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Dark Era, ambos de 16 años
Soukoku

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-Chuuuuya- llamó el de cabellos avellana.

-¿Ahora qué quieres, bastardo?- el soukoku iba caminando por un callejón. En un rápido movimiento Dazai atrapó al pelirrojo contra la pared de un edificio.

-Quisiera que fueras una galleta oreo, para llenarte de leche-

El rojo de la cara, cuello y orejas de Chuuya se podía asimilar a su cabello, este se quedó petrificado, pero segundos después respiro profundo, ya se estaba acostumbrando a los piropos desubicados de su novio.

Agarró la corbata negra que colgaba de su cuello y acercó sus labios a centímetros de los del contrario.

-Quisiera ser conejo, para comerme tu zanahoria- respondió, dejando a Dazai sin voz. Rápidamente Nakahara salió corriendo con rumbo a la Port Mafia, solo quedaban un par de calles.

-¡Chuuyaaa!- gritó Dazai al salir del trance.

El pelirrojo entro corriendo al gran edificio de la mafia, detrás venía el castaño, por poco y casi no cerró el elevador, así que su perseguidor tuvo que tomar otro para poder alcanzarlo.

Llegó al último piso y preguntó a uno de los guardias donde estaba la persona que buscaba, al tener la ubicación fue directo.

Llegó a una puerta doble, grande e imponente, golpeó la puerta repetidas veses, viendo como el castaño lo había encontrado y caminaba a paso lento hacia él. Desde dentro de la habitación se escucho un "pase" y el pelirrojo entró lo más rápido que pudo.

Dentro de aquella impotente oficina se encontraba Ozaki y Mori tomando té.

-¡Anee-san!- exclamó cerrando la puerta y viendo a su salvadora.

-Chuuya, querido, ¿que es lo que pasó? ¿Por qué el apuro? ¿Y por qué estas tan exaltado?- cuestiono la mujer.

Chuuya solo le puso seguro a la puerta y fue rápidamente a esconderse detrás de la mujer. -N-no pasó nada Anee-san, solo qu- el crujido de la puerta al abrirse hizo que detuviera sus palabras.

-Chuuya~ dijo el castaño con su mirada baja, un escalofrio recorrió el pequeño cuerpo del colorado.

-¿Dazai-kun?- preguntaron ambos mayores.

-¡N-no te me acerques, desperdicio de vendas!-

-Vamos a "entrenar" Chuuya~ - dijo él castaño, aún sin levantar su mirada.

-¿Que les pasa a ustedes dos?- pregunto Mori, pero fue ignorado olimpicamente. Nakahara empezó a retroceder mientras que Dazai se acercaba cada ves más.

-¡Po-por favor Anee-san, no permita que ese bastardo me lleve!- imploro a su maestra.

-Chuuya, si tienes asuntos pendientes con Dazai-kun tienen que resolverlos- dijo la mujer, ya estaba acostumbrado a los pleitos de los adolescentes, sin embargo esta ves era diferente, Chuuya nunca se dejaba intimidar por Dazai. -Pero antes de seguir con sus asuntos, díganme cual es el conflicto esta ves- dijo la mujer.

-Lo que pasó kōyō-san fue qu- sus palabras fueron cortadas cuando Chuuya le tapó su boca con sus manos.

-¡N-no paso na-nada relevante, Anee-san! Enseguida lo solucionamos- dio una reverencia y se llevó a su novio a rastras fuera de la habitación. Donde dejaron a la pelirroja y al pelinegro confundidos, aunque este último ya estaba deduciendo lo que pudo haber pasado.

Ya fuera Chuuya no se pudo librar de Dazai, quien lo llevó a la habitación que compartían y no lo dejó salir hasta la noche.













































































Espero les haya gustado. Quizás suba capítulos más seguido.

No se olviden su estrellita~

~Adiu

Las Mamadas De Los Perros Callejeros - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora