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Los meses lejos de todos habían sido de gran ayuda, al menos para reflexionar acerca de como ver a los demás, a esos que en algún momento lo dañaron, Eunwoo no era un chico rencoroso, su amistad con Jennie era una muestra de ello, ya lo había dicho Sua no había actuado mal, al menos no desde su punto de vista como hermana, ella solo ayudo a Bin porque era su sangre, no fue el mejor plan, al menos a la vista del pelinegro que seguia creyendo que la chica lo había engañado y que se había acercado a él solo para hacercelo más fácil a Moon Bin, pero al pensarlo mucho llegó a la conclusión de que siendo el rubio lo único que Sua tenía en su vida tenía sentido que le ayudara en cualquier cosa.

Por eso finalmente decidió perdonar, aún así no se habia imaginado en esos meses con un reencuentro con los gemelos, no habia nada planeado, llegar al lugar con detalles para sus amigos fue algo que nació en el momento, porque por más daño que le hubiesen causado en el pasado el tenía la nobleza suficiente para perdonar y continuar con su vida, claro, eso no quería decir que permitiera que le pasaran de nuevo por encima, él había aprendido a darse su lugar y hacerce respetar, porque había entendido que valía tanto como los demás, que merecía tanto como los demás y no permitiría que le lastimaran de nuevo, no al menos sin dar pelea, si en ese momento, él por algún motivo, tuviese que enfrentar las burlas como en el pasado, los malos tratos e incluso los golpes lo haría pero defendiendose a si mismo, porque entendió que el podía valerse por si mismo, sin alguien -un Moon Bin talvez- que viniera a hacerse el héroe, Eunwoo era su propio héroe y él mismo se rescataría de los escombros en los que había quedado convertido su corazón.

Perdonar era el primer paso para continuar con su vida.

Por eso estaba ahí dejando en las manos de sus amigos flores de felicitaciónes, pero tambien de perdón, por una amistad que pareció ser falsa, por los malos tratos que al final se convirtieron en una amistad que apreciaba y la cual estaba considerando volver algo más, no solo por rehacer su vida si no porque Jennie lograba sacar lo mejor de él y el amaba eso, así como amaba verla sonreír cuando algo le gustaba.

—¿Y el otro?— preguntó su amigo al ver que sobraba un pequeño ramo.

—Es para Sua.

—Oh— dijo Mj no esperaba esa respuesta, pero tenía sentido.

—De hecho, me acercaré, Nini entra, guarda un puesto para mi a tu lado—la chica asintió sonriendo.

Eunwoo se dirigió hacia los gemelos que se miraron confundidos, ellos pensaban que no queria tener ningún tipo de contacto después de haberse ido de la ciudad, pero ahí estaba, caminando
hacia ellos, con expresión seria, muy seguro de si mismo, como nunca lo habían visto, su paso firme, enfundado en aquel traje que le quedaba perfecto, Moon Bin lo miró anonadado, jamas lo
había visto con aquel porte, los recuerdos se hicieron presentes y no pudo evitar empezar a caminar en la dirección que venia el chico, tenia la necesidad por tenerlo cerca, sentir su
aroma, sentir su calor, Eunwoo sintió temblar sus piernas, no habia pensado que iba a decirle a los gemelos y ver a Bin caminar hacia él lo hizo sentir perdido, pero estaba decidido a no dejar ver que tan dañado lo habia dejado o que tan enamorado aún estaba, cualquiera de las dos, en ese momento le dolían los recuerdos, pero si le dieran la oportunidad de regresar en el tiempo no cambiaría nada, estar con el rubio le dejó a Jennie, le dejo en evidencia y a plena vista su verdadera personalidad, lo enfrentó a si mismo y eso no lo cambiaria por nada.

Sua camino tan rápido como sus zapatos altos se lo permitieton y llegó al lado de su hermano, tenia un poco de preocupación.

—¿Qué haces?— preguntó ella.

—Quiero hablar con él.

—¿Estas seguro de hacer eso?

—Tu mas que nadie sabes cuando lo he extrañado.

El sonido de tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora