Capitulo 12

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Cuando abrí los ojos, eran las nueve de la noche. La habitación estaba a oscuras y aunque traté de buscar a Bill por la cama con ayuda de mi mano, este no estaba en ella. Me levanté, escuchando a lo lejos el sonido de la ducha encendida en el baño, aquello me dió la respuesta de su ubicación. Encendí la lámpara a mi lado, y aún somnolienta comencé a buscar mi ropa por habitación, mi camiseta aún estaba entre las sábanas con mi ropa interior, pero mi pantalón estaba en el suelo. Alcancé a verlo junto al de Bill, y luego de ponerme lo que ya había encontrado, caminé hacia este. Tiré el de Bill a un lado, percatándome que de este, salió una bola de papel. 

Lo tomé, y llevada por la curiosidad lo desenvolví, poco a poco revelando lo que había del otro lado. "Cuídate las espaldas. Tus cristales no son nada en comparación a lo que te haré" Por un momento estuve confundida por lo que había leído, preguntándome porque él tenía esto en su bolsillo. Quería decir que lo de sus cristales no había sido un simple vandalismo, y él lo sabía perfectamente, quise convencerme, de que lo había ocultado para no preocuparme, pero entonces, ¿por qué no le había entregado esto a la policía? 

No había tiempo para seguir con preguntas, la ducha había dejado de sonar, lo que significaba que Bill saldría en cualquier momento del baño; así que guardé nuevamente el papel, y tomé mi pantalón. Cuando él entró,  me encontró sobre la cama ya vestida. 

—Hey… —dijo al verme— Creí que dormirías toda la noche. 

—No creo que a papá le agrade eso… —me excusé, mientras él se sentaba a mi lado. 

—Pero si no estás lejos de tu casa, estás conmigo —Entonces besó mis labios con ternura— Si dice algo mañana, yo me echaré toda la culpa— Yo le sonreí— Quédate esta noche, por favor —suplicó y yo asentí, aceptando su propuesta. 

Volvió a besarme, intensificando poco a poco cayendo lentamente a la cama, volviendo a hacer el amor esa noche; pero cuando él dormía, manteniéndome entre sus brazos, yo continuaba pensativa sobre la nota, sobre sus intenciones de ocultarla, incluso llegué a pensar a que pudiera tener miedo, pero era tonto; papá no solo quería que él señor Campbell quedara expuesto como un maltratador, también como un peligro para la sociedad y esa nota ayudaría, ¿o no? 

Cuando amaneció, y Bill seguía dormido, me dirigí a mi casa para cambiarme e ir a la escuela. Con la mente en otras cosas, no pensé en mi padre y lo que pudiera decirme hasta que entré. 

—¿Dónde estuviste toda la noche señorita? —preguntó desde la cocina y yo me detuve en seco. Volví sobre mis pasos para asomarme en está y verlo hacer el desayuno. 

—Estuve en casa de Bill —confesé apenada. 

Papá me miró serio, algo molesto por irme de esa manera, o por haber pasado toda la noche con mi novio, pero tampoco era para tanto.

—A la próxima avísame —agregó.

—Lo haré. Lo siento… 

Luego de eso, fui de camino a la salida de la cocina, pero volviendo a los pensamientos sobre la nota, decidí preguntar a papá acerca de eso. 

—¿Papá te enteraste de lo que sucedió sucedió en la tienda de Bill? 

—¿Los vándalos que rompieron sus cristales? Sí me enteré, la juventud está peor cada día —respondió con decepción.

—¿Juventud? ¿No crees que los Campbell tuvieron que ver en ello? —cuestioné

—Esa idea me pasó por la mente, pero sin pruebas no podemos acusar a nadie… —Asentí a eso, y me dispuse a subir a mi habitación sin decir una palabra más. 

El Vecino De Al Lado [Bill Skarsgard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora