Capitulo 6

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Hasta ese momento, era imposible sacar de mi mente a Bill, aunque tratará de centrarme en la clase, esa sonrisa volvía a mi mente como una fotografía. Sabía lo que significaba, sabía que me estaba enamorando de él y no podía detenerlo, tampoco quería, aunque supiera que iba a terminar estrellándome contra una pared, no me importaba; estaba feliz de conocerlo, de ser su amiga, una persona que él quería, tanto como para defender. Estaba en las nubes, en las nubes por Bill Skarsgard. 

Cuando llegué a casa, él aun no volvía de su tienda, cerraba a las siete y me quedaba toda una tarde de aburrimiento por delante. Odié el lunes. Estuve todas esas horas en mi habitación, delante mi ventana esperando a verlo pasar, hasta que esa figura inconfundible entró. Pasó a la cocina, de la cual yo no tenía visión, pero luego regresó a la sala de estar, con un vaso de agua en su mano. Quería ordenar unas revistas que había dejado en su mesa, hasta que me vió y sonrió saludándome. Yo le sonreí y le devolví el saludo mientras él se acercaba a la ventana a abrirla.  

—Comienzo a creer que me espias todo el tiempo —dijo y yo sonreí nerviosa.

—No es espiar, es vigilancia…—El rió.

—¿No quieres venir? Debes de estar muy aburrida si te la pasas todo el tiempo ahí— Baje mi mirada nerviosa, pensando en que no podía ser una buena idea. Papá se había molestado por dejarlo entrar a mi habitación, sería peor si iba a su casa— Voy a preparar algo de cenar… —seguía insistiendo a lo que finalmente acepté.

Solo pensé que era mi vecino, nada pasaría más allá de eso, además, me gustaba estar con Bill y valía la pena cada segundo. 

El me abrió la puerta, y me guió hasta la cocina aunque ya sabía el camino; con los antiguos vecinos, había entrado un par de veces. Las paredes tenían los mismos colores, pero los muebles en la sala de estar eran diferentes, ahora era monocromática, combinado las paredes con el sofá y butacas. Pero la cocina, era casi la misma, aún se sentía un aura familiar en ella, la única diferencia, era el pequeño y antiguo televisor que estaba puesto en el mesón de desayuno, apuntando a la pequeña mesa, y un radio a un lado del refrigerador, en el cual sonaba algo de música. 

Bill comenzó a cocinar, luciendo sus técnicas mientras me mantenía de espectadora. Me hacía reír con sus movimientos exagerados, el acento italiano que había comenzado a fingir, y la manera tan torpe en la que fallaban algunos sus trucos, como intentar estirar la masa para pizza en el aire, y que esta terminara desparramada en el suelo. Parecía un payaso de primera, y con cada minuto que pasaba, sentía que había hecho bien en ir. Al final sus pizzas quedaron deliciosas, aunque no supe en verdad si era por el sabor, o la simple idea de comer junto a él. 

—¿Qué tal? —preguntó luego de que di mi primer bocado— ¿Te gustó?

—Si, diez de diez… —dije y él sonrió.

—Es el acento italiano, te ayuda a conectar con tu pizzero interior —reí.

Bill se volvió hacia los gabinetes para buscar algo entre estos; al mismo tiempo, mi teléfono una vez más había comenzado a sonar, era el mismo número de la mañana, y una vez más le colgué. Bill entonces puso una botella de vino y dos copas frente a mi. Me espanté pensando que me compartiría de esa bebida.

—Esto es para mí —aclaró en cuanto vio mi reacción de confusión, caminó hasta el refrigerador y de este sacó un cartón de jugo de naranja, y esto es para tí— Y esto es para tí —asentí sintiéndome una idiota. Él me sonrió travieso, y para luego servir el jugo en mi copa. 

—Gracias. 

—De nada —dijo en un tono cálido. 

Él se sirvió un poco de vino y seguido de esto bebió un sorbo. Era más que obvio la manera en la que me veía, estaba demostrado ahí, en la diferencia de nuestras bebidas. Pensé entonces en querer cambiar eso, tenía dieciocho, ya no era una niña, muchos ni siquiera respetaban la edad establecida para beber; tampoco quería que él continuará viéndose como una nena, sabía que no llegaríamos a tener más que una amistad, pero sabía que si me seguía viendo como niña, esto limitaría mucho las cosas.

El Vecino De Al Lado [Bill Skarsgard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora