❤️‍🩹

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Conduje mientras veía como Milo no dejaba de teclear. Hace ya algunos meses que no ha vuelto a consumir, poco a poco lo está consiguiendo,igual que su madre está logrando salir del cancer.

-Milo, ¿estás hablando con Celia?- pregunté girando a la izquierda. Milo levantó la mirada un momento y sonrió.- Oh sí, estas hablando con ella.

-Quiere quedar para ir a un desfile de moda. A mí eso personalmente no me gusta, pero va hablando de eso por todas las esquinas y se nota que le hace ilusión.- comentó dejando el móvil en un lado. Me miró ladeando la cabeza.- También me ha hablado de Fiodor.

-No me cambies el tema.- repliqué susurrando. Él sonrió cuando quise regresar al otro tema. Aparqué en una esquina y me miró después de quitarse el cinturón de seguridad.

-Quiero pedirle si quiere ser mi novia, pero no lo veo justo para ella.- comentó Milo haciendo que lo mirase enfadada.

-No acabas de decirte eso.- repliqué haciendo que me mirara juntando las manos.

-No creo que le haga gracia estar con un drogadicto.- dijo por lo bajo. Me hizo sentir mal que dijera aquellas cosas, como si el fuera menos.

-Todos somos adictos a algo, y saber dejar una adicción es admirable.- le dije dejando un beso en su mejilla. Él sonrió divertido y se encogió de hombros.- Yo digo que se lo digas, antes de pedirle ser novios, explícale como te sientes.

Asintió y justo cuando íbamos bajando mi madre me llamó. Levanté la mano para que Milo me diese un momento.

-¡Hola mamá!- exclamé contenta. Bajamos del coche y abrimos el maletero. Milo cogió un par de bolsas que le señalé y yo cogí mi bolsa del gimnasio.

-Cariño, ¿qué tal estás hoy?- pregunto con cariño, la voz que utilizó me pareció una caricia y sonreí. Echando de menos a esa loca mujer a la que vería en un par de meses.

-Bien mamá, he ido con Milo al supermercado justo después del gimnasio.- comenté sonriente mientras caminaba con Milo hacia mi casa. Había aparcado lejos de casa porque no había aparcamiento.

-Me alegra oír eso, que estás moviéndote y tratando de relajarte algo más. Aunque estaría más contenta si vinieras ya.- replicó molesta. Ya sabía que la conversación iba por ahí cuando vi "Mamá ❤️‍🩹" escrito en la pantalla del móvil.

-Mamá ya te he dicho que en unos meses iré, estoy terminando cosas aquí.- repliqué caminando. Milo me miró de reojo enarcando una ceja. Todos suponían que la única razón por la que seguía allí era porque me veía incapaz de irme de allí, había vivido cosas bonitas con Fiodor que no sería olvidar. No estando él encerrado y sabiendo que lo quería.

Temía que nada más llegar a Estados Unidos pudiera olvidar a Fiodor, no podía visitarlo porque se lo habían prohibido y tampoco podía llamarlo. Temía olvidar su voz, su mirada y como me sentía estando con él si ponía más distancia de la que ya había.

-Es la segunda vez que me dices esto en lo que llevamos de año, Cassandraline.- regañó mi madre . Rodé los ojos sonriendo y abrí el portal de mi casa, una vez allí aparté el teléfono un momento.

Sabía que Milo tenía que irse, él se había ofrecido como voluntario para acompañarme al mercado cuando se lo pedí.

-Gracias por acompañarme.- agradecí dándole un beso en la mejilla y un abrazo rápido. Él sonrió cuando se separó.

-No tienes que darme las gracias por eso tonta.- comentó dándose la vuelta.

-¡Milo!- llamé haciendo que se girase.- Anímate y habla con Celia, cuéntale como te sientes.- animé haciendo que sonriera asintiendo.

🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora