Capitulo 5

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A pesar de lo que había sucedido en la noche, mi padre se levantó de buen humor para hacer una barbacoa; invitó a Bill en forma de agradecimiento, y yo quise invitar a Lindsay para que escapara un rato de su casa, de la que sabía perfectamente que no le gustaba estar. Llegó puntual, como siempre, con una amplia sonrisa que me decía lo emocionada que estaba de estar ahí. 

—Hola —dijo para luego abrazarme.

Ambas salimos al patio en donde los hombres estaban. Papá había comenzado a cocinar las carnes y Bill hablaba con él a un lado mientras disfrutaban de una cerveza fría. Además de eso, papá había colocado una mesa con su radio en la esquina del pórtico trasero, para escuchar sus músicas retros, dándole esa sensación de día familiar.

—¿Cómo está, señor Jacobs? —saludó Lindsay tan encantadora como siempre. 

—Oh, Lindsay, bienvenida ¿Ya conoces a Bill? —Bill le sonrió amable y estrechó su mano. 

—No he tenido el placer. Soy Lindsay Campbell

—Bill Skarsgard —dijo sin más. 

—Skarsgard… ¿De dónde es? —preguntó curiosa 

—Suecia, mi familia es de allá —explicó con amabilidad. 

—Oh qué interesante… —dijo al mismo tiempo en el que miraba con aprobación luego de saber la ascendencia de Bill— Mi familia es de Pittsburgh— dijo con decepción y a mi casi se me sale la risa.

Mientras esperábamos por el almuerzo, tomamos asiento en la mesa de campo que está a unos metros. Lindsay cada que podía miraba a Bill quien seguía hablando con mi padre, y en algunos momentos ayudándolo. 

—Vecino sexy y belleza sueca —comentó— tienes una jodida suerte, y de paso está aquí ¿Segura de que no quieres hacer el número del auto? —Me solté a reír. 

—Sabía que ibas a enloquecer. 

—Pero se comportarme —volteo a verlo una vez más— puedo notar que a tu padre le agrada, si le dijo que viniera… eso aporta más a tu suerte. 

—Si, supongo.

No quería decirle la verdad de porqué estaba ahí, porque sabía que Lindsay enloquecería en medio del pateo, y chillaría como adolescente que ve a su cantante favorito, sabía perfectamente que era capaz de ello. 

En ese momento, Pude ver como Bill se acercaba a nosotras. Le avise a Lindsay y esta recobro la compostura, irguiéndose y arreglando su cola de caballo. 

—Hola, chicas—saludó amable mientras se sentaba al lado de Lindsay. 

—Hola Bill —saludó Lindsay.

—Hace un poco de calor ¿No? —comentó él.

—Si… —solté.

—Hace falta una piscina, bronceador y unas piñas coladas… sin alcohol —corrigió para Bill, y él y yo reímos. 

—Bueno, les hubiera prestado la de la casa, pero aun no la limpio y creo que tiene moho desde el año pasado —se quejó para luego beber de su cerveza. 

—Iug –exclamó con asco Lindsay— oye, pero aquí hay cuatro manos dispuestas a ayudarte. Sólo di el día y ahí estaremos. 

Me sorprendía la facilidad con la que Lindsay tomaba la mínima oportunidad para juntarnos con Bill, parecía una experta en ello. 

—¿Estás de acuerdo? —me preguntó él al mirarme.

—Por supuesto —Me encogí de hombros— Me gusta ayudarte. —Bill entonces sonrió tiernamente, mirándome por unos segundos que parecieron eternos. 

El Vecino De Al Lado [Bill Skarsgard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora