que siendo yo el agua me bebiera un litro de aceite.

Tampoco exageres, compararte con el agua es como comparar a un perro con un gato.

-No necesitas una enemiga más en este momento.-admití sonriendo, él frunció el ceño, pero literalmente no dijo nada, solo me observó como si buscase un indicio de que mentía. Había desconfianza en su mirada.- Vete ya y ten cuidado.

Dejó un beso en mi frente y salió de la habitación, me temía que sospechaba algo así que me acerqué a la puerta y escuché su voz imperante en ruso, hablaba con Bosco.

-No le quites el ojo, CJ puede ser muy perversa y persuasiva cuando quiere, además recuerda que es militar y policía, ten cuidado. Está herida, pero no es tonta.-le recordó haciendo que yo rodase los ojos, osea qué necesidad, con Bosco ahí o no yo iba a salir.- Además creo que trama algo, manténla vigilada.

Aquello sí me llamó la atención, ¿porqué creía que tramaba algo? ¿Acaso era evidente en mi cara? Osea no es que yo trame algo, pero primero tengo que ordenar mis pensamientos.

Me alejé de la puerta y me puse unas zapatillas de plataforma blancas y negras, el pelo se me había secado, rizado y rebelde por encima de los hombros. Terminé de arreglarme y maquillarme, ya que Fiodor había añadido este detalle en las compras y yo tenía cara de muerta.

Gracias a Dios mi brazo roto no era un impedimento para asearme y teclear, en cambio la costilla me molestaba cada que respiraba.

Me acerqué al nuevo portátil, tenía que contactar con Charles y solo podía hacerlo por línea segura. Seguro que tenían sus móviles y sus portátiles pinchados, así que tenía que arreglármelas para contactar con él, era el único informático que conocía y que podía ponerme en contacto con Milo sin dudar de mi inocencia.

De nuevo me sentía como al principio de la relación con Fiodor.

¡Otra vez estaba escondida como si fuera culpa mía! ¡Y con él!

🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora