Capitulo 15

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"-"Por Andy"-"

Horas después, recibo una visita de mis padres junto con el abogado. La noticia que me traen, en verdad, no me la esperaba. Resulta que Ryan ha declarado que soy su cómplice, que juntos planeamos todo y que yo le daba cada detalle con respecto a la seguridad e idas y vueltas de Jayce. No puedo creer que tan lejos pudo ir. Es un malnacido. Un cretino.

Por esa declaración estoy siendo trasladada a la cárcel de mujeres. Mis madre lloro e incluso mi padre. Estoy destrozando cada vez más a mis padres. No es justo para ellos. El abogado no pudo hacer nada para que no me trasladaran. Me dejo claro que la fiscalía no tiene pruebas contundentes y que esta seguro de que soy inocente y que mi libertad solo depende de encontrar un testigo confiable que pueda absolverme de una sentencia irrevocable. No mentiré, eso me reconforto muy poco. Dentro de un penal no creo estar muy segura, no hay seguridad alguna para mi bebé.

En cuanto las puertas de la cárcel se cierra tras de mí, mi cuerpo flaquea. Todo parece irreal, un sueño alucinante pero lo peor es que no es un sueño, es la fea realidad que ahora me toca. Que toma todo de mí, que me absorbe.

Hasta donde ha llegado mi amor por un hombre que... ¡no es para mí!

Mejor dicho, no soy digna de él. Soy poca cosa para él... que digo... soy un mal, su perdición. Por mi esta secuestrado. Por mi culpa están sufriendo, él, su familia y mis padres.

Posiblemente sino hubiera asistido a ese restaurante nada habría pasado. Nadie estaría sufriendo. Pero seré sincera, cada momento, cada caricia suya, cada palabra de amor y cada vez que nos uníamos en cuerpo y alma, por nada del mundo cambiaria todo eso. Además llevo al fruto de nuestro amor dentro de mí, que dia a dia crece.

Jayce se convirtió tan rápidamente en la razón que le dio sentido a mi vida, ese hombre se metió tan dentro de mí que no puedo soportar estar lejos de él y saber que soy la razón por la que fue raptado.

Fui ingresada en una oficina por una oficial, ahí me tomaron fotografías de frente y de perfil, justo como a los verdaderos criminales les hacían. También me tomaron las huellas. Trate de ser fuerte mientras lo hacía pero no funciono, me quebré delante de las guardias, las lágrimas brotaban y derramaban por mis mejillas, mientras algunos hipidos se me escapaban. Si no hubiera sido porque una guardia me agarraba del brazo mientras empezamos a caminar por los pasillos de las celdas habría caído de rodillas.

Mientras pasamos por algunas celdas, los chiflidos, gritos y demás no se hacen esperar. Es un caos aquí adentro.

-Mañana le harán el examen médico -me informa una de las guardias delante de mí.

-¡Mamacita! -grita una de las presas.

Volteo hacia donde vino el grito y agrando los ojos con espanto. Esta es una cárcel de mujeres, no de hombres ¿cierto?

-¿Qué hacen esos hombres en este lugar? -pregunto incauta. Hay tres hombres en una celda.

La guardia que me lleva simplemente me sonríe.

-No son hombres, míralos bien, son mujeres que se cortan el pelo, se fajan los senos y se enrollan una toalla para emular un pene ―lo dice con simplicidad. Al parecer ya ha visto de todo.

-¡Uy, uy! Carne fresca, y linda, además -me dice una de esas marimachas.

-Venga, mamita, compartamos celda que yo la caliento -grita otra.

¡Dios mío en que hueco del infierno he caído! Solo por la voz y por lo que me dijo la guardia e que son mujeres marimachas. Porque si no aun estaría pensando que son hombres. Los bellos de mi piel se erizan, dejo de mirarlas y bajo la cabeza.

Siempre Estaremos JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora