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Eunwoo llegó a clases sin contratiempos, incluso su madre lo "despertó" para ir a la escuela, al llegar se sentó en su respectivo asiento al lado de Bin que ya se encontraba allí.

—Buenos días— saludo el pelinegro después de darle un beso en la mejilla, Bin sonrió, pero Eunwoo logro ver tristeza en su mirada —¿Esta todo bien?

En ese momento Sua entro al salón y Eunwoo la vio, una lagrima rodaba por su mejilla, esto le pareció extraño, pero guardo la calma.

—¿Que le sucedió a Sua?— le pregunto a Bin.

—Se metió donde no la habían llamado— Eunwoo noto como la chica miro feo a su hermano.

—¡Eres un idiota! — dijo ella arrojándole un cuaderno —Te dije que no quería problemas.

—¿Qué pasó? — pregunto el pelinegro.

—Nada— respondió Bin.

Por la actitud de ambos tanto Eunwoo como Mj entendieron que no querían hablar acerca de lo sucedido así que durante las clases prefirieron estar en silencio, Bin parecía molesto, pero también triste y Sua parecía querer acabar con todo.

Luego del almuerzo Sua anuncio que se iría a casa y Jennie la acompaño.

Mj, Bin y Eunwoo se quedaron en el club de música al que además el pelinegro había faltado por las detenciones, salir con Bin o faltar a clases.

Realmente desde que Eunwoo empezó a cambiar con respecto a su miedo no había vuelto a estar cerca de un instrumento; volver al club era alfo nuevo para él.

Bin se sentó al piano y comenzó a tocar, lo hacía muy bien.

—¿Dónde aprendiste a tocar?

—¿Recuerdas que solo tuve una pareja en el pasado? — Eunwoo asintió —El me enseño, tiene un bonito piano en su casa y cuando pasábamos las tardes juntos me enseñaba.

Eunwoo sintió una punzada en su pecho ¿Eso era lo que llamaban celos? El solo imagino a su novio con alguien más, sonriéndole a otro y poniendo su entra atención en otro, no, en definitiva, eso no le agrado.

—Desde que estoy en este club he querido aprender a tocar el piano.

—Hazlo— le animo el rubio.

—Me da miedo— dijo negando con la cabeza.

—¿Lo has intentado desde que estás conmigo? — no quería hacerse el importante, pero sabía que desde que el chico estaba con él había ganado confiaba y había perdido miedo, al menos así lo veía.

—No.

—Vamos hazlo— Bin tomo las manos de Eunwoo y posicionó sus dedos sobre las teclas, lo hizo sentar en medio de sus primeros, y lo tomo por detrás para darle confianza.

Una tecla se hundió dándole paso a la melodía y Eunwoo se tensó, pero Bin le beso la cabeza un par de veces y l trajo calma, otra tecla, se mezcló la melodía de ambas y el pelinegro empezó a sudar frio, entonces Bin le susurro al oído.

—Tú puedes con esto.

Vino el sonido de otra tecla, el corazón de Eunwoo se aceleró tanto que Bin podía sentirlo.

—Tranquilo bebe, todo está bien, yo estoy contigo— la voz de Bin le traía calma entonces se destenso un poco y se permitió disfrutar de la melodía.

Luego de unos minutos se detuvieron, Eunwoo respiraba de manera agitada, pero sonreía con lágrimas en sus ojos.

—Gracias Binnie— dijo abrazándolo.

El sonido de tu vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora