Nostra fotocamera {ChanLix}

[_16_]

Al día siguiente

Giré sobre mi mismo en la cama, quedando boca abajo, buscando al chico que había dormido conmigo esa noche. Al notar que estaba solo en la cama, abrí los ojos. Asustado, revisé la habitación entera con la mirada y, al no verlo, entré en pánico. Me levanté de un salto y me puse la ropa interior. Salí corriendo escaleras abajo y encontré a Felix. Suspiré aliviado cuando lo vi charlando amablemente con uno de mis sirvientes, el que me preparaba el desayuno, exactamente.

- Lix - llamé, y capté la atención de los dos - ¿Que haces aquí? Mina se encargará de preparar el desayuno para los dos -.

- En realidad... Me gusta cocinar, y le estaba pidiendo que me dejara cocinar - sonrió tímido -.

- Oh... - sonreí tímido también - está bien Lix, Mina - me dirigí hacia mí sirviente - puedes descansar -.

- Como diga señor - mi sirviente nos dedicó una reverencia a cada uno y desapareció -.

Me acerqué a Felix.

- ¿Por qué no me avisas si te ibas a levantar? -.

- ¿Por qué lo haría? - me preguntó aterrado, supongo que porque parecía su novio obsesivo -.

- Porque... No sé, pensaba que te habrías arrepentido de lo de anoche y no querrías verme - desvié la mirada -.

Felix se acercó y me abrazó.

- Nunca Channie - me miró cuando le devolví el abrazo - nunca me arrepentiría de lo que sea que pase entre nosotros - apoyó suavemente su rostro en mi pecho -.

Sonreí y lo abracé con amor, no los abrazos secos y vacíos que estaba acostumbrado a dar. Él se merecía mucho amor. Se separó de mi abrazo y se puso a cocinar. Lo observe desde la distancia mientras planeaba lo que le iba a decir.

- Lix - llamé -.

- Dime Channie - ni siquiera se giró a mirarme -.

- Deja a Hyunjin - avancé y lo abracé por la espalda - no te merece -.

- Chan... Sabes que no puedo - me respondió apenado -.

- Pagaré el tratamiento si eso es lo que te preocupa - ladeó la cabeza para mirarme sorprendido - probablemente gane casi el triple que él, y no uso el dinero para prácticamente nada, podría ayudarte -.

- ¿D-De verdad? - sentí que iba a llorar -.

- Si, Lix, nunca he estado más seguro en mi vida - le besé el hombro - te quiero -.

Nos quedamos en silencio, en esa misma posición. Felix no dijo nada, pero supuse que estaría de acuerdo con lo que le había dicho.

- No puedo Chan - su voz cortante me rompió -.

- ¿Q-Que? - me separé, y él se giró para encararme -.

- Chan, no puedo dejar a Hyunjin, dejando atrás lo del tratamiento o cualquier "infidelidad", yo lo amo, y él me ama a mí y - lo interrumpí -.

- ¡Él no te ama!¡Ni siquiera pretende hacerlo!¡No te merece, joder! - sentí como las lágrimas inundaban mis ojos -.

- ¡Tú tampoco me mereces! ¿Te crees que por invitarme a cenar, hacerme el amor y darme dinero te hace ser el indicado para mí? ¡Te equivocas! ¡Hyunjin me necesita como yo lo necesito a él porque estuvimos en nuestros peores momentos juntos! - se detuvo a coger un poco de aire - ¡Y a pesar de todo lo que ha pasado y vaya a pasar entre nosotros seguiremos juntos y lucharemos por ello! ¡Así que no te metas! - terminó, con su pecho subiendo y bajando un poco agitado, debido al gran discurso que acababa de pronunciar -.

- Deja de jugar conmigo, Lix... - mi voz había sonado más rota de lo que pretendía - yo... Yo te amo -.

- No Chan, tú no me amas, solo buscas llenar un vacío que te dejó alguien más conmigo - pasó por mi lado, rozando nuestros hombros -.

Estaba destrozado. ¿Por qué siempre que parecía que mejorabamos volvía a cagarla? Me agarré la cabeza con ambas manos y me agaché, recordando cosas que preferiría dejar muertas.

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- ¡Si tan solo no fueras tan egoísta no estaríamos discutiendo por esta tontería! - exclamó enfurecida la chica que estaba a mi lado en el coche -.

- ¡No es una puta tontería, Annabelle! ¡No te metas en mi puta vida y acepta que me voy a ir! - exclamé mientras apretaba con fuerza el volante -.

- ¡No te vas a ir porque no me da a mí la gana, Christopher! -.

Conocí a Annabelle hacia un par de años atrás, cuando decidí mudarme a Estados Unidos, buscando más fama. Ella fue la que me llevó a dejar mi dependencia a las drogas, me encerró en una clínica y salí como nuevo, y se quedó a mi lado durante todo este tiempo. A ella tampoco le había ido muy bien. Decidió ayudarme debido a que su hermano pequeño murió por una sobredosis, y no quería que me ocurriera lo mismo. Finalmente salimos adelante juntos, y éramos como hermanos prácticamente, pero esta discusión seguramente lo arruinaría todo.

- ¡No Belle, tú no controlas mi puta vida y porque tú no quieras que me vaya yo no me voy a quedar! - la miré unos segundos - ¡Me voy a ir a cumplir mi sueño independiente de que tú quieras o no, aunque eso suponga que tú no me acompañes y nuestros caminos se separen aquí! - fijé mi vista en el frente -.

- No Chan... Te estoy diciendo que no te vas a ir... - dijo tranquila -.

Y entonces ocurrió. Todo fue demasiado rápido. Lo último que recuerdo antes de que todo se saliera de control fue el cuerpo de Belle sobre el mío, y el coche dando cuatro o cinco vueltas de campana, o eso fue lo que pude contar mientras me mantenía consciente.
Al despertar me encontré en el hospital, con el torso totalmente escayolado, y con una vía en el brazo que estaba conectada a varias bolsas de líquidos transparentes, y un respirador que se acomodaba en mis fosas nasales. Recuerdo que me levanté y me fui de esa sala, arrastrando el instrumento en el que colgaban los líquidos de la vía varios metros, hasta que se separó y me empezó a sangrar el brazo de una manera descontrolado, provocándome un dolor horrible, pero no me importaba. Corrí y corrí en busca de Belle con varios médicos detrás, hasta que por fin di con la sala, y al momento de entrar, ella me vió, sonrió, cerró los ojos y el monitor empezó a pitar, en señal del horrible momento de su muerte.

- ¡BELLE! - empujé y empujé médicos, hasta llegar de rodillas frente a su cuerpo inerte, el cuál abracé, llorando desconsolado -.

Los médicos me acabaron apartando con los hombres de seguridad, y me dijeron que ya no había nada más que hacer, que lamentablemente había fallecido.

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- Chan - llamó Felix, sacándome de mi lapso -.

- Lix... - vi que se había vestido, y tenía sus pertenencias en su mano izquierda - ¿Te vas? Yo, emm... P-Puedo acompañarte, déjame que me vista y-y voy - me levanté, pero Felix me interrumpió -.

- Chan, no hace falta - sus ojos me miraban sin expresión, sin sentimiento, vacíos - Hyunjin está aquí, él ha venido por mí -.

- ¿Él...? -.