Capitulo 13

165 10 0
                                    

Espere con ansias a que Halloween llegara, aunque tenía dudas si de si los demás vecinos también lo celebrarían; pero cuando llegó la tarde noche, los monstruos y criaturas de fantasía tomaron las calles, pidiendo dulces y haciendo travesuras. 

Yo me cambié en el baño de la tienda de Bill, faltaban unas horas para que cerrará así que tenía que ir en busca de Lindsay para irnos juntos a casa. Cuando salí modelé delante de Bill mi disfraz improvisado con un vestido negro de hombros abajo, mis medias largas de rayas naranja y negro y unas botas de combate, sin faltar el sombrero que me identificaba como una verdadera bruja. 

—Te ves magnífica, aunque creo que esta mal tu disfraz.

—¿Qué? ¿ Por qué? —pregunté viendo mis ropas.

—Porque las brujas son horrendas y tú eres simplemente hermosa —dijo rodeándome con sus brazos, y besarme mientras yo reía arrugando mi nariz. 

—Eres un cliché —bromeé entre risas— ¿No te vas a disfrazar aún?

—Deje el mio en casa, lo haré cuando vuelva. 

—Bien, mentiroso. Iré por Lindsay, ya vuelvo.

Entonces salí de la tienda, recorriendo las calles y tiendas adornadas por Halloween, dando un aura misteriosa y divertida al centro, una que no sentía desde que era una niña. 

Estaba emocionada por la fiesta de esa noche, por pasarla con las personas que más quería; sabía que la fiesta de mi padre sería divertida, incluso acogedora, alejándose por mucho de las fiestas a las que asistía en New York, que tenían una temática más adulta, aburrida; con los amigos de mi madre paseándose por el apartamento, teniendo esas caras largas toda la noche. Además de eso, me emocionaba pasar un rato agradable al fin, uno que todos nos merecíamos, disfrutando de la poca calma que a veces logramos conseguir, pero lastimosamente, esta acabó en cuanto crucé la esquina, y vi ese auto rojo de nuevo, frente a la tienda de antigüedades. 

Me congele del miedo, deteniendo mis pasos en seco, recordando el día en el que ese hombre me siguió. Pensé en huir, en buscar a Bill pero Lindsay… Ella estaba ahí dentro y podía estar en peligro, no podía perder tiempo, así que tomando valor de algún lugar en mi interior, fui a la tienda y abrí la puerta encontrándome nuevamente con ese hombre frente a la caja registradora donde estaba Lindsay. 

Ella tenía una mirada entre asustada y furiosa, con lágrimas que ya habían recorrido sus mejillas llenas de rubor rosa; mientras que Phineas, me miró con una sonrisa burlona, como si yo no fuese nada en contra de él. Tomé lo primero que tuve a la mano, una pequeña escultura de metal algo pesada que me podía ayudar a defenderme.

—Lárgate de aquí imbécil —le ordené pero él solo rió. 

—¿Y quién carajos eres para decirme que hacer? —preguntó mientras se acercaba intimidante hacia mi. Comencé a temblar, pero tenía que mantenerme firme. 

—¡No te le acerques! —gritó Lindsay— Voy a llamar a la policía si no te largas —amenazó Lindsay, y este la miró. Ella tenía el teléfono en su mano, y estaba dispuesta a hacerlo. 

—Eso solo empeorará las cosas para ti, recuerda que quien tiene sus cartas a favor, soy yo—dijo seguro de si— Piensa en lo que te dije… 

Luego se volvió hacia mí, tocando un mechón de mi cabello pero yo lo aparté con furia, una vez más, solo rió y fue hasta su auto. Me acerqué a Lindsay quien había comenzado a llorar por el terror de ese momento, la abracé con fuerza, queriendo quitarle todo ese terror que traía encima. 

—Lindsya, ¿qué te dijo? ¿Qué hacía aquí? —pregunté sin parar.

—Quiso chantajearme… —confesó con la voz temblorosa a la vez en la que comenzaba a caminar por la tienda.

El Vecino De Al Lado [Bill Skarsgard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora