El sonido de tu voz

5

Eunwoo siguió a Sanha hasta la cocina, saco un bowl de metal y de la despensa unas latas de atún, y aunque el pelinegro se sentía nervioso y el sudor en sus manos no se quitaba intentaba dar lo mejor de sí para relacionarse con los amigos de Bin, parecer "normal" era demasiado agotador para él, pero se estaba probando a si mismo que podía lograrlo.

—¿Puedes ponerlos en el bowl?— Eunwoo asintió y se puso manos a la obra mientras Sanha sacaba otros utensilios, un bowl de menor tamaño cayó al suelo y el otro chico en la cocina jadeo por la sorpresa poniéndose un poco más nervioso, Sanha lo observo, en efecto Bin le había hablado de él y de su miedo, no tan a fondo porque ni el mismo lo sabía bien, pero el chico tenía una base para tratar con él.

Notó como Eunwoo observo a todos lados y le tembló el labio inferior mientras jugaba con sus manos.

—Hey— dijo tratando de llamar la atención del pelinegro —Tranquilo, solo fue un bowl, esta todo bien ¿Sí?

La respiración de Eunwoo era agitada había empezado a sudar frio y su temblor se extendía por todo su cuerpo, pero aun en medio de la crisis que empezaba a surgir en él no pasó desapercibido el tono dulce con el que el amigo de su compañero le había hablado, noto esa calidez y un tinte de amabilidad que nunca había recibido de un desconocido.

—Lo siento, no era mi intención asustarte— continuo Sanha tomo una silla de la barra de la cocina y la cerco para que Eunwoo tomara asiento.

—Perdón, es solo que...

—Lo sé, Bin me comento al respecto, no pienses que es un chismoso, solo lo hizo para poderte traer, quería que te sintieras cómodo y seguro, pero ya lo arruine ¿Verdad?

—N-no, está bien, estoy...

—¡Moon Bin!— grito Jinjin en la segunda planta y Eunwoo tembló aún más.

—No quiero ser entrometido, pero ¿Tomas algo para la ansiedad?

—S-sí, pastillas, calmantes... Están en mi bolso, iré por ellas— trato de levantarse de la silla, pero el temblor en sus piernas amenazó con hacerlo caer.

—Está bien, yo puedo traerlo, créeme, arriba ha de ser un alboroto y no recomiendo que estes ahí.

Eunwoo suspiro y asintió, se quedó allí sentado, su cuerpo temblaba completamente, aunque el trataba de relajarse, los últimos días lo manejaba un poco mejor, pero habían sido situaciones menores, y justo en ese momento era un ruido tras de otro podía sonar como una tontería, pero él la estaba pasando realmente mal, era como tener un amplificador en su cabeza y casa sonido era al menos un cien por ciento más fuerte para él, resultado de una crisis.

—Woonie— escucho la voz de Bin tras de él —¿Estas bien?

El pelinegro levanto su mirada cargada de miedo topándose con la del rubio.

—Lo siento, traté de mantenerlo en silencio, pero Jinjin es un dolor de pelotas, ya te lo dije ¿Quieres que nos vayamos?

—¿Qué haces aquí abajo? — Susurro Eunwoo.

—Sanha me dijo que necesitabas tus pastillas, él se quedó buscándolas.

—Es un chico agradable— de algún modo se sentía solo un poco más tranquilo, la voz de Bin le traía ¿calma?

—Ay bonito, estas temblando, ven aquí— lo abrazo y sintió como poco a poco el temblor disminuía.

—Aquí están las pastillas— Sanha ofreció un vaso de agua junto con las pastillas.

—¡Sanha!— Volvió a gritar Jinwoo, el pelinegro tembló de nuevo y Bin enfureció.

—¡Ya cállate la puta boca! — dijo saliendo de la cocina dirigiéndose a las escalas por donde venia bajando Jinwoo.