El sonido de tu voz

4

El martes Eunwoo llego sin muchos ánimos a su casa, los Moon nuevamente habían faltado a clases y ninguno respondía sus mensajes, esa tarde Eunwoo llego en compañía de Jennie, pues le ayudaría a estudiar algunos temas para mejorar sus notas, en lo poco que habían compartido ella se había dado cuenta de lo equivocada que estaba con respecto al chico, pero al menos agradecía tener la oportunidad de conocerlo de verdad.

Durante la tarde repasaron matemáticas e inglés, tiempo muy productivo para ambos, pues Eunwoo se daba a entender muy bien cuando explicaba y Jennie era como una esponjita, absorbía todo de maravilla, cuando el chofer de Jennie llego por ella la noche empezaba a caer.

—Wonnie, gracias por hoy, de verdad me sirvió mucho.

—Siempre que lo necesites.

El chico la observo irse en el auto y justo cuando iba a cerrar la puerta alguien apareció frente a él impidiéndoselo.

—¿Bin? ¿Qué haces aquí? ¿Qué sucedió?

—Te extraño— respondió el chico con una sonrisita pintada en los labios, Eunwoo lo miraba aterrado, tenía el labio roto, justo al lado de su perforación, tenía un notorio golpe en el pómulo y el suéter que le había prestado tenía sangre que empezaba a secarse, además, lucía un poco ebrio.

—¿Qué te paso?

—Me peleé con alguien.

—¿Por qué?

—Hizo llorar a mi hermana.

—¿Ella está bien? — Bin solo asintió.

Eunwoo lo ayudo a limpiar sus heridas y le dio un café cargado en busca de que su ebriedad disminuyera un poco, una vez Bin se había repuesto un poco ofreció disculpas por llegar así.

—No te preocupes, solo ya no te metas en peleas con nadie, mira nada más como te dejaron.

—Ella es muy importante para mí, no dejare que nadie le haga daño.

—Te entiendo.

—Oye bonito, ¿Crees que pueda quedarme aquí esta noche? No puedo regresar a casa, no así.

—Veré que dice mama, la llamaré, dame un momento.

Bin lo miro con una sonrisa y espero mientras el pelinegro hacia la llamada.

—Mamá

—Hijito, lo siento papá y yo no llegaremos hoy, estamos en casa de un colega.

—Está bien, pero ¿Es posible que Bin se quede esta noche?

—No quiero desastres en casa amor y por favor levántate temprano para ir a estudiar.

Eunwoo lo miro con una sonrisa de vuelta.

—Mamá dice que puedes quedarte, pero debemos ir a estudiar mañana.

—Está bien.

—¿Quieres ver una película— el rubio asintió.

Ambos se acomodaron en el sofá, Bin abrazaba a Eunwoo por la espalda y compartían un poco de pizza que había quedado de la tarde.

Eunwoo se recostó un poco más sobre el cuerpo de Bin y este se quejó.

—¿Estas bien? — pregunto el pelinegro con preocupación.

—Si, es solo... Emm, dolor muscular.

El frio se coló bajo la manta acariciando la piel blanquecina de Bin, pudo ver en el reloj que era de madrugada, como pudo se levantó de manera sigilosa, sin despertar a Eunwoo, sin hacer ruido, lo tomo en brazos con cuidado y lo llevo a su habitación y lo deposito suavemente en la cama pretendiendo no molestar su sueño, el reloj en la mesa de noche marcaban las cinco de la mañana, busco sobre las superficies un papelito y dejo una nota para el chico que dormía plácidamente.